Varios economistas consultados por este diario coincidieron ayer en que las perspectivas para lo que resta del año en materia de inflación podrían ser mucho peor de lo imaginado. Se animaron a vaticinar que si se mantiene el alza de los precios minoristas y mayoristas hacia el fin de 2002 el país registrará una inflación de más de 80%. Y fueron más drásticos: aseguran que existe peligro de hiperinflación y que la única manera de evitarla es que se lleve a cabo un ajuste por $ 5.000 millones más en el gobierno federal y de $ 6.000 millones en las provincias. Las opiniones de los economistas surgen en consonancia con la presentación oficial que hizo ayer el gobierno de los índices de precios de abril, que ya quedaron totalmente desbordados de la meta del Presupuesto 2002.
La disparada de la inflación en abril ajustó los pronósticos de los economistas que ahora esperan como mínimo 80% de incremento de precios minoristas para el año. Atrás quedó el utópico escenario del gobierno que como siempre pecó de optimismo y elaboró su presupuesto con un aumento de precios anual de apenas 14%. Pero, además, los especialistas con quienes conversó Ambito Financiero advierten: "Estamos en un escenario dramático, si no se estabiliza el dólar o el gobierno optara por indexar salarios, caemos en una hiperinflación".
Por el momento los precios no hacen otra cosa que reflejar lo que sucede en el mercado de cambios: con un dólar que subió 220% en cuatro meses, la inflación minorista que asciende a 21% en el cuatrimestre, apenas reflejan 10% de la escalada del dólar, cuando se espera que con la estructura productiva de la Argentina, aún en recesión, el traslado a precios por lo menos debiera ser 30%. Las siguientes fueron las principales opiniones que dejaron los economistas consultados a este diario:
JOSE LUIS ESPERT – (Espert & Asoc.)
La inflación minorista del año va a ser como mínimo 100% y la mayorista 300%. El promedio de la inflación combinada va a ser este año entre 8 y 10 veces más alta que la que marca el presupuesto. Con este aumento, la devaluación real del peso en el año va a ser de entre 50% y 60%. Hay peligro de hiperinflación y la única forma de evitarla es que se lleve a cabo un ajuste por $ 5.000 millones más en el gobierno federal y de $ 6.000 millones en las provincias. Pero hay que separar los números de la realidad. Con los niveles de desempleo y pobreza que hay en el país este ajuste es inviable. No hay ninguna chance de lograr eso. La probabilidad de más ajuste es cero, excepto que nos comiencen a tirar la plata por la cabeza desde afuera cuando en realidad estamos más cerca que nos tiren palos por la cabeza. En la Argentina todo ha sido patético. Los que hoy se rasgan las vestiduras con la devaluación y el default en todos estos años no abrieron la boca sobre las consecuencias de mantener una convertibilidad con déficit fiscal permanente. Son patéticos también los que pedían a gritos la devaluación y el default, porque ahora son los mismos que piden que los bancos devuelvan depósitos, que las AFJP no se fundan, que no indexen alquileres y créditos y recomposiciones de salarios.
HECTOR PAGLIA – (Fundación Mediterránea)
Con el índice de abril quedó totalmente desbordada la meta del presupuesto 2002. Esto conlleva varios riesgos y hay que seguir atentamente la emisión monetaria. Allí está el riesgo potencial de la hiperinflación. En los próximos meses los precios mayoristas irán presionando sobre los minoristas y desbordando el freno que implica la recesión. Siempre hay que asignar un porcentaje de probabilidad positiva a que ocurra el peor escenario que es la hiperinflación. Si no aparece un programa sustentable desde lo político el riesgo es mayor. Hay que ver todavía cómo se resuelve el tema tarifas. El cuadro luce oscuro.
CARLOS PEREZ – (Fundación Capital)
El riesgo de la hiperinflación está. Hay un proceso exponencial en la inflación que se da también en los precios mayoristas. Ya no es una utopía pensar en ese escenario. Además, hay que tener en cuenta que en una mitad del IPC están los bienes comerciales y en la otra mitad los servicios que no han ajustado nada y ahí hay un camino por delante que puede expresar mayor inflación. Ahora hay que pensar en cómo evitar la aceleración inflacionaria. Hay tres acciones para desarrollar: una coyuntural, que es frenar suba en servicios. Otra para los próximos meses, que es tratar de contener la evolución de los salarios. Eso de por sí se va a dar naturalmente en el sector privado, pero hay que ver cómo se hace políticamente para que se dé en el sector público. Y la tercera es más bien estructural: la variable que más pone freno pone a la inflación es la estabilidad cambiaria. Esta estabilidad se tiene que dar no por decreto sino por efecto de una política fiscal austera y monetaria restrictiva. Con un dólar a $ 3,5 en diciembre, hacia fin de año creemos que conteniendo presiones salariales estaríamos con una inflación de 80%. Ese es el escenario más optimista.
ALDO ABRAM – (EXANTE)
Claramente el índice minorista viene con una tendencia creciente. Pero mientras el gobierno mantenga controlada la política monetaria, no tenemos peligro de hiperinflación. Aunque sí tenemos peligro de hiperrecesión. Lo que es cierto es la pérdida de poder adquisitivo de los sectores de menores recursos, que no se mide por el IPC que capta sobre todo la canasta para los sectores de recursos medios. La canasta que capta lo que sucede con el poder adquisitivo de los sectores de menores recursos es la que compone el índice mayorista. Y la evolución de este índice nos dice que estos sectores bajos perdieron la tercera parte de sus ingresos. Esa es la contracara de la devaluación, que por un lado busca beneficiar a los productores de bienes, pero hace aumentar los precios frente al salario. Porque sería inútil que pongan controles de precios si en definitiva lo que se busca al devaluar es ganar competitividad y para eso hay que bajar los costos. Y el costo argentino está determinado mayoritariamente por los salarios. Para el año esperamos una inflación minorista de 80% y de 120% para los precios mayoristas.
DARDO FERRER – (Fundación Mercado)
Por ahora no hay peligro de hiperinflación. Hasta ahora sólo tenemos una tasa de inflación alta porque es consecuencia de una megadevaluación que recién se está trasladando a los precios. Esta tasa inflacionaria era bastante previsible. Sobre todo porque los precios mayoristas no bajaron de 11% en ningún mes. Sólo que hasta ahora el comercio minorista venía absorbiendo la suba. Para que haya hiperinflación se necesita una fuerte emisión que todavía no hay, o mecanismos de indexación que todavía no existen. Como todas esas causas no se están dando, hasta ahora tenemos precios altos. Si el gobierno no puede mantener el tipo de cambio estable, los precios se van a disparar. Para el resto del año va a haber un promedio de inflación de 10% mensual.
DANTE SICA – (CEB)
Todavía no entramos en un proceso de hiperinflación. El riesgo está atado a cómo sea la liberalización del "corralito". Hoy por hoy los precios suben por el aumento del dólar. Para el año esperamos un piso de inflación de 70%. Pero el riesgo de hiperinflación es que hay $ 15.000 millones en dinero transaccional en cuentas a la vista de los bancos. Como sea la resolución de este tema depende de si hay o no hiperinflación. Si se abre el "corralito" y este instrumento voluntario no logra captar el interés de la gente, cuando salga esa plata se va a ir al dólar.