Finalmente, el ridículo modelo productivo nacido en 2002, se agotó. No da para más y ahora viene una “caída productiva” que le deja al gobierno sólo tres alternativas, todas dolorosas. Cuánta caída producir en los ingresos reales de la gente (devaluación), cuál será la magnitud de la destrucción de puestos de trabajo (dólar quieto) o cuánta baja nominal del gasto público habrá (menos corrupción política). Cualquier otra cosa agravará la recesión, la sensación de default o simplemente serán vacías campañas de marketing político de cara a un año electoral como 2009.
Siendo Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, Alberto Fernández en una oportunidad afirmó que así como el mundo hablaba del crecimiento económico de los chinos, algún día los argentinos estaríamos en boca de todos por nuestra extraordinaria locomotora del crecimiento económico. Ni tanto ni tan poco. Desde el piso de actividad del primer trimestre de 2002 y el techo del tercero de 2008, el PBI se expandió 60% (7,2% promedio anual), mientras que China casi lo triplicó.
Obvio que la recaudación de impuestos siguió los gigantes pasos recorridos por el PBI en el período. En 2002, el gobierno consolidado de la Nación y las Provincias recaudaba $70.000 millones (u$s 22.000 millones) y 6 años después, en 2008, lo hace por $335.000 millones (u$s 105.000 millones), o sea, $265.000 millones más (suba de 380%). Nunca en Argentina se recaudaron tantos impuestos como hoy. Alguien se lo debería informar al cajero de la Provincia de Buenos Aires, Santiago Montoya.
Sin embargo, desde que los commodities comenzaron a derrumbarse en julio pasado de la mano de la suba del dólar en el mundo, se instaló la idea de que Argentina podría volver a suspender los pagos de la deuda pública, a pesar que hace poco más de 3 años y medio la habíamos sometido a la trituradora lavagnista-kirchnerista haciéndola caer, según datos oficiales, desde u$s 162.300 millones de valor presente a u$s 98.600 millones (- u$s 63.700 millones). Todo esto incluyendo la salvajada de dar de baja a los que no aceptaron el canje de deuda por u$s 24.500 millones.
¿Porqué otra vez la sensación de default? La respuesta es el extravagante aumento del gasto público en estos 6 “años productivos”. En 2002, las erogaciones del Estado eran de $77.000 millones (u$s 25.000 millones) y en 2008 serán 330% superiores para situarse en $330.000 millones (u$s 103.000 millones). Hoy el Estado gasta todo lo que recauda. Delirio e irresponsabilidad total que le impide, sin agravar el problema, hacer políticas kirchnesianas (keynesianismo trucho) a Don Néstor, uno de los nuevos macroeconomistas de prominente futuro, para arruinarnos, que ha dado nuestro país.
La cercanía del default, hizo que el kirchnerismo inaugurara en 2008 la etapa del saqueo. En marzo, al intentar quedarse con la rentabilidad del campo vía la siniestra resolución 125, transformó la entrada de capitales privados de 4% del PBI de principios de año en fuga por 5% del PBI durante el paro agropecuario. En agosto, luego que Standard and Poor´s, Fitch y Moodys empeoraran nuestras perspectivas de deuda, la salida de fondos se aceleró a 7% del PBI. Finalmente, la fuga tomó vuelo atómico a 13% del PBI en octubre por el robo que sufrieron los que ahorraron durante 15 años en las AFJP por parte del mismo Congreso que por ley les había dicho que la mejor manera de ahorrar para la vejez, era fuera del Estado.
Entonces, en sólo un semestre, el que hoy está terminando, Argentina sufrió una caída en sus términos del intercambio equivalente a 2,7% del PBI y una aceleración en la fuga de capitales privados de 8% del PBI. Total del huracán en contra, 10,7% del PBI.
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Parte del 2,7% del PBI irá contra una baja en el ahorro privado (el ahorro público se está derrumbando) pero la mayor parte (por la gran incertidumbre que hay sobre el futuro) reducirá el consumo y/o la inversión privadas. Respecto de la fuga de capitales, algo se financiará con mayor ahorro privado y la otra también reducirá la demanda interna de consumo e inversión. De esta manera, la caída del PBI en este trimestre, respecto del tercero y corregido por estacionalidad, no bajaría de 3%.
A su vez, una parte de la recesión de demanda, irá contra bienes importados pero otra afectará negativamente la producción interna. En octubre y comparado con el mismo mes del año anterior, las ventas en cantidad de los shoppings cayeron 8,5%, la construcción se estancó, la producción de carne estuvo 3,5% abajo y se vendió un 40% menos de baterías. En noviembre, las ventas internas de autos se derrumbaron 26%, la producción siderúrgica cayó 25%, los despachos de cemento 15%, la venta de materiales para la construcción 18% y la actividad industrial 7%.
La eliminación de la Tablita de Machinea, la insignificante baja de retenciones para trigo y maíz, los $200 a jubilados, el Plan de Obra Pública de $111.000 millones en 2 años de promedio, medidas recientemente anunciadas por la Presidenta que deterioran una ya mala situación fiscal de base, no tendrán ningún efecto compensador sobre la tendencia recesiva porque no hay ningún financiamiento para ello que no haga “crowding out” del gasto privado. Y si el gobierno financia la expansión fiscal perdiendo reservas, la suba del riesgo país seguirá empujando la actividad económica para abajo.
Por otro lado y ya en el plano del puro marketing Cristinista, el plan de financiamiento de bienes durables (autos, heladeras) a tasa baja con fondos del “ANSeS del robo” es tan absurdo que hasta da vergüenza ajena opinar desde lo técnico. Los $ 7.500 millones de las ex AFJP´s que están depositados en los bancos ya están financiando algo. No es que duermen una plácida siesta en sus bóvedas. Seguramente son préstamos al sector privado que serán cancelados por los bancos ya sea que acepten prestar a pérdida como quiere el gobierno de acuerdo con el programa anticrisis o que no. En éste último caso, los fondos irán a los bancos oficiales para que éstos sean los que experimenten el quebranto.
La otra es que los bancos no cancelen crédito privado y le entreguen al Banco Central las Lebacs y Nobacs que previamente ellos le compraron con los depósitos de las AFJP´s. En ese caso, habría pérdida de reservas por un monto equivalente y una suba del riesgo país que abortaría la expansión generada por el crédito barato del programa.
Dado que el 75% (8/10,7) del shock negativo que está sufriendo la economía es por la fuga de capitales, las cosas no son como sostienen los Kirchner de que veníamos fenómeno y de pronto apareció desde la tierra del Tío Sam el importado “efecto jazz”. Es al revés. Casi todo es por culpa de ellos en su afán de perpetuarse en el poder (y negocios varios), primero gastándose $275.000 millones de pesos de recaudación y luego arrasando con toda renta o activo líquido de sus enemigos. Hasta ahora el turno fue del campo, el petróleo y los “oligarcas” que ahorraban en las AFJP ¿Quién o quiénes los seguirán?
(*) Artículo publicado en La Nación, página 8, bajo el título “La Argentina ya está en recesión”, el 21-12-2008