Por Joel Vaisman
La suba de los precios beneficia a los países exportadores pero genera presiones inflacionarias a nivel global. Repercusiones internas y críticas cruzadas entre economistas y el Gobierno.
Los precios de los commodities generan preocupación
La preocupación por los altos precios internacionales de commodities ya es una preocupación mundial. Si bien la Argentina debería estar beneficiada por ser un país exportador, parece estar perdiendo una oportunidad única, así como ve como su tipo de cambio se aprecia, generando dudas en los industriales.
Mientras, los organismos internacionales ya piden soluciones para un escenario inflacionario que amenaza con reducir el crecimiento de los países. Por otro lado, algunos especialistas alertan contra una posible estanflación.
Un escenario favorable
Según un informe de la consultora Economía y Regiones (E&R), nuestro país todavía tendría unas condiciones muy favorables, ya que, comparando con dos años atrás, productos exportables como el maiz, la soja y el trigo han duplicado su precio, asegurando “una entrada neta de dólares a través de la balanza comercial”. El dólar débil, que trata de recuperar competitividad a la economía norteamericana, refuerza la tendencia a una creciente demanda de materias primas para alimentos y combustibles alternativos como el bio-diesel.
Por otro lado, el FMI ya ha dado la alerta en un comunicado del día 1 de julio, advirtiendo sobre el negativo impacto que los altos precios de commodities tienen en países pequeños e importadores. Según cifras del organismo, la inflación en productos alimenticios de los países pobres fue del 12% a fines de marzo, comparado con el 10% de enero. “Estos precios están siendo impulsados por la demanda creciente de consumo de alimentos, aumento de población y de poder de compra que ahora tienen China e India”, afirmó el economista Marcelo Lascano, que dijo también que “no se espera una revolución productiva que haga bajar los valores internacionales”.
También desde el ámbito local salieron críticas. El mismo día, la presidente Cristina Fernández de Kirchner atacó a “los timberos que quieren hacer negocio” con el alimento de los argentinos. "La especulación, que estaba circunscripta al ámbito financiero, comienza a trasladarse al mundo de los alimentos", dijo Cristina, frente a la mirada de los presidentes de países integrantes del MERCOSUR.
¿Un posible estancamiento?
Mientras el conflicto del Gobierno con el campo sigue, las proyecciones indican que la tendencia de los precios agrícolas se mantendrá al alza. Algunos economistas están advirtiendo que, de seguir creciendo estos precios sin ampliación de capacidad productiva, se puede llegar a un estancamiento en un escenario inflacionario.
“Si ocurre una estanflación no será por el precio de los commodities en una primera instancia”, aclaró, por su parte, el ex ministro de economía Roque Fernández, y agregó: “Mi interpretación es que el aumento de los precios agrícolas es tan solo el principio, luego sucederá lo mismo con los demás bienes”.
El ex funcionario del gobierno de Carlos Menem también observó que “los países van a padecer inflación por un tiempo, y el fenómeno de la estanflación podría venir más adelante, dependiendo de la política de los Estados Unidos. Si ese país sube demasiado la tasa de interés, podría suceder tal escenario”.
El Papel de los bancos.
A pesar de eso, el informe de E&R aclara que la Reserva Federal norteamericana tiene poco margen para subir las tasas de referencia, debido a la caída en la producción industrial y la construcción en ese país. El Banco Central europeo, por otro lado, estaría preparándose para subir la tasa de interés, soslayó Lascano. Un informe del Banco Credicoop apoya dicha hipótesis.
En sintonía con Fernández, el economista Jose Luis Espert, de Espert & Asociados, aseguró que en la Argentina “hay condiciones dadas para preocuparse. El gasto público está creciendo a lo loco y las causas de la inflación gozan de muy buena salud; por ejemplo, hay algunos ajustes de salarios que hablan de un incremento del 50%, entre otras cosas”. Y agregó: “Otro paro del campo complicaría mucho la situación para el 2009. La probabilidad de que ocurra un estancamiento no es nula, y lo que pase en el Congreso en estos días será importante”.
Lascano declaró que desde el conflicto con el campo, el PIB “ya descendió un punto por el impacto en la demanda agregada, y si se reduce el gasto público, será aun menor; aunque el nuevo tipo de cambio puede aminorar la inflación”.
La industria
En los últimos días, el tipo de cambio ha comenzado a apreciarse, alcanzando un nuevo piso de 3,05 pesos por dólar. Mientras suben los costos internos, algunos ya se preguntan si el próximo sector que puede perder competitividad sea la producción industrial.
Para Espert, “el Banco Central estaría mandando a bajar el dólar para castigar a los especuladores, y a los empresarios agropecuarios e industriales, tres sectores que el Gobierno quiere disciplinar. La industria, a pesar de haber sido un sector protegido, podría ser el próximo conflicto sectorial en el país dependiendo de cuánto los quiera castigar (el ex presidente) Néstor Kirchner”. “El conflicto ya está declarado en cierta medida, aunque a los industriales parece nunca alcanzarles el tipo de cambio”, opinó Lascano.
“No creo que haya conflicto con la industria, porque el actual tipo de cambio sigue siendo de equilibrio para ese sector”, objetó Fernández, aunque se sinceró: “La apreciación del peso no responde a una política antiinflacionaria, sino una penalización a lo que el Gobierno siempre llamó el modelo productivo”.