El incremento de los salarios en agosto aceleraría la presión inflacionaria y evidencia un ensanchamiento de la brecha entre los trabajadores formales e informales. Así lo sostuvieron los economistas consultados sobre los datos que difundió el INDEC ayer.
Camilo Tiscornia: «Generaun poco de desconfianza la aceleración de los tres últimos meses del incremento de salarios. Además, confirma el impulso al consumo, clave de esta economía. El dato es positivo, pero lo malo es que tiene gran consecuencia inflacionaria. Es así que en la fijación a futuro de precios y salarios se empiezan a incorporar expectativas de aumentos, por lo que se hace muy complicado contener la inflación. Los sindicatos ya están dando señales de que van a hacer fuertes pedidos de incrementos salariales, y hasta se habla de 30%».
Jorge Colina: «El incremento de agosto fue uno de los mayores de los dos últimos años. Si se compara con fines de diciembre de 2001, se ve que las remuneraciones del sector formal crecieron 155% mientras que en el informal fue de sólo 83%. Esta diferencia demuestra que el ensanchamiento de la brecha, sobre todo considerando que 40% pertenece al segmento de trabajadores ‘en negro’. Este índice es confiable, aunque no habría que tomar con premura el dato de que el poder de compra mejoró. Según las cuestionadas cifras oficiales, la inflación desde fines de 2001 fue de 100%. Esto indica que, si bien los salarios de los trabajadores registrados habrían mejorado, los de los informales se encontrarían aún rezagados».
José Luis Espert: «No me parece confiable este dato, creo que es un dibujo más. El hecho de que los salarios públicos hayan aumentado más que el promedio cierra con que éste sea un año electoral: el gobierno, al poder manejar de manera discrecional esta variable, es la que utiliza. De este modo se están manipulando los números y destruyendo el sistema de estadísticas».
