La actual inflación de Argentina no es como sostiene la Ministra Miceli un inocente residuo de la megadevaluación de 2002 porque un año después, en 2003, el aumento del IPC fue casi de nivel internacional: 3.7%. La aceleración vino a posteriori. En 2004 saltó al 6,1%. En 2005 se duplicó al 12,3% y en 2006 fue de 9,8% por las prohibiciones y limitaciones para exportar productos agropecuarios claves en el IPC.
Tampoco tiene razón el Secretario Guillermo Moreno con su ridícula tesis de que la inflación está causada por la descoordinación de las decisiones empresariales intra cadena y entre sectores (textual). El fracaso absoluto de sus medidas habla por sí mismas. Primero, controles de precios a punta de pistola versus los acuerdos del “diplomático” Roberto Lavagna. Luego, burdas prohibiciones de exportar carne para abaratar la colita de cuadril y al final, ya con la batalla perdida, directamente le hace a poner al INDEC el número de inflación que quiere Kirchner para seguir “sacándonos del infierno”.
Tampoco es un fenómeno monetario porque si bien el fisco está perdiendo el superávit fiscal a paso veloz a pesar de nuestro crecimiento económico chino, todavía no está en déficit y por su lado, el BCRA, cancela redescuentos, coloca deuda para acumular reservas y emite dinero pasivamente por seniorage (aumento de la demanda real de dinero e impuesto inflacionario) a un dólar de 3 pesos.
La inflación es culpa del activismo desenfrenado del gobierno que, en sólo 4 años, le agregó una “pichicata” de 100% de suba en los salarios nominales, $100.000 millones más de gasto público (5% del PBI) y un fuerte cierre a la competencia extranjera en sectores “sensibles”, a un boom espectacular de demanda provocado por la desaparición de la salida capitales (18% del PBI) y un shock favorable de términos del intercambio de 6% del PBI.
Dicho sea de paso, si el gobierno está tan lleno de corajudos para enfrentarse a complotadores, mafias, intereses espúreos, empresarios corporativos, etc., como siempre dice ¿Por qué no asume el costo político de dibujar impunemente como lo está haciendo cerrando el INDEC? Evitaría que éste se degrade y de paso le ahorraría a los contribuyentes $80 millones anuales de impuestos que cuesta su estructura.