El Banco Central (BCRA) redobló su apuesta ayer en el mercado cambiario, con una intervención récord de U$S65 M. Pese al esfuerzo de la autoridad monetaria, la divisa cayó un centavo, a $2,95.
El deseo del Central de sostener el tipo de cambio no parece ser una tarea fácil, sobre todo en un momento en el que todas las monedas del mundo, incluyendo las de los principales socios comerciales, como es el caso de Brasil, están apreciándose con respecto al dólar.
“El movimiento especulativo del mercado está buscando llevar a que el peso argentino siga apreciándose contra el dólar. El peso está hoy irrealmente subvaluado. Siguiendo el movimiento del resto de las monedas, se podría decir que está 15% por debajo de lo que debería valer”, aseguró a Infobae el responsable de cambios de uno de los bancos con mayor presencia del mercado.
En Brasil, de hecho, la divisa cerró ayer a 2,71 reales, incluso a pesar de las recientes declaraciones del presidente brasileño “Lula” da Silva, quien afirmó que el gobierno prefería un dólar más cercano a las 3 unidades. En Chile, en tanto, el peso alcanzó su nivel más alto de los últimos nueve meses, al cotizarse a 584,1, al tiempo que el euro y la libra cerraron en máximos históricos con respecto al dólar.
ESTRATEGIA. Sin embargo, la autoridad monetaria estaría dispuesta a mantener su actual nivel de intervenciones en la plaza cambiaria hasta fin de año, para contener al peso que, desde hace prácticamente dos meses, comenzó un paulatino proceso de apreciación con respecto al dólar, en línea con todas la monedas de la región. La divisa norteamericana cayó 1.67% desde comienzos de octubre, incluso a pesar de la creciente participación del BCRA a lo largo del período.
La entidad que preside Martín Redrado compró ayer un máximo de U$S65 M, cifra que sólo habría sido superada a principios de este año, cuando el BCRA salía juntamente con el Banco Nación para sostener el peso. En esa época, aseguran fuentes del Central, la intervención habría llegado a alcanzar los U$S90 M sumadas las compras de ambas entidades.
Es que en el mercado coinciden en que, además, en las próximas semanas habrá una mayor presión por parte de los exportadores que estacionalmente aumentan sus liquidaciones de divisas en diciembre y enero. Asimismo, se sumarían a estas ventas el ingreso de divisas por parte de fondos especulativos del exterior, que se desprenden de dólares para posicionarse en bonos argentinos, sobre todo los emitidos posdefault, como es el caso de BODEN 2012.
Si bien cada compra de dólares significa una inyección de pesos en el mercado, en el BCRA estiman que estarían en condiciones de mantener este ritmo de compras hasta principios de 2005,y aun así mantenerse en línea con el programa monetario que, según afirmó Redrado en reiteradas ocasiones, buscarán cumplir a rajatabla.
“La idea es contrarrestar la gran oferta de divisas. Las intervenciones están en línea con el programa monetario y las metas de inflación. Después, en marzo, no descartamos dejar que el precio se aprecie un poco”, aseguraron las fuentes.
Luego, a comienzos del 2005, no sólo esperan una reducción de las liquidaciones de exportaciones, sino que además se espera que se establezcan mayores controles al ingreso de capitales. El BCRA, por su parte, ya habló de vender sus bonos en cartera para ello.
“Economía no quiere revaluar los salarios”
Desde marzo del 2003 el tipo de cambio por dólar flota entre un piso de 2.75 y un techo de 3.06 pesos por unidad, ayudado con las intervenciones del Banco Central como principal comprador; de lo contrario la paridad se hubiera derrumbado, y hubiera posibilitado mejorar el poder de compra de las remuneración en términos de esa divisa.
Si se toma la variación de los precios internos, promedio mayorista-consumidor desde aquella fecha hasta hoy surge que el tipo de cambio se apreció 8.4% pero aun así está 33.1% devaluado respecto de uno a uno de diciembre del 2001. Es decir que los que venden al resto del mundo y no están alcanzados por las retenciones reciben hoy 49,4% más pesos netos de inflación que tres años atrás.
Esto es lo que Economía, alentado por las voces de preocupación de algunos exportadores influyentes, quiere defender, con el argumento de que de lo contrario se debilitará la capacidad competitiva de la producción nacional, porque el costo de los salarios sería más alto medido en dólares.
Pero a tres años del abandono del tipo de cambio fijo, el Gobierno parece aferrarse a una “neoconvertibilidad” que hasta ahora ha sido incapaz de catapultar las exportaciones, como ocurrió en los `90, y, por el contrario, mantiene elevados los índices de pobreza e indigencia. En consecuencia, persisten los costos y no aparecen los beneficios.
Manuel Solanet
“La estabilidad es casi una cuestión religiosa”
Mientras se mantenga la demanda de dinero por parte del público acompañando el aumento de la emisión monetaria que genera la compra de dólares no habrá presiones sobre la inflación. El tema sería preocupante si ese proceso se frenara.
Esto no se puede calcular matemáticamente, es una cuestión de prueba y error. Hasta ahora se ha comportado bien, pero es necesario ser muy cuidadoso con ese manejo monetario.
La estabilidad del tipo de cambio real forma parte de la filosofía fominante que alimenta el sector exportador; por eso el Gobierno no va a dejar que baje la paridad nominal.
José Luis Espert
“La Argentina tiene dificultades para flotar”
La hiperinflación marcó a fuego las dificultades de la Argentina para bancarse un tipo de cambio flotante. Hoy tenemos una política de paridad real estable, no ya nominal. Hace dos años que está constante, y como la inflación sigue baja y el dólar en el mundo se devaluó permitió absorber la inflación internacional.
En consecuencia, parece razonable que el tipo de cambio real no se aprecie demasiado y eso es consistente con una política fiscal muy dura. Pero hay que tener cuidado porque se puede acabar la absorción de pesos por vía de LEBAC.
Daniel Artana
“Este juego no se puede jugar por siempre”
Las compras masivas súper millonarias de dólares tienen efectos monetarios expansivos que requieren esterilizarlos con superávit fiscal y con emisión de letras del Banco Central. A los niveles de entradas de capitales del exterior esta estrategia parecería que se puede sostener.
Hoy ningún país flota libremente. Pero debe tenerse presente que no existe talcosa como estabilizar el tipo de cambio real, porque en algún momento se puede crear, porque en algún momento se puede crear mucha deuda.
Si el mercado quiere apreciar el peso, se va a apreciar. Pero por ahora eso no aparece como una amenaza porque la afluencia de capitales del resto del mundo es y continuará escasa.