El país asiático dará créditos por 30 millones de dólares a los importadores argentinos que les compren bienes y servicios
· El Gobierno cree que es el primer paso para que comience a llegar capital surcoreano destinado a la explotación de recursos naturales
· Visita de Kirchner en 2005
En un clima de elaborada moderación, lejos de los anuncios grandilocuentes y, por cierto, de las cifras abultadas, el Gobierno comenzó ayer a transitar la semana asiática: el presidente Néstor Kirchner recibió a su par de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, y suscribió un acuerdo para que el país oriental desembolse 30 millones de dólares que se destinarán exclusivamente a financiar, por medio de créditos blandos, la importación de bienes y servicios surcoreanos.
Esa iniciativa es en rigor de alto beneficio para el país que otorga los recursos. Quizás aún más que para el que los recibe. Sin embargo, con semejante apertura a la producción oriental, las autoridades nacionales aspiran a tentar a los capitales coreanos para que inviertan en la Argentina, principalmente en la instalación de plantas fabriles abocadas a la producción de tecnologías de las comunicaciones y en la exploración y explotación de recursos energéticos.
Por ello, ayer se firmaron convenios de cooperación bilateral en cuatro áreas, entre las que se encuentran las dos mencionadas.
Según los documentos suscriptos, los trabajos conjuntos entre la Argentina y Corea serán en materia de energía y recursos minerales; educación y cultura; tecnologías de la comunicación y la información, y, finalmente, en el estímulo de la reciprocidad comercial.
El memorándum de entendimiento para que el Eximbank de Corea desembolse por medio del Banco Nación los créditos por 30 millones de dólares fue suscripto durante la reunión que mantuvieron Kirchner y Roh Moo-hyun, en la Casa Rosada. Ese cónclave fue el anticipo de la visita que hará hoy por la tarde el presidente de China, Hu Jintao, sobre la que pesan las mayores expectativas oficiales.
“Debemos acercar nuestras economías para que aprovechemos la existencia de complementariedades que nos faciliten tener un comercio y una cooperación fluida, que ayuden a crear puestos de trabajo en nuestros territorios”, dijo Kirchner en el discurso de bienvenida que pronunció.
“Nuestras ventas se concentran en productos primarios y materias primas, lo que pone a la vista la necesidad de una conveniente diversificación que puede ser promovida por medio de inversiones directas en sectores industriales de media y alta tecnología. Aspiramos a la creación de empresas conjuntas de coreanos y argentinos”, agregó.
El presidente surcoreano resaltó por su parte que se estudiará el envío de una delegación de su país para evaluar la viabilidad de estas proyecciones.
Por la noche, en el agasajo que Kirchner le hizo a su par surcoreano en el Palacio San Martín, se anunció que el jefe del Estado viajará al país asiático el año próximo como retribución a la visita efectuada por Roh Moo-huyn.
“Estoy seguro de que esta visita va a ser el punto de inflexión que nuestros países necesitan para profundizar las relaciones”, dijo Kirchner antes de la comida que compartieron en la sede de la Cancillería rodeados de sus respectivas esposas.
Inmediatamente, Roh Moo-hyun felicitó a la Argentina por las medallas de oro obtenidas en los juegos olímpicos de Atenas en fútbol y basketball. Y provocó el aplauso de todos los presentes cuando destacó que este último deporte era el que practicaba Kirchner en su juventud.
Moderación
Más allá de que la Casa Rosada se autoimpuso moderación, el ministro de Planificación, Julio De Vido, dijo a LA NACION que “los acuerdos son muy importantes. Abren canales para que muchas empresas se instalen en la Argentina para fabricar productos, con lo que podríamos ser base de sus inversiones”.
“Además, acá hay una comunidad coreana muy importante, lo que siempre ayuda para que las empresas hagan base en el país”, consideró.
El secretario de Comunicaciones, Guillermo Moreno, se expresó en igual sentido. “Lo que nosotros ofrecemos es un mercado. Buscamos avanzar en la producción local de tecnologías de la comunicación, pero para participar en la oferta global, para dejar de ser un demandante pasivo de estos productos”, explicó.
También el secretario de Minería, Jorge Mayoral, esgrimió esos argumentos. “Corea [del Sur] es un país industrial y no cuenta con recursos mineros. Tienen un crecimiento sostenido, y necesitan garantizarse el traccionamiento de la demanda que generan, por eso creemos que podrán hacer negocios de exploración y explotación con el sector privado nacional”, sostuvo.
“De hecho, ya están a punto de comenzar a trabajar con el financiamiento de un proyecto de extracción de cobre en la provincia de Catamarca, que está muy desarrollado”, completó Mayoral.
A juicio del ministro De Vido, el crédito de US$ 30 millones otorgado por Corea del Sur resulta más importante por el significado político que tiene que por la cifra que involucra.
“El préstamo tiene un significado muy importante, sobre todo cuando la Argentina está negociando su salida del default. No hay que fijarse en el monto, sino en el significado que tiene”, dijo De Vido. En rigor, no es el primer préstamo posterior al default, ya que Europa ha emitido préstamos luego de la crisis de 2001.
Los economistas creen que el préstamo otorgará previsibilidad
Dicen que con esta ayuda el país se reinsertaría en el mundo
El anuncio del presidente de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, de otorgar un crédito por 30 millones de dólares a la Argentina para estimular el comercio bilateral con el país fue recibido como un signo de acercamiento entre las dos economías por varios economistas consultados por LA NACION.
Además, interpretaron que puede ser una oportunidad para que la Argentina se acostumbre a cumplir con los acuerdos firmados y que ayude a reinsertarse en los mercados mundiales.
Para el economista titular del Ieral de la Fundación Mediterránea, Nadin Argañaraz, el acuerdo con Corea “puede verse disminuido por expectativas que se habían creado, pero iniciar el camino siempre es positivo”. Además, consideró que puede ser una oportunidad para “dar previsibilidad al país” en materia de acuerdos comerciales.
Argañaraz consideró que el acuerdo se debe insertar en el marco de las oportunidades que la Argentina tiene con toda la región asiática. “China es la locomotora, pero toda la región es muy importante”, dijo a LA NACION desde Córdoba, aunque agregó: “Hay que tener en cuenta los objetivos que buscan los países asiáticos. Por ejemplo, China va a tratar de industrializar los bienes en su país y comprar sólo materia prima”.
En el mismo sentido, el economista Orlando Ferreres rescató que el acuerdo con Corea del Sur “está en línea con la oportunidad de comerciar con lugares que la Argentina no tenía demasiado contacto”. Respecto de la cifra del convenio, Ferreres dijo que “por algo se empieza”. Agregó: “No hay que pensar en cifras grandilocuentes que después la Argentina no pueda cumplir, ya sea en los volúmenes o en el plazo”.
Monto irrelevante
En sentido contrario, el economista José Luis Espert se preguntó “qué es lo que está ocultando el Gobierno para anunciar algo tan irrelevante” en materia comercial.
“A los economistas nos importan los números, y la verdad el número anunciado [US$ 30 millones] es irrelevante”, indicó.
Espert comparó el monto del acuerdo con el préstamo a largo plazo de US$ 100 millones que hace pocos días la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial otorgó a la Aceitera General Deheza. “Comparada con esa operación, este préstamo entre países no existe”, agregó.
El préstamo otorgado por Corea del Sur a la Argentina destinado a financiar a importadores locales para la compra de bienes y servicios manufacturados de origen surcoreano no es el primero de este tipo que se otorga después de que el país cayó en cesación de pagos.
En octubre de 2002, España otorgó un préstamo por 100 millones de euros para proyectos de infraestructura, sanidad y educación. En esos meses, también Italia concedió una línea de crédito por 75 millones de euros para que las pymes locales exportaran a ese país, con el objetivo de desarrollar proveedores para las empresas italianas.
Para Debora Giorgi, economista del grupo Alpha, este tipo de acuerdos son muy comunes. “Es una práctica de uso común en la inserción en el país de tecnología de punta. Algunos suelen tener posibilidades de capacitación -agregó-. Además, estos acercamientos son bienvenidos”, dijo.
Opiniones
Nadin Argañaraz
· “Por las expectativas y por los montos que se barajaron, puede parecer poco, pero iniciar el camino siempre es positivo.”
Orlando Ferreres
· “El negocio con Corea puede avanzar, en la medida en que el país cumpla con las reglas que se acordaron en el acuerdo.”
José Luis Espert
· “Un acuerdo bilateral tiene que ver con bajar aranceles, eliminar cuotas; en este caso no hay nada de eso, sólo es protocolar.”
Débora Giorgi
· “En este tipo de convenios, es importante que, además de importar, se le dé una mayor participación a la producción nacional.”