Tras intensas negociaciones, que estuvieron a punto de fracasar, los principales partidos políticos argentinos acordaron el nombre del nuevo mandatario. Sin embargo, aún no existe claridad sobre la extensión de su mandato y la convocatoria a elecciones presidenciales.
En lo que es un nuevo capítulo de la crisis que azota a la nación transandina y en medio de una
fuerte tensión social y política, la Asamblea legislativa inició anoche con casi tres horas de retraso la sesión para designar al peronista Adolfo Rodríguez Saá como Presidente interino de Argentina. Así, el nuevo mandatario debía jurar hoy a las 11 de la mañana.
Aún no había claridad, sin embargo, sobre la extensión de su mandato. Esto porque la Unión Cívica Radical (UCR) y sectores peronistas cercanos al ex Presidente Carlos Menem exigían que el nuevo gobernante cumpla el resto del período de Fernando de la Rúa.
Incluso algunas versiones recogidas en el Congreso argentina sugerían que el propio Rodríguez Saá desea mantenerse en el gobierno hasta el 2003. Sin embargo, los gobernadores peronistas, Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota y Carlos Reutemann defienden la idea de las elecciones anticipadas a través de la ley de lemas. A pesar de ello la UCR y los sectores menemistas del justicialismo habían asegurado anoche su apoyo al ahora renunciado gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, para convertirse en Presidente interino.
Por eso sólo quedaba aclarar el tema de las reformas electorales y el llamado a elecciones para el 3 de marzo próximo que los legisladores discutirían durante la noche.
Medidas económicas
Durante el día, sin embargo, hubo trascendidos, provenientes de cercanos al nuevo Mandatario, sobre las medidas económicas que adoptará Rodríguez Saá. Así se confirmó la intención del nuevo gobierno de mantener el plan de convertibilidad cambiaría de un peso equivalente a un dólar, lo que da un respiro a miles de argentinos que tienen deudas en esa moneda, pero reciben salarios en pesos.
La paridad, cuestionada por muchos expertos dado que no refleja un sinceramiento de la verdadera realidad económica argentina, fue confirmada ayer por el designado Mandatario interino. "Se va a mantener la paridad un peso, un dólar", destacó Rodríguez.
Adicionalmente, en una cumbre del Partido Justicialista (PJ) en la que los expertos de esa colectividad discutieron el rumbo económico del nuevo gobierno, así como en la Asamblea Legislativa, que se prolongó hasta altas horas de la noche, se analizó la posibilidad de lanzar un grueso plan social, que incluya un seguro de desempleo.
También se estudió la posibilidad de declararse en default o cesación de pagos de la abultada deuda externa argentina, que alcanza a los US$ 132 mil millones. De hecho, el gobernador del PJ, Rubén Marín, declaró que "el default es un hecho".
Sin embargo, el nuevo gobierno esperaría que los nuevos funcionarios del ministerio de Economía realicen un viaje a Estados Unidos para declararlo formalmente. Esa es la postura que transmitió Rodríguez Saá durante la reunión que mantuvo ayer con los gobernadores justicialistas en la Casa de Gobierno. Allí también se planteó otra postura tendiente a reconocer la cesación de pagos en forma inminente, según trascendió. Incluso, se habló de la posibilidad de adoptar una tercera moneda.
Los planes que se barajan para salvar la economía
A pesar de las medidas anunciadas ayer, aun quedan una serie de dudas. Con un gobierno interino de dos meses -liderado por el peronista Adolfo Rodríguez Saa- nadie sabe a ciencia cierta cuál será el destino de la economía argentina en el mediano y largo plazo. Por eso es que el justicialismo -que ya tiene el poder en sus manos- está barajando todos los caminos posibles y sumando los costos que le puede traer una eventual devaluación.
Entre los planes que más suenan figuran:
-Plan 1:
El economista José Luis Espert, de la consultora argentina Espert, advierte que la salida va por el lado de: Apertura comercial total para todos los sectores. Establecer un arancel generalizado de 1% ó 2% como máximo.
-Sincerar el tipo de cambio.
Devaluar la moneda en un 50%, como mínimo.
-Avanzar hacia una estricta política fiscal, una profunda reforma al estado, eliminar la coparticipación de las provincias en la recaudación de impuestos global del país.
-Pasar de un capitalismo corporativista a uno competitivo.
-Plan 2:
-Con devaluación, los caminos que se barajan son:
-Pesificar. En la práctica se devalúa el peso en un porcentaje fijo o se deja flotar el tipo de cambio.
-Tipo de cambio múltiple. Una variante de la pesificación. Habría un dólar bancario alto, otro comercial intermedio y un hipotecario más bajo.
-Devaluar sin pesificar.
Se modificaría el valor del dólar, pero tanto los depósitos como las deudas en dólares se mantienen en esa moneda, beneficiando a los ahorristas.
-Plan 3
-El profesor de Harvard, Ricardo Hausmann, ex funcionario del BID, plantea:
-Liberalizar el tipo de cambio, lo que impulsaría las exportaciones y la actividad. El problema es que un peso depreciado dejaría en las nubes el valor de la deuda -casi toda en dólares- en términos de pesos.
-Para impedirlo, dice Hausmann, debe convertirse a pesos toda la deuda (unos US$ 132.000 millones), pero no a simples pesos, sino que indexados a la inflación, en un mecanismo similar a la UF. Así se mantendría el valor real o de poder de compra de esos pesos.
-Paralelamente, la propuesta enfatiza sobre la necesidad de lograr buenos resultados sobre las metas de inflación, y menciona los casos de Chile y de Brasil.
Por otra parte, se esperaba también anunciar la reglamentación por parte del Poder Ejecutivo del proyecto de ley que deroga los superpoderes y la eliminación de la restricción al retiro de salarios y jubilaciones, aunque continuaría la imposibilidad de retirar fondos de depósitos y plazos fijos.
"Voy a proponerle al país un severo plan de austeridad para que la política, para que el Estado, no tenga gastos superfluos innecesarios", indicó Rodríguez Saá en un programa televisivo.
El anuncio contemplaría un dura reducción de gastos en la administración pública, eliminación de ministerios y secretarías, fusión de oficinas y la provincialización de la obra social de los jubilados y pensionados.
Según versiones periodísticas, Rodolfo Frigeri, actual diputado nacional y hombre cercano al senador Eduardo Duhalde -de la poderosa provincia de Buenos Aires- será el nuevo secretario de Hacienda. El nuevo gobierno anunciaría en las próximas horas un programa para la creación de un millón de nuevos puestos de trabajo.