El llamado a una concertación multisectorial para buscar una salida de la crisis es considerada, entre los economistas, una señal importante para los inversores. "Es la última alternativa del Gobierno para ganar credibilidad", coincidieron los especialistas consultados por LA NACION, quienes también señalaron la necesidad de que el encuentro arroje resultados concretos y una mayor previsibilidad en materias como el déficit fiscal, el presupuesto del próximo año y la reactivación de la
demanda.
"Es una buena iniciativa y tiene que salir bien -dijo Jorge Remes Lenicov, diputado nacional por el Partido Justicialista (PJ)-. Esta es la última oportunidad que tiene el Gobierno para ganarse la confianza de la gente y de los inversores."
"Está claro que un acuerdo de este tipo, si permite eliminar incertidumbres sobre cuáles van a ser las políticas económicas en el futuro, podría servir", opinó Pedro Rabasa, gerente del Departamento Económico del Scotiabank Quilmes.
Pero el economista se mostró algo escéptico en cuanto a los resultados concretos del acercamiento. "La realidad es que estos acuerdos son muy difíciles de conseguir y hay pocos antecedentes en el mundo", comentó.
Para Oscar Liberman, director de la Fundación Mercado, la concertación puede contribuir a aplacar la incertidumbre. "Ayudaría en la medida en que no haya más quejas sectoriales o que el Gobierno aparezca con medidas extrañas", señaló.
Según Aldo Abram, de la consultora Exante, el llamado del Gobierno es una toma de conciencia sobre la falta de credibilidad en la capacidad de gestión de la clase política argentina.
"Cuando la credibilidad es cero, el crédito es cero", afirmó.
José Luis Espert, titular de Espert & Asociados, fue el más pesimista de todos los consultados. "Cuando los gobiernos llaman a concertar es porque no tienen ni idea de lo que tienen que hacer con el país -disparó-. Por el tipo de medidas que ya está anticipando el Gobierno, esto va a significar un llamado a la profundización de la crisis en la que estamos."
A la hora de señalar los temas que deberían ser incluidos en la agenda de la concertación, hubo menos coincidencias.
Mientras algunos se entusiasmaron con la participación de todos los protagonistas de la economía local, otros se inclinaron por un acuerdo político más general, que evite la puja de intereses sectoriales.
Lo cierto es que la reactivación de la demanda interna será uno de los ejes principales del debate. Una de las propuestas que acercaría el Gobierno a los empresarios para incentivar las ventas sería el lanzamiento de ofertas importantes sobre determinados productos por un tiempo limitado (por ejemplo, hasta las fiestas de fin de año).
En Economía tomaron nota del éxito de "Vamos al cine", la promoción de entradas a dos pesos realizada en las salas de todo el país durante el 15 y 16 del actual: en sólo dos días, se vendieron 551.000 boletos contra 53.000 del mismo período de la semana anterior, mientras que la facturación fue de $1.106.000 contra 53.000 pesos.
Los Estados Unidos son otro ejemplo de peso. Para salvar la temporada navideña, los comercios minoristas están ofreciendo descuentos especiales por comprar a determinada hora del día, y hay rebajas de hasta un 50% en algunos productos.
¿Pero es ésta una alternativa viable en un escenario de deflación? "Como los precios ya están perforados, no tienen piso", aseguró Liberman.
¿Qué rubros serían incluidos en la oferta? En el Gobierno estarían pensando en los automóviles. "Creo que tendrían que incluir alimentos y textiles, porque la gente no está desesperada por consumir bienes durables, sino por recuperar su canasta de consumo diario", agregó. Abram desconfió de la idea. "Si hubiera una empresa que considerara que podría ganar más plata bajando los precios, ya lo habría hecho", dijo.
Remes Lenicov opinó que la agenda de la concertación debe tener un núcleo de cortísimo plazo de cinco puntos: la deuda, la reactivación de la demanda, la política arancelaria, la política monetaria y las tarifas de servicios públicos.
Para el largo plazo señaló temas como una reforma tributaria estable, la reforma del Estado, la coparticipación de impuestos, el futuro de las universidades y la Justicia.
"Acá hay un problema de credibilidad y de integralidad política: hay que anunciar todo junto y de una vez, porque acá nadie sabe si lo que el Gobierno anuncia hoy no lo va a cambiar mañana", agregó.
Para la reactivación del consumo, el economista se inclinó por una rebaja de cuatro o cinco puntos del impuesto al valor agregado (IVA) sobre productos de primera necesidad, un seguro integral para jefes de hogar desempleados y la suba de algunos aranceles de importación.
"Se necesita, ante todo, un claro diagnóstico de dónde estamos parados. Acá no se puede hablar de un clic", dijo en referencia a las expresiones del presidente Fernando de la Rúa, quien aseguró que los argentinos están con demasiado espíritu ahorrativo.
Abram pidió un acuerdo político entre el delarruismo, el justicialismo y Acción por la República, el partido liderado por el ministro de Economía, Domingo Cavallo. "Esto tiene que ser algo muy distinto de un acuerdo multisectorial -opinó-.
De lo contrario, todo se va a contaminar con intereses particulares, cada uno va a tratar de llevar agua para su molino. Esta es una democracia republicana y representativa, los que tienen que resolver son los dirigentes políticos."
En cuanto a la agenda de la concertación, el economista incluyó el déficit cero para este año, un presupuesto 2002 creíble, una reforma del Estado que incluya la eliminación de la estabilidad del empleado público, una nueva ley de coparticipación, un gasto social más eficiente y la reforma del sistema de salud.
Abram descartó cualquier tipo de política activa para reactivar el consumo. "Las medidas que anunció el Gobierno (rebaja del IVA para compras con tarjetas de débito y de los aportes de las AFJP) no van a tener ningún impacto sobre la demanda interna, porque el gran nivel de desconfianza absorbe cualquier efecto -aseguró-.
En medio de una gran incertidumbre, si la gente recibe más plata la ahorra, y cuanto más lejos de la Argentina, mejor. Además, los pases mágicos de los que hablan algunos economistas no existen."
Según Espert, la única salida de la Argentina es un cambio de modelo. "Hay que imitar a Chile, donde el producto bruto interno (PBI) real per cápita creció un 90% en los últimos veinte años, mientras que acá creció cero", dijo.
Vivir de las exportaciones
"El modelo chileno está definido por un alto ahorro interno, por eso el déficit cero, y por vivir de lo que el país produce para exportar, con una apertura total de la economía y un tipo de cambio realista -agregó Espert-. Pero acá se está hablando de todo lo contrario: de cerrar la economía, revitalizar el rol del Estado o cómo administrar terceras monedas."
En cuanto a las frases del Presidente alentando al consumo, Espert las calificó de absurdas. "No hay ningún clic que estimule la demanda cuando hay pánico cambiario y los depósitos se trasladan al colchón o al exterior -dijo-. Y el Gobierno no tiene que tomar medidas activas, acá lo que falta es mucho ahorro interno y mucha producción para exportar. Es muy simple: ¿cómo se triunfa en la vida?, trabajando y ahorrando."
Liberman cree que las medidas anunciadas por el Gobierno no alcanzarán para alentar el consumo. "Están en la dirección correcta, pero tendrían que haber sido más generales y contundentes -comentó-. Yo me hubiera jugado por una baja más importante del IVA, al 15%, que hubiera generado un mayor ingreso en la gente pero sólo disponible en el momento en que se gasta."
Rabasa descartó la propuesta. "Cada punto de IVA es una cantidad demasiado grande de dinero, unos $ 900 millones -comentó-. En este ambiente de incertidumbre, el efecto positivo no resultaría importante, y además pondría en peligro las cuentas fiscales. De hecho, hay muchos productos que han bajado muchísimo de precio y la gente no los compra."