Si hasta ayer la mayoría de los grupos empresarios se debatían entre la pena y la nada, el acuerdo con el FMI pareció cambiar esa opción. Ahora se mueven entre la cautela y un leve optimismo con un objetivo bien preciso: que regrese el crédito.
"Si usted aplica en Italia las tasas que rigen en la Argentina, le aseguro que a los italianos rápidamente la economía se les va al diablo", graficó ayer un industrial de la alimentación. La ausencia de crédito fue la gran protagonista de estos meses. El sector privado sólo obtuvo unos 1.000 millones en obligaciones negociables el último febrero, poco después del blindaje. Desde entonces, la plaza está seca.
Para Alfredo Coto, de la cadena de supermercados homónima, las huellas que está dejando esta crisis son muy profundas. "Sufrimos un verdadero ahogo financiero.
Necesitamos que la tasa deje de ser usuraria, algo que podría lograrse si el país se torna previsible", le dijo a Clarín.
En una de las lácteas señalaron que se vive una situación extrema, "con una moratoria privada de hecho, donde nadie paga y nadie cobra".
– Y tras este acuerdo con el Fondo, ¿cuál es su pronóstico?, se les preguntó.
– Pronósticos por ahora no.
Algunos industriales coincidieron que lo novedoso de este acuerdo con el FMI pasa por buscar una salida para aliviar el peso de la deuda argentina. En una multi- estadounidense señalaron que Argentina se ha convertido nuevamente en un caso testigo: "Eso tiene a favor que tanto en el Fondo como en el gobierno de EE.UU. harán un esfuerzo para que salga bien. Y tiene la contra de que ahora habrá que cumplir con una regla muy rígida como la del déficit cero".
Varios de los economistas que asesoran al grupo Perez Companc llegaron ayer a la misma conclusión. Y destacaron el nuevo criterio por parte de los acreedores de buscar que sea viable la economía argentina. Lo que ahora se ha dado en llamar sostenibilidad.
En Techint se preocuparon especialmente por el nuevo marco comercial que comienza a insinuarse con la unión entre el Mercosur y Estados Unidos: "Será positivo sino se limita a una discusión arancelaria y si Washington accede a destrabar las medidas que frenan el comercio real".
En el caso de los aceros planos, que se utilizan en la industria automotriz, Techint denunció barreras a la importación "que impiden el ingreso a EE.UU. de unas 20 millones de toneladas de acero. Eso equivale a casi toda la producción de América latina", tronaron.
El acuerdo encontró simpatizantes en en el sector automotriz. Ayer sus voceros comentaron con entusiasmo que aunque no sea significativo en cuanto al monto, le pone un parche a la salida de depósitos. "Y puede abrirse una ventana al crédito".
Entre los que fabrican electrodomésticos había ayer más ánimo para festejar: "Si hay un cambio de humor, los consumidores se van a lanzar. Con tres años de recesión hay mucha demanda reprimida", comentaban en Whirpool.
Carlos Oliva Funes de Swift cree que es la última oportunidad. Según su razonamiento, esta vez no se trata de ganar tiempo, el Gobierno debe cumplir con el déficit cero. "Si se logra estabilizar la economía y comienzan a recuperarse los depósitos, se puede ver la luz al final del túnel", añadió.
Pero a nivel de las cámaras empresarias hasta anoche no había una posición común. A tal punto que en el grupo Productivo, que aglutina desde el agro a la construcción, no había consenso para emitir un documento que llevaba como título simplemente, "ahora, a trabajar".
Los vaivenes de Menem
Desde la quinta de Don Torcuato, donde cumple un arresto domiciliario por el tema de las armas, el ex presidente Carlos Saúl Menem consideró ayer "oportuna y un alivio para la situación argentina" la ayuda financiera concedida por el Fondo Monetario Internacional.
Sin embargo, sus opiniones contrastan con otras declaraciones que el ex mandatario había hecho con anterioridad, sobre temas de la coyuntura.
· En abril, Carlos Menem se manifestó a favor de la dolarización de la economía. Así, aconsejó a "todo argentino que tenga un peso, que compre dólares lo más rápido posible".
En esa oportunidad, Menem sostuvo que "el ministro Cavallo está tratando de incorporar a esta moneda (el dólar), que es la más fuerte del mundo, una más débil, el euro. Esto ha traído desconcierto, ha crecido la falta de seguridad en la Argentina, creció en forma impresionante el riesgo país y ha empeorado ostensiblemente la situación económica".
· En julio, después de definirse como un "rehén político" de la Alianza, Menem aseguró: "conmigo no se hubiera llegado a esta crisis".
· Finalmente el sábado pasado, sostuvo que el FMI "no estaría dispuesto a ayudar a la Argentina" y consideró que esa eventual negativa podría provocar la cesación de pagos del país.
Ahora dependemos de una férrea disciplina fiscal
El anuncio del Fondo Monetario de un acuerdo con la Argentina, con desembolsos extra por 8.000 millones de dólares, puso en evidencia que las negociaciones con el organismo internacional recién comienzan, según interpretaron analistas económicos consultados por Clarín.
Aún quienes prevén un escenario más alentador, como Abel Viglione y Orlando Ferreres, estiman que únicamente se concretarán a través de una férrea disciplina fiscal. Carlos Rodríguez reclamó la supresión de áreas enteras en la asignación del gasto público, como las Fuerzas Armadas o la enseñanza universitaria gratuita. En tanto José Luis Espert interpretó el acuerdo como la profundización de un círculo vicioso de ortodoxia económica y recesión.
· Carlos Rodriguez (del CEMA). El acuerdo con el Fondo significa que continúa el diálogo. Pero se trata de un apoyo condicionado. Por ejemplo, el Fondo habla de introducir leyes para reformar el sistema de Coparticipación Federal, lo que significa que todo está por verse. El problema de la Argentina va mucho más allá de la poca liquidez.
Hace falta un liderazgo político para encarar las verdaderas reformas: no hay que recortar sueldos sino áreas enteras, como las Fuerzas Armadas en favor de la Policía y la Gendarmería, o gastos para financiar universidades gratuitas mientras se multiplican villas miseria de 50.000 personas.
· Abel Viglione (de FIEL). A la Argentina le han dado la oportunidad de un nuevo Plan Brady, que es ese tramo de 3.000 millones de dólares del acuerdo, que sería para canjear bonos. En otras palabras, devolvieron la pelota al campo argentino, para que se decida cómo hacer los cambios puertas adentro.
Si la dirigencia política, empresarial y sindical reacciona con cordura, es probable que en un par de años podamos observar un cambio importante. Si comenzamos a cumplir con el déficit cero en forma automática, es probable que ese cambio se concrete el año próximo.
· Orlando Ferreres (economista). En 3 meses se puede volver a la normalidad: con las empresas de primera línea volviendo a tomar créditos a tasas inferiores al 10% anual.
Eso será posible, siempre que quienes están en el Gobierno dejen de pelear entre si. Según mis cálculos, el déficit de agosto no será cero, pero estaremos cerca: de modo que no tiene sentido un riesgo país de 1.600 puntos como el del martes, con un escenario cercano al déficit cero.
· José Luis Espert (consultor). El acuerdo con el FMI profundizará el círculo vicioso ajuste ortodoxo-recesión, que acentúa la falta de credibilidad. Algo sensato desde un punto de vista técnico como es el déficit cero llegó tarde. Llevar el déficit nacional y provincial a cero significa reducir en 12.000 millones de dólares anuales el gasto nacional y otros 3.500 millones de gasto provincial. En otras palabras, es un ajuste del 5,5% del Producto Bruto, un ajuste bestial que agravará el círculo vicioso de la recesión.