Como una positiva noticia, pero que en ningún caso representa el alivio final para Argentina, califico el economista trasandino Jose Luis Espert, de la consultora Espert & Asocíados, el anuncio de recomendar la ayuda financiera extra para Argentina, efectuado el martes por la noche por el director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Koehler.
-¿Cómo califica el anuncio del FMI?
-Pongámoslo así: es bueno y positivo que el director ejecutivo del Fondo diga que va a recomendar al directorio la aprobación del programa argentino. Sin embargo, el anuncio no significa que se haya aprobado en definitiva el acuerdo.
-¿Pero es casi imposible que el directorio no acoja la recomendación?
-Es cierto, en general, cuando el director dice una cosa así, el directorio aprueba. En todo caso, habrá que esperar que de aquí a la reunión, que es a principios de septiembre, el gobierno argentino cumpla con varios requisitos que están nombrados en el comunicado que emitió el Fondo.
-¿Se puede considerar el anuncio del FMI corno el gran paso para terminar con la crisis?
-De ninguna manera, diría que faltan muchos pasos para poder decir que la crisis terminó.
-¿Como cuáles?
-Como ver si realmente los depósitos dejan de caer. Además, cumplir con los tres puntos que pidió el directorio y que dicen relación con la ineficiencia y rigidez que ha significado el régimen de coparticipación federal de impuestos; el cumplimiento del plan de déficit cero y, por último, ver lo que el fondo llamó "el fortalecimiento de los bancos públicos o estatales".
-¿Se lograrán esas señales, qué pasará si no se alcanzan?
-En las próximas dos semanas veo muy difícil que se puedan dar señales positivas al directorio del FMI que aseguren que la nación va a recibir el apoyo del organismo. De fracasar en la señales, no veo que el directorio del Fondo vaya a aprobar lo que anunció.
-¿Cuál es a su juicio la principal traba para mostrar un avance?
-El tema de la coparticipación federal de impuestos. La modificación que se está exigiendo es que las provincias no tengan un sueldo fijo y corran el mismo riesgo que corre el gobierno cada mes, lo que las llevaría a tener que bajar el gasto público. Este es un tema que las provincias han dicho que lo van a rechazar. En cuanto al déficit cero, tampoco será fácil dar señales al respecto.
-¿Y si se dan las señales y el FMI acepta la recomendación?
-El cumplimiento del déficit cero es una tarea muy difícil porque implica a nivel nacional una baja del gasto como promedio anual del 50% en el gobierno federal y de 20% en las provincias. Todo esto significaría hacer un ajuste fiscal de cinco puntos y medio del producto para llegar a déficit cero.
Lo que representa, en un contexto de baja credibilidad, donde no entra capital para aceitar el ajuste, un proceso más que complicado.
-¿Pero los mercados han reaccionado bien. Ellos parecen estar más confiados?
-No hay que cantar victoria. Lo que se ha visto en los mercados ha sido un veranito de San Juan, y en Argentina hemos tenido varios en la última década. Descarto por completo que nos encontrarnos en un quiebre de la tendencia de deterioro. Podemos hallarnos , en el mejor de los casos, en un ciclo financiero, pero la tarea que hay que hacer es muy dura.