– Quienes están a favor de este plan económico dicen que para superar las dificultades que atraviesa hay que profundizarlo; otros, que están en contra, aseguran que se debe terminar con él, ¿cuál es su posición?
– Yo nunca he estado a favor ni en contra en términos filosóficos con respecto al plan económico. Creo que es un plan que ha cambiado drásticamente la manera de ganar plata en la Argentina. lo que es muy bueno. Ha liberalizado el mercado de cambios y la balanza de pagos, ha desregulado la economía. Pero ha tenido una contracara muy negativa que es la que está haciendo eclosión en este momento en la Argentina: un déficit fiscal absolutamente inmanejable que está en la causa de la elevadísimo tasa de desempleo que tiene la Argentina. Lamentablemente es difícil hacer creer a la gente que es necesario más ajuste para salir de este atolladero: aunque cueste creerlo en la Argentina no hubo ningún ajuste fiscal en serio. Toda la plata que se recaudó en impuestos se ha gastado; se liquidaron las privatizaciones y esta plata no está; se ha endeudado mucho al sector público en estos años y todo por cuestiones de déficit fiscal. La solución que viene es extremadamente dura y hace falta más ajuste para salir de esto.
– ¿Ajuste sobre dónde?
– Las alternativas que quedan son cada vez mis chicas para hacer ajustes no cruentos. Se reduce de manera creciente la manera de hacer ajustes no dolorosos. Eliminamos la posibilidad de devaluación, porque después del pasado hiperinflacionado de la Argentina es imposible pensar que se puede “ir de este con devaluación. Yo diría que quedan dos alternativas: o el ajuste lo paga el sector público o, como siempre lo ha pagado en este Plan de Convertibilidad, el sector privado. Si lo paga el sector público, que es lo que correspondería, lamentablemente, la solución es muy dura: va a haber que despedir gente del sector público, bajar salarios nominales y a lo mejor bajar pensiones; esto es muy duro.
Si lo paga el sector privado va a haber que seguirle sacando plata, como se ha hecho en estos años. Queda poco margen para las soluciones no dolorosas; si las soluciones no son dolorosas, si acá se nos dice que hay un pequeño ajuste, probablemente vuelva algo de capital pero en 6 meses estaremos discutiendo de nuevo el problema fiscal y a ver qué nuevo ajuste hacemos. O se asume la imposibilidad de sostener este diseño de política fiscal o la Argentina va a tener problemas extremadamente serios en el corto plazo.
– ¿Cuáles serían las soluciones no dolorosas?
– Hablé de dolorosas porque de las otras no existen. Todas son dolorosas si se quiere hacer estable al modelo; las no dolorosas, insisto. harán que en 6 meses estemos discutiendo de nuevo el tema fiscal.
– ¿A qué apunta la Reforma del Estado II?
– La reforma II es absolutamente irrelevante para solucionar el problema básico que tiene la República Argentina, un déficit fiscal galopante. Se anunció, no hay que olvidarse, en el momento en que se anunciaba la salida del ministro Cavallo y que el plan era fiscalmente inviable. Se anunció como para ganar algo de reputación; pero era sabido que no había ningún convencimiento de hacer ajuste fiscal a través de ella y no va a traer ningún ahorro en el sector público.
– ¿Hay alguna parte del sector público en particular para atacar en esta reforma?
– Al día siguiente de haber anunciado la reforma II dijo que cuatro secretarías pasaban a ministerios, por lo que no hay ningún espíritu de ajuste fiscal en la reforma. Es absolutamente irrelevante solucionar el problema macroeconómico que tiene la Argentina hoy, el déficit fiscal.
La evasión impositiva
– ¿Por qué sigue habiendo tanta evasión?
– Hay evasión, pero esta de ninguna manera es la causa del déficit fiscal que tiene la Argentina hoy. El aumento del gasto público de 20 mil millones de dólares que se hizo desde el lanzamiento del Plan no es por culpa de los evasores, sino por culpa de los que hacen la política económica: ministro de Economía nacional y gobernadores o ministros de Economía provinciales.
La evasión no es el punto crucial en la Argentina. Por supuesto que el Gobierno, para no asumir la responsabilidad por el descalabro Fiscal dice que la culpa es de los evasores que no pagan impuestos: pero ellos no fueron los que aumentaron el gasto público.
– ¿En qué se gasta?
– Con respecto al inicio del Plan de Convertibilidad, las provincias aumentaron el gasto en 10 mil millones de dólares. En seguridad social se gastan 10 mil millones de dólares más; la Nación gasta 5 mil millones más, igual cifra que los municipios. El consolidado del sector público gasta 30 mil millones de dólares más que antes del inicio del Plan.
– Con relación a la evasión, acaban de anunciarse cambios en la Ley Penal Tributarla. ¿Cuál es su posición con respecto a ello?
– Insisto con esto: me parece lamentable que se le asigne la culpa del problema fiscal a la evasión. Este es un problema que existe en la Argentina. pero existió en el ’91, 92, ’93, ’94 y ’95 y hoy se toca. Se toca el tema de los impuestos al gas oil; hay una distorsión en el precio de la nafta súper y el gas oil desde siempre, pero hoy se piensa en colocar un impuesto al gas oil con el espíritu del de las nafta.
Esto es tan poco serio como el lema de la evasión; son problemas que siempre existieron. pero no tiene sentido tocarlos hoy.
Obsesión fiscal
– Desde el inicio del Plan de Convertibilidad ha empeorado la situación de las pequeñas y medianas empresas y de las economías regionales. ¿Usted cree que mientras se sigo con esta política la situación se mantendrá así o se puede hacer algo para mejorarlo?
– Voy a ser muy obsesivo con el tema fiscal. Mientras en la Argentina siga un diseño de política fiscal que pretende perpetuar un déficit de 6 mil millones anuales, es decir 2,5 puntos del producto, no hay ninguna posibilidad para ninguna economía regional. para ninguna provincia, para ningún sector productivo sano de la economía argentina.
– ¿Cuánto va a crecer la Argentina en los próximos años?
– Hablar de una hipótesis de crecimiento respecto del año 1995, cree que es una entelequia. Estamos creciendo respecto de un año que fue malísimo; el PBI cayó 4,4%; por lo tanto crecer con respecto a ello es un juego de niños. Puede ser que en el ’96 crezca un 3,5 ó 5%; pero yo creo que va a ser difícil de sostenerla sin una profunda reforma fiscal. Por otro lado. aunque crezcamos el 5% anual el problema del desempleo no se va a solucionar, el problema fiscal tampoco, porque están mucho más allá de la tasa de desempleo.
El desempleo
– Precisamente con respecto al desempleo, ¿qué se puede hacer para aliviar una carga pesada?
– La causa estructural de todos los problemas macroeconómicos de la Argentina pasa por la cuestión fiscal. El gasto público está un 100%, por encima de lo que había antes del inicio del Plan y lo único que se puede hacer, más allá de asumir la crisis fiscal para mejorar la situación del desempleo, sería liberalizar más el mercado de trabajo. Pero tampoco se debe engañar a la gente: cuando se piensa desregular más el mercado laboral, es para que los salarios nominales bajen y de esa manera el desempleo baje también.
– ¿Esa desregulación pasa por profundizar la reforma laboral?
– Se pueden flexibilizar las relaciones entre obreros y patrones, por ejemplo. Eso es todo: pero en ese sentido se debe ser claro. La reforma laboral no va a generar más beneficios: sí lo puede lograr es que el Gobierno asuma la imposibilidad de sostener este déficit fiscal en el tiempo y hacer una reforma fiscal que va ser costosísima. Si el Gobierno no asume la necesidad de profundizar la crisis en el corto plazo, la vamos a tener de manera permanente.
– ¿Las provincias también deben seguir estos lineamientos?
– En la Argentina, mirando el mediano plazo, se impone una democracia más directa en términos fiscales. Es necesario eliminar la coparticipación federal de impuestos, que cada burócrata de turno: intendente, gobernador provincial, senador, diputado, presidente, se haga cargo de los costos políticos de aumentar el gasto público. O sea. debe haber una asignación uno a uno entre impuestos y gasto público, de lo contrario estamos “sonados”: la Argentina no es viable fiscal ni macroeconomicamente.
La coparticipación es algo que necesariamente para mirar el largo plazo provincial debe ser eliminada y que cada municipio, provincia o la Nación pueda vivir con los impuestos que recauda.
FMI y endeudamiento
– ¿Hasta cuando se van a seguir renegociando las metes con el Fondo Monetario?
– Las metas con el Fondo se están renegociando en forma ininterrumpida desde 1989. Como hay una decisión estratégica del Fondo de apoyar a países como la Argentina se va a renegociar todo lo necesario que la como para que la Argentina cumpla; es un juego, una especie de tautología cumplir con el fondo.
– ¿Cuál es la capacidad real de endeudamiento de la Argentina?
– Hoy hay un entente a nivel internacional por lo cual los bancos y algunos organismos internacionales quieren conseguir buenos prestatarios. Por lo tanto la capacidad de endeudamiento depende de la capacidad de oferentes; en ese sentido es casi ilimitada. Eso no quiere decir que no haya consecuencias macroeconómicas muy serias en el país que toma deudas a tasas y montos como toma la Argentina. Con este déficit fiscal y esta tasa de endeudamiento anual, la tasa de desempleo no va a parar de sufrir, las economías regionales van a seguir sufriendo y vamos a seguir teniendo muy serios problemas macroeconómicos. Por eso espero que no exista un límite infinito al endeudamiento, porque si no vamos a seguir sufriendo problemas macroeconómicos.
“Más escepticismo en el corto plazo”
– ¿Cómo se sale del escepticismo?
– La única manera es, aunque duela decirlo, generando mucho más escepticismo en el corto plazo. Si el Gobierno no asume la crisis fiscal estructural que posee, el escepticismo va a ser permanente. Para asumir la crisis fiscal el Gobierno debe generar más crisis en el corto plazo: bajar salados en el sector público, despedir más gente en el sector público, porque si no el costo siempre va a pasar por el sector privado.
– ¿Por dónde llega la mejor Inversión?
– La única manera de generar más inversión es seguir desregulando los mercados y seguir profundizando las reformas. Hoy la tasa de inversión viene esencialmente por el lado de los servicios; si seguimos con este diseño de política macroeconómica el único sector que va a seguir con tasa de inversión creciente son los servicios.
“Cavallo y Menem están decididos a la candidatura en el año 1999”
– Se lo nota escéptico respecto al futuro, ¿duda sobre el accionar del Gobierno?, ¿piensa que las medidas que usted supone que deben practicarse no se ejecutarán?
– Acá hubo una profunda reforma en algunos sentidos: pero en otros hubo una desreforma. Soy escéptico porque veo además un gobierno algo complicado políticamente.
El ministro Cavallo, sin dudas; está decidido a la candidatura para 1999, el presidente Menem también está decidido en el mismo sentido, aunque la niegue. Sin dudas esto genera problemas políticos, para lo cual no hay margen; hay margen para ponerse el overol y trabajar en lo que no se hizo desde el punto de vista fiscal en los primeros 5 años.
– ¿Usted lo ve firme a Cavallo en el Ministerio de Economía?
– Cavallo es el que consigue financiamiento para el déficit fiscal en la Argentina. Sin Cavallo no habría financiamiento para este déficit; por lo tanto habría que asumir con más crueldad el ajuste fiscal en el sector público. Como consecuencia hoy diría que Cavallo sigue siendo necesario en el Gobierno, pero no me voy a meter en internas políticas, que son extremadamente delicadas y complejas.
La Opinión – Págs. 8 y 9 – 16 de Julio de 1996