Aunque, en general, los economistas de la City consideran que las medidas que incluirá el presidente Fernando de la Rúa en el proyecto de ley de emergencia económica son acertadas, sostienen que hay puntos que podrían agregarse.
Una nueva ley de coparticipación, reforma del Estado y de la administración tributaria, caída de la presión tributaria, desarrollo del mercado de capitales y promoción de exportaciones son los puntos que los especialistas consultados por El Cronista agregarían al paquete que entraría hoy en el Congreso.
JUAN ALEMANN
(ex secretario de Hacienda)
Estoy de acuerdo con las medidas de lucha contra la evasión propuestas: ampliar y mejorar el control preembarque, financiarlo con una tasa de importaciones y lo haría mandatorio para la Aduana. Es importante darle a las AFJP facultades para proceder en caso de que no se paguen los aportes y que la AFIP dé mandato a la empresa que actualmente controla el pago de los aportes a obras sociales que contrataron los gremios. Deberían incluir la tercerización de los cobros judiciales.
Otra propuesta es que el Estado emita bonos no sólo para pagar la deuda que tiene con los militares, sino también para limpiar todas las deudas por juicios perdidos que tiene. Respecto del Banco Nación, convertirlo en sociedad anónima le dará más transparencia. En materia laboral, las propuestas de Flamarique son buenas y de avanzada.
CARLOS PEREZ
(Fundación Capital)
La ley debería llamarse de Emergencia Económica: ataque contundente a la vapuleada competitividad, porque el frente externo es el diagnóstico de la enfermedad. Entre los medicamentos, primero hay que reducir la presión tributaria de las empresas trabajando en una verdadera reforma del Estado. Luego hay que mejorar la administración tributaria.
Hay que sacar una nueva ley de coparticipación federal que incorpore la solvencia fiscal a nivel provincial. En materia laboral, las propuestas están bien planteadas, pero será difícil tratarlas por la presencia sindical en el Congreso. Hay que bajar el costo de infraestructura en el caso del agua, el transporte, la electricidad y el gas, agregando más competencia. Haría acciones directas para cambiar el saldo de la balanza comercial y priorizaría los créditos para la exportación.
JOSE LUIS ESPERT
(José Luis Espert & Asociados)
Los instrumentos legales para hacer ajustes ya existen. No creo que haya que impulsar una ley de emergencia económica o por lo menos, no habría que darle esta jerarquía. Hay una salvedad, la del campo laboral, en donde necesariamente hay que actuar contra el nivel de desempleo, que hace 5 años que no baja de 14%. Para disminuir el gasto, existen las leyes de emergencia económica y administrativa del “89, de Convertibilidad, de Responsabilidad Fiscal.
Creo que existen muchas palabras y poca acción concreta. La situación no es tal que requiera una ley de emergencia. Seguir sancionando leyes es como una demostración de cobardía.
LUIS SECCO
(Estudio Broda)
Estoy de acuerdo con que sean varias leyes, para que no se traben en el Congreso. Las claves para seguir las reformas son: cómo hacemos para tener una economía más competitiva, cómo logramos que el Estado cumpla todas sus funciones eficientemente, incluyendo la cobranza de impuestos, cómo logramos la consolidación fiscal, pero sin vivir de reforma en reforma, cómo desarrollamos el mercado de capitales y aumentamos el acceso al crédito del sector privado.
En cuanto al nombre de la ley, creo que De la Rúa usó el término para replicar el nombre de las leyes que fueron el pilar del programa de convertibilidad de Menem: Ley de Emergencia Económica, Ley de Reforma del Estado y Ley de Convertibilidad y, a través del nombre, dar una señal de profundización de las reformas.
ALFREDO GUTIERREZ GIRAULT
(Dpto. Economía IAEF)
Es positiva la intención del Gobierno de acelerar los tiempos para llegar al equilibrio fiscal en el 2001, porque reducirá la vulnerabilidad de la Argentina frente a eventuales shocks externos negativos. La economía argentina no tiene tantos colchones ni grados de libertad para defenderse. En relación al control de la evasión, estoy de acuerdo en mejorar los instrumentos de fiscalización impositiva y aumentar la bancarización.
Es importante reducir las fuentes de déficit potencial equiparando la edad jubilatoria de la mujer con la del hombre. Sobre la modificación de la carta orgánica del Banco Nación, habría que estudiar bien las implicancias jurídicas, pero en principio simpatizo con la idea de convertirlo en sociedad anónima. Pero la práctica no se agota con estas medidas y hay que seguir bajando el gasto público.
NORBERTO SOSA
(Banco Raymond James)
Soy muy modesto en cuanto a lo que le pido al Gobierno. Una posición ortodoxa sería listar todas las reformas que están pendientes, pero me conformo con tres puntos. Primero, que se preocupen por una mayor reducción del gasto. Segundo, que logren un poco de flexibilidad laboral, aunque será difícil que salga en el Congreso por los dipusindicalistas, me conformo con un contrato a prueba de por lo menos 6 meses y con mayor descentralización de la negociación de la condiciones laborales, aunque sea a nivel PYME.
Se le pide a este Gobierno mejorar la solvencia fiscal, aunque quedó el sabor de que fue más aumento de impuestos que baja de gastos. Si logran bajar el gasto en forma adicional se irá este sabor. El tercer punto, que no estaría incluido, es controlar el déficit fiscal de la Nación junto con el de las provincias.