Las posibilidades de que la Argentina entre en un período de recesión económica no son alarmantes, aunque todo depende de lo que ocurra en Brasil y de que EE.UU. reduzca la tasa de interés de referencia apenas los mercados recuperen la calma.
Esta es la opinión de los economistas consultados por La Nación , aunque, mientras algunos creen que la crisis ya inició un camino sin retorno, otros aseguran que la fortaleza del sistema financiero argentino amortiguará el impacto.
Asimismo, la opinión generalizada es que Brasil no dejará mucho más tiempo que sus divisas salgan del país, y que aplicará algún sistema de control.
El economista José Luis Espert, director ejecutivo de Econométrica SA advierte que "los síntomas de una desaceleración económica ya están, lo que queda por preguntarse es si hasta fin de año se va a mantener así o va a profundizarse. Yo creo que va a profundizarse de manera acelerada".
Según sus pronósticos, "difícilmente en el primer trimestre de 1999 vaya a haber crecimiento del producto bruto interno".
Espert cree que el transmisor de la crisis es el sistema financiero, y critica las señales "anticíclicas" que envían las calificadoras de riesgo.
"El Banco Río, por ejemplo, es un banco estable, con una buena trayectoria, no entiendo por qué ahora las calificadoras le bajan la nota cuando la crisis no empezó ayer."
La situación no es tan dramática para el ex ministro de Economía Roberto Alemann: "No da la impresión de que vaya a haber una recesión, sí una desaceleración". En cuanto al efecto bursátil de la crisis, Alemann advirtió que "si EE.UU. baja las tasas, va a haber un rebote en los precios de las acciones".
Para refirmar su visión, Alemann dijo que "en el efecto tequila hubo una fuga importante de capitales, hoy la gente está demandando pesos, y no hay temor por una devaluación.
Un ataque especulativo contra el peso con el actual nivel de reservas los resistimos de pie".
El economista Miguel Bein entregó una visión menos optimista. Cree que el hecho de que las acciones de los grandes bancos del mundo sean las más golpeadas indica que "hay un sentimiento de desconfianza generalizado en el sistema financiero mundial", y cree que si bien "hacen falta tres meses de retroceso para entrar en un período de recesión, la Argentina ya entró en la etapa en que no crece".
Cree que el impacto ya lo empezó a sentir la industria automotriz, que "no supo parar a tiempo la producción, se le acumuló stock y ahora están parando abruptamente".
También asegura que va a acusar recibo de la crisis el sector comercial de venta de electrodomésticos.
El interrogante Brasil
Miguel Bein cree que "no va a pasar el fin de semana sin que Brasil haga algo. Ayer se escaparon otros 2500 millones de dólares de divisas. Algún sistema de control de salida de capitales van a instrumentar, o una maxidevaluación".
Manuel Solanet, presidente de la consultora Inversiones, Fusiones y Participaciones, explicó que "las posibilidades de que haya o no una recesión depende de cuánto se prolongue la crisis, y eso depende de situaciones externas más que de las internas, especialmente de lo que pase en Brasil".
Al igual que Bein, cree que en el corto plazo "Brasil va a hacer algo, algún tipo de control para la fuga de capitales va a implantar."
El hecho de que los bancos sean los más golpeados surge, para Solanet, por "la percepción que los inversores tienen de la exposición de las entidades en títulos de los mercados emergentes. Esto pone en duda el valor patrimonial de los bancos, pero hay una gran distancia entre eso y que no puedan responder ante los ahorristas".
El economista Aldo Abram, del estudio Proeco, cree que "para que haya una recesión debe haber una devaluación en Brasil. A menos que pase esto, la Argentina va a ser uno de los países del mundo que menor impacto va a sentir por esta crisis. Ahora, si nuestro vecino devalúa, nos vamos a sumar a la mayoría".
En ese punto profundizó Bein. "Es obvio que depósitos se van a perder en la Argentina, la situación es muy delicada y el impacto puede ser importante. De todos modos, Economía está bien posicionada, necesita menos fondos que otros países, y la deuda a corto plazo no es tan importante, aunque en 1999 la va a tener que pagar más cara".
Para Espert y Bein, el instrumento para detener la crisis sería una baja en las tasas de referencia de EE.UU., pero además sería necesario avanzar con las reformas estructurales, y mantener las reservas en un nivel que eviten golpes especulativos exitosos.