Crecer sin cambio de gobierno

El Fondo no se decide a firmar el acuerdo con la Argentina y mientras la espera continúa, aparecieron nuevas preocupaciones que desplazaron el acuerdo de la primera plana permanente. Las internas políticas y la incierta fecha de las elecciones, por ejemplo. La situación económica de Brasil, por ejemplo.

Para dar una sensación de que el mundo no se detiene, el ministro de Economía, Roberto Lavagna anunció, antes de ir a Washington y volver para escuchar otra vez que todavía no hay acuerdo, medidas para recuperar el consumo y la inversión y lograr que el actual estancamiento en el fondo del pozo pase a ser reactivación.

La pregunta del millón es si alguien apostará a invertir en un país con un gobierno provisional, en default y con otros varios problemas. Cinco economistas consultados por LA NACION dicen que sí, que es posible que se realicen inversiones en este contexto, ya que la provisionalidad de un gobierno no es tan importante como lo son las políticas que implemente.

Pero todos se ocuparon de recordarle al Gobierno que su gestión tiene fecha de vencimiento. La razón: "La extensión del plazo de gestión de un gobierno de transición puede resultar una importante restricción para el crecimiento", resumió Nadin Argañaraz, presidente del Ieral de la Fundación Mediterránea.

Lo mismo opinó Bernardo Kosacoff, titular de la Cepal de las Naciones Unidas. "Tomo como supuesto que el 25 de mayo el presidente Eduardo Duhalde se va."

"Duhalde quedándose complica el escenario social, económico y político tremendamente", apuntó Aldo Abram, titular de la consultora Exante.

Fue muy duro José Luis Espert, de la consultora Espert & Asociados: "Ahora se especula con que Duhalde siga o no en el poder hasta fines de 2003, yo creo que se acabó el margen para la Argentina mediocre, tiene que haber una meritocracia política para que no haya más burros o delincuentes en el poder".

Algo más contemporizador resultó Carlos Pérez, director ejecutivo de la Fundación Capital, la entidad fundada por el actual secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, Martín Redrado. "Claramente, si el Gobierno no cumple con su palabra de irse, eso no le hace nada bien a la economía, pero tengo que aclarar que yo no tengo razones para pensar que este gobierno en particular vaya a jugar la carta de gobernar hasta fines de año (2003)."

A la pregunta sobre la posible reactivación en los próximos meses, aun antes de que llegue el recambio presidencial, los cinco economistas respondieron que es posible. Y exhibieron opiniones con matices sobre la magnitud y la sustentabilidad de esa recuperación.

"Ahora hay indicadores que señalan que la situación de extrema caída encontró un piso y hay un pequeño sendero por donde se está transitando", indicó Bernardo Kosacoff.

Y describió el clima que perciben los empresarios: "En enero y febrero creían que iban a perder su empresa y que no había cómo salvarla, hoy están respirando porque encontraron un refugio".

Las asignaturas pendientes que el economista de la Cepal señala como indispensables para aprovechar el clima actual y prolongarlo pasan por una recuperación del respeto a las instituciones. "Si se recupera la calidad institucional y el respeto a los contratos, hay posibilidades porque tenemos un aparato productivo que no se ha destruido, con buenos insumos básicos, excelentes capacidades humanas y empresariales, infraestructura, buen clima para producir y buenos recursos naturales", repasó Kosacoff.

Siguiendo con las comparaciones sobre geografías accidentadas, Carlos Pérez explicó que al próximo gobierno se le está dejando "una economía caminando por la cornisa que el menor viento la vuela".

E indicó que la economía transita un valle porque "hay un manejo prudente de la política monetaria y fiscal; obviamente, también ayuda la naturaleza porque nueve meses de violenta recesión hacen difícil que se pueda caer más".

Según Pérez, "quedan por resolver, en lo monetario, el corralito y el corralón, en el frente financiero hay bancos buenos, malos y regulares; entonces queda pendiente la reestructuración. Para crecer también hace falta reestructurar la deuda pública, revisar el tema tarifario y el del endeudamiento privado".

"Todos tenemos un poco de esperanza, pero este gobierno no despierta expectativas, sus medidas han sido horribles y con algunas lograron que este país no fuera un absoluto desastre", dijo Abram. Y explicó que el optimismo que exhiben Duhalde y el equipo económico "se parece al de un médico que se vanagloria de haber salvado a un paciente al que él mismo había puesto al borde de la muerte dándole un remedio equivocado".

Sobre el tipo de cambio que se mantiene tranquilo desde hace tres meses, Aldo Abram cree que la política que encara el Central es la adecuada y que, "en un marco de tranquilidad y mejores expectativas de la gente en el que los argentinos sepan que no se empobrecen más ni pierden más poder adquisitivo será más fácil encarar reformas estructurales que hay que hacer, independientemente de la política cambiaria".

Respecto de la posibilidad de una reactivación, Nadin Argañaraz, del Ieral, sostuvo que "la estabilidad de las variables nominales obviamente puede contribuir a aumentar el consumo interno, pero para que aún este proceso sea sustentable en el corto plazo se requiere un ordenamiento político y económico integral".

"Las pujas políticas de estos días no sólo empeoran las posibilidades de crecimiento, sino también las de reactivación", resumió Argañaraz.

Una gota en el océano

Las medidas que anunció el ministro Lavagna esta semana con la intención de reactivar el consumo tuvieron opiniones divididas entre los economistas, aunque la mayoría consideró que no tendrán un efecto importante.

Con la contundencia que lo caracteriza, Espert indicó que "bajar el IVA durante noviembre y diciembre es recrear a Perón por dos meses, para la sidra y el pan dulce. Es de mal gusto. Le diría a Lavagna: basta de pan y circo".

"Hay que imponer reglas competitivas, que no favorezcan a lobbys ni a mafias, se terminó el tiempo de la mediocridad. No habrá inversión en serio si faltan tres cosas: meritocracia política, reforma educativa para reemplazar a la frase dictatorial de alpargatas sí, libros no, por la de Sarmiento, de educar al soberano, y reglas auténticamente competitivas", dijo José Luis Espert.

"Reducir el IVA o aumentar los reintegros por compras con tarjetas de débito significa una gota de agua en el océano", apuntó Carlos Pérez.

"Muchas de las reformas pendientes dependen del acuerdo con el Fondo, aunque también sirve la excusa de no haberlas hecho por no haber alcanzado el acuerdo. De todas formas, creo que la gestión de Lavagna es buena, más teniendo en cuenta la feroz interna del PJ", concluyó Carlos Pérez, de la Fundación Capital.

Bernardo Kosacoff, de la Cepal, concuerda con ellos: "Creo que las medidas son correctas, pero en términos de lograr la expansión del consumo no son tan efectivas, ya que las prioridades deben pasar por recrear la confianza y evitar la salida de capitales; para eso hay que ser consistente con las políticas monetarias y fiscales".

Para Nadin Argañaraz, "la recuperación de confianza y credibilidad que la Argentina necesita para volver a crecer tiene que venir necesariamente de la mano de un gobierno que no sea de transición, pero que a la vez goce de un respaldo político y social de peso".

"¿Si creo que es posible que haya crecimiento?, puede ser, si hay acuerdo con el Fondo hasta podemos discutir el número", concluyó Aldo Abram, de la consultora Exante.

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José Luis Espert

Doctor en Economía

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