El gobierno y las provincias necesitarán un ajuste impositivo de $ 3.000 millones para cumplir con las metas pactadas en el documento del FMI que Ambito Financiero anticipó ayer. El 2,5% del PBI que se pone como objetivo de superávit primario (sin contar el pago de intereses, que, en realidad, es mínimo por el default) aparece como difícil de cumplir ante la situación actual de caja en que se encuentran gobierno y provincias.
"El borrador de la carta de intención muestra claramente que es por presión política que se llega a un acuerdo. En la parte técnica, es una vergüenza lo que el FMI permite al país", señaló ayer a este diario José Luis Espert. El economista, además, señaló que "es lamentable que el Fondo ya tome como un hecho el no pago de la deuda y que no se hable de los intereses a pagar en algún momento a acreedores. Es como si el default estuviera encarnado en el FMI".
Del documento se pueden extraer importantes conclusiones en lo fiscal con impacto inmediato en las decisiones a adoptar por el gobierno para estar en línea con lo que solicita el FMI. Son las siguientes:
o Un elemento no considerado debidamente es que hoy no hay programa vigente con el FMI y, por lo tanto, la contabilidad de gastos y recursos no está auditada por ese organismo. Por eso que algunos trucos contables o gastos "bajo la alfombra" saldrán a la luz y deberá hacerse un ajuste adicional al imaginado con lo que sucede actualmente. Un caso típico es la contabilización como recursos del Tesoro de las ganancias del BCRA (un alto porcentaje de difícil justificación).
o Si el país puede mantener el gasto público, principalmente salarios de estatales, constantes en 2003, cumplir será fácil. Pero así como en el presupuesto de ese año se toma que la recaudación sube 27.000 millones de pesos, también se contempla que el gasto sube $ 17.000 millones.
o En el entendimiento que se está negociando con el FMI, se estipula una suba de 35% en los precios, aunque el gobierno bajaría a 23% ese número por el freno que se evidenció en las últimas jornadas.
o Entre los factores que juegan a una menor recaudación en 2003 -y por ende a la necesidad de ajustar las cuentas de Nación y provincias-está, además, el fin del uso de las cuasi monedas para el pago de impuestos. Esto podría ocasionar la merma en ingresos, ya que, con pesos en lugar de bonos provinciales o LECOP, el pago de impuestos sería menor.
o En la actual situación fiscal del gobierno, el ajuste debería llegar a ser de $ 2.000 millones para Nación y de $ 1.000 millones para provincias.
En los próximos 10 días, las conversaciones internas dentro del gobierno y las que se mantendrán con el Fondo Monetario girarán en torno a las medidas necesarias para hacer creíble la promesa de tener un superávit primario en 2003 de 2,5% del PBI. De hecho, sigue siendo una incógnita, y el texto ayer del documento deja ex profeso espacios en blanco sobre las medidas a adoptar.