¿Se INDEKsará también el Banco Central?

Cuando la Presidenta Cristina Kirchner decidió dar la batalla por la ley de medios (finalmente la ganó a pesar de la derrota en las elecciones legislativas de mediados de 2009), uno de los argumentos que esgrimió fue que era necesario terminar con la deformada realidad virtual que los "destituyentes" medios independientes les presentaban a sus gobernados.

Para la Presidenta, la realidad (verdadera) es aquella en la que el prólogo del libro "Nunca Más", redactado originalmente por el genial Jorge Sábato, más de un cuarto de siglo después es reescrito por ella y su extinto marido para abolir la teoría de los Dos Demonios, como si los guerrilleros setentistas hubieran sido "simples idealistas equivocados". Es aquella en que la inseguridad consiste en sólo una "sensación", antológica frase del Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, a pesar que la criminalidad no cesa.

Es la de las mensuales conferencias de prensa del Ministro de Economía, Amado Boudou, cuando dice que hay superávit fiscal a pesar que el BCRA no para de emitir moneda y entregarle reservas internacionales al gobierno para que éste pueda pagar sus cuentas.

La realidad K es aquella en la que el gobierno elimina las AFJP "para recuperar los fondos de los trabajadores" (otras veces son de los jubilados), cuando en realidad los K le robaron a la gente los ahorros que tenía para su vejez para hacerse de caja y seguir financiando un gasto público ineficiente, demagógico, clientelista y corrupto, que encima genera déficit fiscal a pesar que la recaudación de impuestos supera la friolera de $700.000 millones anuales.

Es aquella en la que la inflación del INDEC, la inflación oficial del país, no supera el 10% anual a pesar que los institutos de estadísticas provinciales y universidades prestigiosas dicen que está en un piso del 25% anual. Y luego, el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, la combate multando e iniciando acciones penales a los economistas que miden privadamente los precios (muchos de ellos están desahuciados luego de practicar durante años un "economicismo militante").

Es aquella en la que a John Maynard Keynes, el padre de la macroeconomía moderna y uno de los economistas más influyentes de la historia, el kirchnerismo le hace decir -como ocurrió en las recientes Jornadas Monetarias del BCRA- que cuando la economía está recalentada (como la nuestra hoy) hay que bajar la tasa de interés para que sea más negativa en términos reales, promover así una sobreinversión en capital físico, cuya mayor oferta de bienes, baje los precios.

La realidad Keynesiana es completamente diferente a la mentira "kirchkeynesiana". En el ´30, la verdadera preocupación de Keynes no era ni la política antiinflacionaria, ni la política anticíclica, sino sacar a la economía mundial de la Gran Depresión y salvar al capitalismo de la amenaza bolchevique para lo cual promovía la aplicación de políticas fiscales deficitarias, expansivas de la demanda interna.

La realidad del kirchnerismo gobernante ¿será una que mostrará, desde los balances del Banco Central, que las reservas internacionales no caen cuando en realidad, muy probablemente, lo harán de manera significativa de ahora en más?

Porque fruto de las muy expansivas políticas monetarias ("Deme Dos Para Todos") y fiscales (todo el mundo quiere un conchabo en el Estado) que el gobierno aplica, hay una caída tan grande en la tasa de ahorro doméstica que desde 2007 inclusive (hace ya 5 años), desapareció el superávit fiscal (el gasto público hoy es récord en la historia Argentina desde 1810) y en 2011 reaparecerá, después de una década, el déficit de las cuentas externas (exportaciones menos importaciones de bienes, servicios reales y servicios financieros). Si le agregamos una fuga de capitales que estará en el orden de los u$s 17.000 millones, la mesa está servida para que por primera vez, desde la crisis de 2001/2002, el BCRA comience a tener pérdida de reservas.

Esto, en sí mismo es delicado, pero lo que es directamente grave es que en vez de moderar las políticas que llevan a la pérdida de reservas (u$s 500 millones en poco mas de 6 meses), se ataque a sus consecuencias. Está mal cerrar la economía a la competencia importada porque conspira contra el crecimiento sostenido de largo plazo y porque en el corto, acelera la inflación, Brasil nos seguirá parando los embarques de autos, China los de soja y nos costará demasiado cerrar el tan buscado (por el gobierno) acuerdo con el Club de París. Además, por estos y otros motivos, la fuga de capitales seguirá siendo alta y "limando" adicionalmente las reservas del BCRA.

¿Qué ha hecho hasta ahora el BCRA con la información sobre moneda, reservas y su patrimonio? Mentiras, aparentemente no hay y si así fuere, todavía no se notan o son una "delicatessen" comparadas con los precios de Guillermo Moreno o los números fiscales de Amado Boudou. Lo que sí ocurre es que sus informes tienen cada vez menos información al desaparecer columnas o filas que dicen algo y ser reemplazadas por el infaltable rubros "Otros" o sea "Nada".

¿Se animará Mercedes Marcó del Pont a adulterar el Balance del BCRA que preside para no mostrar caída en las reservas internacionales? ¿O con algunas operaciones de pase con Bancos Centrales del exterior, se podrá "maquillar" la pérdida de reservas que genera la política económica que ella misma defiende con enternecedora vehemencia?

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José Luis Espert

Doctor en Economía

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