Se va a continuar con la política de controles (*)

Está ubicado claramente en la vereda opuesta a la del Gobierno, y no tiene dudas en descalificar una política económica a la que considera demasiado estatista. José Luis Espert, titular de la consultora Espert Consultoría Macroeconómica, brinda su interpretación de lo que se ha dado en llamar la sintonía fina en la economía. Y, para sorpresa de muchos, se muestra contrario a la idea de quitar los subsidios a los servicios públicos.

-¿Qué lectura hace de las últimas medidas del Gobierno?

-Es todo lo contrario a un ajuste. Se trata de revestir con palabras raras un mensaje claro de que al menos van a tratar de no hacer ningún ajuste ortodoxo, ningún ajuste tradicional de política monetaria para bajar la inflación. Se va a seguir con la política actual de controles, recontra controles y aprietes. No hay nada. Ni siquiera se reconoció tan explícitamente la inflación. Me parece que después de 9 años de kirchnerismo tendríamos que estar acostumbrados a los relatos, estas formas muy elegantes de decir medias verdades o mentiras, directamente. Sintonía fina no significa un cambio, sino que se va a seguir por este camino.

-¿Cuál es su opinión acerca del recorte de los subsidios?

-Creo que está mal el recorte de subsidios, voy a ir en contra de la corriente. Acá el problema macroeconómico de Argentina es un problema de inflación muy grande y un problema de atraso cambiario no menor para mí. Por lo tanto hay que hacer un ajuste fiscal, monetario y cambiario tal que uno corrija el problema que tiene de inflación y tipo de cambio. Hay que bajar el peso del consumo y de la inversión pública. Hay que bajar el peso del Estado en la economía. Los subsidios son transferencias, no es gasto público, rigurosamente hablando.

-¿Esto puede fogonear la inflación?

-Pienso que para el 2012 vamos a estar hablando como mínimo de una inflación igual a la de este año. Con la baja que se puede generar por la desaceleración del crecimiento que va a haber, en el mejor de los casos el nivel de la tasa de inflación será igual al actual. Lo que hay que bajar es el peso del sector público en la economía. El Gobierno debería asumir el costo político con los grandes votantes, los que están detrás del gasto público, que no son los jubilados, por cierto. Es el consumo público, es decir el gasto en salarios, en bienes y servicios, y la inversión pública. Es ahí adonde hay que atacar. Yo aceleraría el ritmo de devaluación. Para mí eliminar los subsidios sigue demostrando que el kirchnerismo no reconoce los problemas.

-¿Será una vía para talar el gasto público?

-Intentar redistribuir anunciando un ajuste no existe. Es al revés. Un ajuste implica, lamentablemente, un deterioro distributivo. Que no es el que hay que buscar, pero… Creo que con el problema de inflación que tiene la Argentina y un Banco Central que está perdiendo reservas, y que si no las pierde es porque pone la tasa de interés en las nubes, tenemos un problema de inflación y atraso cambiario. La inflación es prioritaria y no se ataca bajando subsidios, si esto va a ir todo a los precios. Por eso digo que está mal. Hay que abordar el déficit fiscal y la emisión monetaria, que está financiando ese déficit fiscal. ¿Cómo se ataca la inflación desde lo fiscal? Reduciendo el consumo público.

-¿Se avanzará sobre la renta de sectores que han obtenido beneficios con este modelo?

-Los sectores productivos a los que el Gobierno les quitó los subsidios son los del juego, telecomunicaciones, bancos. Las ganancias que han tenido los bancos son en parte gracias a todas las letras que las entidades le han comprado al Banco Central, o que éste colocó en los bancos. Es como recapturar la plata que gasta el Central para pagar los títulos que tienen los bancos. En algún lugar el Gobierno recaptura esa ganancia. Me parece que es un anuncio típicamente kirchnerista en el medio de una economía que necesita un ajuste. En realidad no ajustan nada.

-¿Cuál es su visión en torno a la puja por el dólar?

-Ha sido más efectivo la suba de tasas, que ha sido muy fuerte, que los controles en sí mismo. Yo por formación no creo en los controles. Fracasó el Gobierno para contener la inflación a través del control de precios, fracasó Moreno controlando las importaciones… Las importaciones se están reduciendo porque la economía se está desacelerando. Fracasó también para servir barata la mesa de los argentinos, con todo el cúmulo de medidas para restringir exportaciones de alimentos, y hoy la mesa de los argentinos está carísima. A tal punto que hace dos años tuvieron que lanzar la Asignación Universal por Hijo. Los controles han exhibido un fracaso absoluto. De ninguna manera le voy a asignar ninguna chance de éxito en esta quietud transitoria del dólar a lo que ha hecho el Gobierno.

-¿Le preocupa que el enfriamiento de Brasil limite el ingreso de divisas al país?

-Creo que hay que pensar un 2012 con muy poco crecimiento y alta inflación. Si discutimos los numeritos a lo mejor la economía crece algo, un 2%, pero será por arrastre estadístico. La actividad va a mermar. Pienso que va a mermar significativamente la tasa de crecimiento, aunque no creo que caiga la economía. Aunque ha habido una baja en el precio de la soja de más del 20% en el último trimestre. La soja de U$S 540 dólares la tonelada en agosto, ya ahora está a U$S 415. Viene un 2012 bastante pobre de crecimiento y con alta inflación.

(*) http://www.laprensa.com.ar/Economia/384532-Se-va-a-continuar-con-la-politica-de-controles.note.aspx

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José Luis Espert

Doctor en Economía

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