Después de que la tercera economía industrializada del mundo, Japón, anunció su ingreso en un período de recesión, azotan con fuerza los rumores de coletazo a la economía argentina. Suenan palabras como "incertidumbre" y "estanflación", que atacan directamente a la producción y a las fuentes de trabajo en el país.
Ahora Japón también anunció su entrada a un período de recesión, después de que hicieron anuncios concordantes Europa y Estados Unidos. Argentina, en una posición difícil respecto de su economía interna, aguarda expectante.
La potencia nipona contrajo su Producto Interno Bruto a un 0,1% durante el trimestre julio-septiembre, un dato que confirmó que el crecimiento económico quedó atrás, después de la crisis financiera mundial (ver pág. 11).
Podría seguir Estados Unidos, luego de que Washington dijo el mes pasado que la economía estadounidense se contrajo en el tercer trimestre.
La situación en América Latina también cambiará. Ya hubo serios coletazos de la crisis tanto en Brasil como en Ecuador. En Argentina, el panorama tiene grandes posibi-lidades de agravarse.
Para algunos especialistas el camino recesivo será inevitable. En ese sentido, se expresó el economista José Luis Espert. "Argentina y el mundo van a una recesión durante el año que viene", afirmó, pero también aclaró que la principal causa de la crisis que vivirá el país será como consecuencia de "la fuga de capitales que desde mediados del año pasado azota a la Argentina".
En segundo lugar ubicó a la futura crisis local como consecuencia de dos factores: el primero, la caída de los precios de las commodities, como la soja, uno de los principales puntales de la economía kirchnerista a través de las retenciones que proporcionan dólares frescos al fisco; segundo, la caída de las exportaciones en otros productos, situación derivada de la merma en la actividad económica en otros países.
Para Espert, sin embargo, la baja en la actividad económica del país no será concordante con el escenario mundial, por lo menos en sus consecuencias técnicas. Para nuestro caso, hizo una salvedad. "A diferencia de la economía global en la que habrá deflación, en la Argentina habrá inflación", explicó. La diferencia no es para despreciar.
Mientras que en el mundo habrá "deflación", que es la caída de la actividad económica combinada con la baja de precios, Argentina se encamina a un estadío de "estanflación", es decir, la baja en la actividad económica, que hasta ahora venía acumulando un crecimiento constante, pero combinada con la suba de los precios, es decir, con inflación.
"La estanflación es el escenario más probable, mientras que el más improbable es la crisis financiera", argumentó a Hoy Espert.
Por ello, consideró que la llegada de la estanflación es "inevitable", aunque todavía se pueden tomar algunas decisiones desde el Gobierno nacional. "El margen de acción es cuánto desempleo o cuánta caída de salarios reales van a bancarse" en la Casa
Rosada, sostuvo.
En ese orden, el consultor, titular de Espert & Asociados, aseguró que no espera una "explosión tipo 2001", en relación con la crisis que asoló el gobierno de Fernando De la Rúa, porque "los vencimientos de deuda para 2009 son pequeños y no hay contratos que romper porque ya están todos rotos".
Por su parte, el economista Jorge Vasconcelos, del
IERAL (Instituto de Estudios Regionales de América Latina) de la Fundación Mediterránea, afirmó que la situación de merma de la actividad económica mundial le recuerda a lo sucedido en 1982, año signado por una recesión global.
Si bien aseguró que hay diferencias en las causas, ya que en aquella oportunidad hubo una "violenta suba de la tasa de interés" que llegó al 20% anual, mientras que hoy está en el 1%, la recesión tuvo "un impacto muy fuerte en todos lados". "Fue el preámbulo de lo que después se llamó la década perdida del ‘80", sostuvo Vasconcelos, en diálogo con Hoy.
En ese sentido, apuntó a la dirigencia política. "Es importante que los países de la región no equivoquen las decisiones de política económica", es decir, decisiones de corto y de largo plazo.
Por ello, recalcó que la diferencia está "en cómo le hacen frente". Para muestra basta un botón, un botón brasileño. "En Brasil hay consenso sobre la desaceleración importante de la economía", dijo, y eso llevó a la toma de medidas anticíclicas, es decir, que ayuden a mitigar la crisis del ciclo económico. "Acá no empezaron la política anticíclica", ejemplificó.
En ese marco, está en duda la capacidad fiscal para ponerle el pecho a la incertidumbre. "Si bajan lo recaudado en concepto de retenciones, la capacidad fiscal no va a ser tan amplia sino más limitada que ahora", razonó Vasconcelos.
"Brasil venía con una inflación controlada, entonces acomodaron el tipo de cambio de 1,60 a 2,30", añadió. "Si en Argentina la
inflación fuera la que dicen los índices ofi-
ciales el Banco Central no haría tantos es-fuerzos para evitar la suba del dólar". Esa es una de las combinaciones más oscuras: "Si sube el dólar, sube la inflación".
Por ello, Vasconcelos propone trabajar cuidadosamente en la baja de las tasas de interés, siempre y cuando no se generen grandes desajustes en otras áreas de la economía. "Es más importante para las pymes la baja en las tasas que la inversión pública", pero claro, tienen que estar dadas las condiciones. ¿Estarán?