Especialistas consultados por Hoy afirman que el déficit, la fuga de capitales y la reducción de la emisión monetaria, que ya se ubica en niveles similares a los de 2001, hacen que la posibilidad de que vuelvan los bonos como el Patacón y la Lecop está cada vez más cerca.
El mundo atraviesa una crisis económica y financiera, sólo comparable a la Gran Depresión de 1929, y la Argentina no se encuentra en un limbo que la aleje de la misma. l.
Especialistas consultados por Hoy, como los economistas Manuel Solanet y José Luis Espert, afirman que están confluyendo una serie factores y circunstancias que tornan posible el retorno de la cuasimonedas o letras de tesorería, como los famosos patacones, federales y lecops, que irrumpieron con fuerza en 2001. .
Algunos de estos factores que están conformando una suerte de tormenta perfecta son el deterioro fiscal y del balance de pagos; y el aumento de la fuga de capitales que, en lo que va del año, suma 26 mil millones de dólares. El dato más alarmante es que la emisión monetaria viene cayendo sostenidamente y ya se ubica en los niveles de hace siete años (un 7% del PBI, llegando a tocar en algunos momentos el 1,4%), cuando estalló la crisis y aparecieron los mencionados bonos. Actualmente, la emisión es del 7,8% del total del PBI.
Además, las provincias tienen grandes déficits que son solventados por las ayudas que brinda la Nación, pero tanto el Estado nacional como los gobiernos provinciales no cuenta crédito a nivel internacional y, el crac económico mundial, bloquea el acceso a los mercados de capitales. A esa lista de problema se le suma el crecimiento en la mora en las tarjetas de crédito; el descenso en el consumo; la fuerte caída en la demanda de dinero, el ocultamiento de la inflación real; la extrema liquidez que se vive en el mercado; la baja en las ventas en restaurantes, supermercados y casas de electrodomésticos.
Las denominadas cuasi monedas fueron letras de tesorería (bonos) provinciales y nacionales que cumplieron funciones clásicas de la herramienta monetaria. Si bien comenzaron a aparecer a mediados de la década de 1980, con la crisis del 2001 se llegaron a emitir 15 bonos distintos por un monto total de alrededor de 8.000 millones de pesos. Finalmente, con la recuperación de la economía, terminaron siendo rescatados en 2005 dado que eran deuda forzosa que tomaban los estados provinciales, y el formato era muy similar a los de las monedas, lo que posibilitó que la gente pudiera volver a consumir.
La llegada de la gran crisis financiera, que hizo eclosión en los países desarrollados y llegó con todas sus consecuencias a los países del tercer mundo, ha puesto nuevamente este mecanismo de financiamiento interno en el tapete. Incluso el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, hace pocos meses reconoció públicamente que estuvo a punto de emitir una cuasimoneda ante la demora en el envío de los fondos previsionales por parte de la Casa Rosada.
Solanet, que fue secretario de Hacienda de la Nación, le dijo a Hoy que "no hay que descartar" que en la Argentina vuelvan a aparecer letras de tesorería como los patacones, porque "en la gente hay prudencia y temor, además de una falta de confianza en las decisiones que toma el gobierno nacional".
Posición parecida mantiene el destacado economista José Luis Espert, director de Espert & Asociados, que sostuvo, ante una consulta de Hoy, que "la Nación y provincias como Buenos Aires tuvieron en los últimos cinco años un boom en la recaudación que no supieron aprovechar, sobre todo debido a que la política fiscal seguida fue un verdadero desastre".
"El gobierno nacional está casi fundido, al igual que muchas provincias; con un gasto público insostenible, lo que hace muy probable que la decisión de emitir cuasimonedas esté en la mente de muchos gobernantes", resaltó.
Como puede verse, la inestabilidad económica y financiera ha llevado históricamente a que muchos residentes constituyeran posiciones en activos externos. Ejemplo concreto es lo sucedido en 2001 y lo que está ocurriendo actualmente. Esto colabora a que la situación económica de nuestro país se siga deteriorando con el correr de los meses y los riesgos se incrementen.