La devaluación del peso, que alcanzó el 12% en los últimos dos meses y dejó la cotización del dólar en $ 3,40 el viernes pasado, es insuficiente para corregir -a través de esa vía- algunos de los problemas que acarrea la economía. Sus efectos serán tibios o incluso neutros, según los economistas.
Representantes y analistas de la industria, el campo y los importadores tampoco anticiparon grandes cambios ante el nuevo valor del dólar. Más bien se mostraron expectantes por ver cómo evolucionarán, además de la cotización de la divisa, otras variables que influyen en sus negocios, como las monedas de otros países que comercian con la Argentina, el consumo, el crédito, los impuestos o las restricciones comerciales impuestas por el Gobierno.
El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Juan Carlos Lascurain, consideró prematuro un análisis respecto de los efectos del nuevo nivel del dólar, ya que habrá que ver qué ocurre con las otras monedas regionales. Al ser consultado acerca de si la cotización actual deja más tranquilos a los industriales, respondió: "En este momento, no está nadie tranquilo, no por el dólar, sino por nada. No es momento para estar tranquilos".
El nuevo nivel del dólar no beneficiará mucho al campo, según la visión del economista de la Sociedad Rural Argentina, Ernesto Ambrosetti. "No existe un dólar del campo, lo que existe es la competitividad del campo. Y con las retenciones se está anulando una parte de los ingresos del sector. Si se devalúa, aumenta la cantidad de pesos en el bolsillo, pero muchos insumos están dolarizados, con lo cual un dólar alto no es una ventaja para el sector agropecuario. Sería una ventaja si no hubiera retenciones", señaló.
Sin incentivo
La lenta devaluación del peso tampoco alentará a los productores a desprenderse del remanente de la cosecha. "Los productores miran la cotización del mercado internacional y cómo se refleja en el mercado interno. No es lo esencial. Lo que importa es cómo se mueven los mercados internacionales", completó Ambrosetti.
El vicepresidente de la Cámara de Importadores (CIRA), Diego Pérez Santisteban, relativizó el impacto de la devaluación en ese sector, aunque agregó que el sector está atento a la evolución del tipo de cambio. "Todavía no es algo muy relevante. Los importadores están más preocupados hoy por otros temas. De acuerdo con cómo sea la evolución del dólar, se preocuparán también por esto. Pero hoy las preocupaciones son la restricción del crédito, cómo evolucionaran las políticas de protección y la baja del consumo, que es la principal", señaló.
¿Habrá menos importaciones? El dólar no es la única variable en juego. "Algunos precios se mueven hacia abajo porque las empresas venden menos. No diría que hoy el tema del dólar es un tema muy grave, aunque se mira con mucha atención. Si hubiera un dólar más alto, vendrían otras complicaciones", completó Pérez Santisteban.
Economistas consultados por LA NACION creen que un dólar a $ 3,40 es insuficiente para corregir los problemas que enfrenta la economía, aunque ayudará en el frente fiscal sin alterar mucho la inflación.
Para el economista Eduardo Curia, uno de los más férreos defensores del modelo actual, que en los últimos días alertó acerca de los riesgos de la estrategia gradualista del Banco Central, la depreciación del peso mejoró un poco la competitividad, pero no lo suficiente. "Un dólar a 3,40 pesos es un valor más realista, sin ser suficiente. Es un híbrido, un valor que no es ni chicha ni limonada", graficó.
¿Cuál debería ser ese valor? "No hago números, pero sí le trazo una referencia cualitativa: creo que es un valor bastante superior al actual, pero no quiero hacer números por las implicancias del caso", respondió Curia, para quien la definición del tipo de cambio debería encararse en el marco de "una estrategia integral" que involucre a todos los sectores y abarque temas tales como los salarios.
Curia descartó un impacto inflacionario de la devaluación: "Si hay expresiones en ese sentido, serán limitadísimas".
El economista Enrique Dentice, de la Universidad de San Martín, dijo que el nuevo tipo de cambio beneficiará a los exportadores, permitirá compensar parcialmente la caída de la recaudación por retenciones ante el desplome de los precios internacionales y ayudará a mantener el superávit comercial en torno a los US$ 10.000 millones anuales. Dentice no cree que haya un traslado a precios: "En este momento, con la situación que hay, de que la gente consume cada vez menos, la presión inflacionaria puede reducirse".
Para José Luis Espert, este valor del dólar "es neutro": no corrige el problema del atraso cambiario ni la caída en la rentabilidad de las empresas ni los problemas fiscales.
"Este valor creo que es un piso, porque la fuga de capitales es muy fuerte y es cada vez más profunda. Y si bien el Central tiene una posición cómoda de reservas, eso es por ahora. Por eso creo que lo va a dejar ir para arriba", agregó. Espert añadió que la devaluación compensa la caída de precios generada por el enfriamiento de la demanda, por lo que estima que la Argentina enfrentará un escenario de estanflación, esto es, caída de la actividad con inflación.