Si bien los economistas no anticipan turbulencia, ven con inquietud el reemplazo de un técnico como Prat-Gay por un funcionario con un perfil ante todo político
La salida de Alfonso Prat-Gay del Banco Central genera entre los economistas algunas coincidencias básicas: por un lado, el reconocimiento de lo que consideran una buena gestión y por el otro, la impresión de que el cambio en la cúpula del Central, aunque poco oportuno, no acarreará modificaciones sustanciales en la política monetaria. Más allá de eso, muchos ven en el alejamiento del funcionario y el recambio del directorio en general un signo preocupante de pérdida de independencia del ente regulador respecto del poder político.
José Luis Espert, de Espert Consultoría Macroeconómica, es uno de ellos. El economista no cree que vaya a haber problemas: "Redrado sabe lo básico y con una situación fiscal holgada como la actual, no tiene por qué haberlos", asegura. Pero considera que "con cambios como éstos en el directorio, cualquiera se hubiera ido". Según Espert, "es una vergüenza que se premie de esta manera el amiguismo contra el profesionalismo".
El economista Manuel Solanet coincide. "Si se pretende que el Central sea independiente, era mejor que el presidente tuviera un carácter mucho más técnico", comenta. "Se va alguien muy calificado para la función y su alejamiento se lamentará tanto local como internacionalmente. Redrado, si bien es técnico, tiene un perfil político y lo mismo ocurre con otros recambios en el directorio", opina el especialista.
La impresión de Aldo Abram, de la Consultora Exante, es bastante parecida. "No es un cambio oportuno, si bien la figura de Redrado ha traído cierta tranquilidad", asegura. Sin embargo, explica, Prat-Gay ya tenía una experiencia que Redrado ahora tendrá que adquirir y eso genera una situación de incertidumbre, sobre todo por la confianza que había logrado ganarse Prat Gay, tanto aquí como afuera.
"Esa incertidumbre se potencia por otra razón. Desde 2001, la entidad viene perdiendo independencia. Prat-Gay había logrado sostener como última trinchera la política monetaria y cambiaria frente a un gobierno que cree que el Central debe ser un apéndice de economía. Ahora estamos frente a un directorio más dependiente, en el sentido de que es político y no técnico", dice Abram.
Ricardo Delgado, de la consultora Ecolatina, tampoco cree que "haya modificaciones de fondo en la política monetaria ni que vaya a ser un cambio traumático", aunque aclara que "hay que tener en cuenta que también cambia el directorio, lo que marca un cambio de estilo y conducción".
Por su parte, Orlando Ferreres aclara que "se trata de cuestiones que es preciso entender dentro de una interna, que tienen que ver con las personas y que no hace a la política económica. Por eso, no tendrá una repercusión grave, sobre todo porque fue reemplazado muy rápidamente".
Ferreres compara la situación actual con lo ocurrido con Aldo Pignanelli, el antecesor de Prat-Gay, "que había hecho un buen trabajo pero fue removido por motivos internos, sin que eso tuviera un efecto negativo en la política económica". Ahora, asegura, el directorio tendrá una orientación más productivista y menos monetaria, "pero la política que se hacía era la que se podía hacer. Tampoco hay margen para muchos cambios".