Melconian dijo que "el mayor error del Gobierno es no buscar una solución y batir el parche de un mensaje 100 por 100 doméstico” que constituye para el mundo una idea de baja credibilidad. Espert agregó que "la elite que gobierna es responsable de una parte de lo que le pasa al país"
Ahora va por más: hacernos creer a todos que un acreedor, cuando quiere cobrar, es un delincuente y por lo tanto merece el peor de los escarnios. El mundo civilizado no funciona así", se quejó José Luis Espert.
Carlos Melconian, en tanto, lamentó la "estrategia política" que instrumenta el país en su proceso en busca de un acuerdo con los acreedores y cuestionó la postura "de tirar todo para adelante, sin abordar una solución".
Melconian diferenció este escenario al de las décadas del ’80 y ’90 cuando -según dijo- "había una docena de países en una lista de espera de una solución estandarizada", y destacó el "intento en una solución conjunta de los planes Baker y Brady".
"La ‘causa nacional’ está planteada en términos de 75 por ciento o nada", lamentó el economista, y recordó que en las últimas dos décadas "la búsqueda de un acuerdo contenía elementos endulzantes de la oferta".
Para Melconian ese factor endulzante era, además del dinero, "la posibilidad de futuros negocios que autodepuraban fondos buitres o free riders que querían soluciones particulares" y lamentó que ya no existe "una hoja de ruta".
"Esta actitud de empujar el problema a un costado, sólo en dos años nos ha costado 7.000 millones de dólares en términos netos, según reconoció en ministro de Economía, Roberto Lavagna. Pero a la vez hay que destacar la ineptitud total de los organismos internacionales para liderar una solución", se quejó Melconian, en una columna que lleva su firma y que fue publicada por un matutino porteño.
Melconian remarcó que el Gobierno "debería optar por poner acento en la situación internacional precedente, haciendo gala de una predisposición amistosa a negociar o de buena fe", analizó.
"Tampoco se comprende -continuó Melconian- que se señale a todo como fondos buitres, sabiendo que hay futuros jubilados argentinos y tenedores locales con sus declaraciones juradas en orden y tenedores en otros países del mundo".
Por su parte Espert, quien también escribió una columna de opinión en un diario porteño, ironizó diciendo que "no hay mucho para embargarle a la Argentina porque se trata de un Estado quebrado".
El economista consideró que las políticas económicas del país fueron por "caminos equivocados en los últimos 70 años".
"Lo que el gobierno no dice cuando se plantea en su ridícula propuesta de una quita del 90 por ciento es que quiere seguir gastando en clientelismo político todo aumento de recaudación que trae la recuperación de la economía", opinó.