Tres preguntas al economista y autor del libro ‘La Argentina devorada’
1. ¿Existe una tecla ‘undo’ para deshacer lo que pasó con el gasto público en la última década? En caso de que sí, ¿cuál es esa tecla?
Aprieto dos teclas. Tecla 1, subsidios económicos (gas, electricidad, agua, transporte) por $250.000 millones al año y parte de los sociales por más de $100.000 millones. Total: $350.000 millones. En los primeros hay que pagar lo que las cosas valen. No hay argumentos, salvo situaciones extremas de pobreza; no pagar lo que la energía vale pero sí el cable, el celular o lo que sea. Ademas, por si fuera poco, ya sabemos las consecuencias, nos quedamos sin energía de tanto regalarla al haber fomentado un ridículo sobreconsumo y una absurda subinversión. En cuanto a los subsidios sociales, habría que eliminarlos, transformarlos en un subsidio por desempleo más generoso en dinero pero que dure menos tiempo y a los que son empleados por el sector privado en blanco eliminarles las cargas sociales y el subsidio por desempleo. Los $350.000 millones son casi 4% del PBI, la mitad del déficit fiscal que hoy bien medido es 8% del PBI.
¿La tecla 2? Si es cierto como dice el presidente que sobran 1,5 millones de empleados públicos, entonces hay cerca de $500.000 millones al año con los cuales se podría hacer algo, por ejemplo, despidos.
2. El Gobierno dice que el gasto público en Argentina es “elevadísimo”. ¿A qué nivel (como % del PBI) debería aspirar a converger el país en los próximos tres años?
Sumando los casi 4 puntos del PBI anteriores más cierta moderación en el crecimiento del resto del gasto público, se lo podría bajar en 7% del PBI en 3 años, desde los 42 puntos del PBI de hoy, para quedar en 35% del PBI, 10% más del que debería ser, que calculo en 25% del PBI. Este era el nivel que había antes de los Kirchner, se encuentra cerca del promedio de los últimos 50 años y sería un gasto pagable sin déficit fiscal con una presión impositiva similar de 25% del PBI que esta de acuerdo (incluso algo por abajo) con nuestro PBI per capita. Además, con un gasto público de 25% del PBI y un dólar realista, no cómo el regalo de hoy, Argentina podría ir a libre comercio total con el mundo, la clave para salir de nuestra decadencia.
3. ¿El gasto público en Argentina es alto porque el actual nivel del déficit fiscal es insostenible o el gasto es elevado porque cree que el Estado hoy provee servicios públicos que el sector privado debería proveer? En caso de esto último, ¿cuáles serían esos servicios?
El gasto público es alto porque la sociedad compró el discurso populista de la política que “a más Estado, más derechos”. Casi la mitad del gasto público de hoy de 42% del PBI son transferencias (jubilaciones y subsidios económicos y sociales) y si le sumás el desempleo encubierto en el Estado, sería mayor todavía. Eso es lo que quiere la sociedad argentina: redistribución del ingreso y transferencias.
Argentina, cuando hace 40 años recaudaba menos de 20% del PBI (hoy es 33% del PBI, pero los que están en blanco pagan más del 50% del PBI), también tuvo déficits de 8% del PBI como hoy. O sea que el tema del déficit no tiene que ver con cuánto gasta el Estado. Gaste poco o mucho, siempre tiene déficit. En 57 años desde 1961 tuvo 53 de déficit y 4 de superávit, los 4 años de la presidencia de Néstor Kirchner. El tema del déficit es atávico a la clase política. Es visceral. Siempre lo llevan hasta el punto de una situación de crisis con la ridícula idea de que a más déficit, más crece la economía de sustitución de importaciones que ellos y los argentinos aman.