No al populismo industrial

Para el populismo industrial que encarna Moreno el único sector que interesa es la industria que sustituye importaciones (“no hay que importar un clavo” dijo Cristina). También es clave un Estado gastomaníaco que redistribuya. Para el populismo industrial, la industria exportadora en general no existe, el campo y el petróleo son actividades rentísticas a las cuales hay que dejarlas con ganancias mínimas para que produzcan alimento y energía baratos y el comercio es un costo a controlar al máximo. Pero hay un momento que el Estado de tanto gastar se torna deficitario. Al déficit fiscal se lo financia con emisión monetaria que genera inflación, que luego es inflación en dólares. Comienzan las expectativas de devaluación, los ataques especulativos, la pérdida de reservas y ahí es donde Moreno, pone el grito en el cielo diciendo “¡restricción externa!”… a pesar de que hay superávit comercial y absurdamente cierra mas todavía la economía. Hasta que un día se devalúa, lamentablemente, para volver a hacer los mismo. El populismo industrial ha hecho de Argentina un país con una decadencia tan formidable en los últimos 100 años que ya estamos para el Guinness

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José Luis Espert

Doctor en Economía

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