El economista José Luis Espert advirtió que si el Gobierno no realiza un ajuste, las provincias "seguro" tendrán que recurrir a las cuasimonedas.
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En una entrevista con iProfesional.com, el doctor en Economía explicó que el veranito financiero que atraviesa la Argentina que se manifiesta en la fuerte baja del riesgo país y en la disminución de la compra de dólares, está asociado básicamente a la situación internacional y en menor medida a las señales que ha dado el ministro de Economía Amado Boudou.
Además, Espert aseguró que los niveles de desempleo, pobreza e indigencia actuales superan a los de la convertibilidad.
-¿El mundo está saliendo de la crisis?
-Sí, primero saldrán Estados Unidos y los países que han sido agresivos al momento de hacer política fiscal y monetaria expansiva. De manera más lenta, Europa. Va a ser la primera recesión después de la segunda guerra mundial pero de ninguna manera el mundo terminará en una crisis como la del ´30. La discusión ahora es si este repunte es efímero pero creo que hay más chances de que comience la recuperación de mediano plazo que un párate en la caída.
-¿Cuán beneficiada se puede ver la Argentina por esta recuperación mundial?
-La certeza que en el peor de los casos estamos ante un freno en la caída es lo que permitió que en la Argentina la fuga de capitales que en algún momento del 2009 había tocado u$s2.600 millones pasará en agosto a menos de u$s1.000 millones. Esto es básicamente por la situación internacional y en menor medida por las señales que ha dado Boudou de la Argentina. La certeza de que lo peor de la crisis ya pasó ha sido clave para este veranito financiero que estamos viviendo.
-¿Este veranito financiero se puede extender?
-En la medida que el viento de afuera continué es probable que se mantenga.
-¿Estamos más cerca de volver a los mercados internacionales de crédito?
-Creo que todavía estamos lejos de colocar deuda. El único paso concreto que dio Boudou ha sido empezar a reemplazar la deuda que está ajustada por CER por otra que paga la tasa de interés Badlar. Toda la deuda que ajusta por CER está muy sucia por todo el dibujo del INDEC. Me parece bien empezar a dar pasos en el sentido de amigarse con los mercados de capitales reemplazando títulos defaulteados en los hechos por otros que ajusten por Badlar. Sin embargo, para colocar deuda y más a una tasa razonable a la Argentina le falta mucho todavía.
-¿Este canje que hizo el Ministerio antecede una normalización del INDEC?
-No, son dos cosas diferentes. Al INDEC lo van a seguir utilizando como mecanismo de propaganda oficial. El Gobierno va a seguir mintiendo con el INDEC pero lo que ha hecho Boudou, que yo considero que está bien, es sacar deuda del mercado que ajusta por un INDEC mentiroso por una que pague una tasa de interés sin cuestionamientos.
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-¿La apertura del canje a los holdouts tendría una buena aceptación?
-Si lo que ha trascendido es lo que van a terminar ofreciendo, van a tener una buena aceptación. Ahora hay que tener ciudado porque abrir el canje con los holdouts implica empezar a pagar el bono que se les entregue y esto implica un ajuste fiscal.
-El Ejecutivo niega un próximo ajuste y sin embargo usted, como muchos analistas, lo ven como inexorable ¿Qué margen de maniobra tiene el Gobierno?
-Las cuentas públicas necesitan claramente un ajuste, es decir bajar el déficit fiscal a un nivel que la Argentina pueda sostener. Se puede hacer mediante la suba de impuestos, la baja del gasto o una devaluación más rápida. Esa necesidad técnica ya está. El Gobierno lo puede postergar pero es pan para hoy y hambre para mañana. Clínicamente el fisco necesita un ajuste ya porque tiene un déficit fuera de borda. Ahora si en el 2010 el Gobierno quiere negar un ajuste, puede hacerlo usando más reservas del Banco Central o emitiendo cuasimonedas provinciales. En algún momento va a ocurrir el ajuste pero en el 2010 se puede evitar y será más severo en el 2011, 2012 o cuando se haga. A partir de ahora estamos en un efecto bola de nieve. El déficit fiscal de la Argentina va a terminar en $25.000 millones este año, a lo cual hay que sumarle u$s5.000 millones de vencimiento de capital de deuda que son casi $20.000 millones. Así que entre déficit fiscal y pago de capital de deuda pública se necesitan casi $45.000 millones. Por cada punto que aumenta la recaudación, el gasto público aumenta el doble. Si en el 2010, el gasto creciera a la velocidad que lo hace hoy y la recaudación también, el déficit fiscal va a llegar a $50.000 millones más $20.000 M de necesidades de pago de capital.
-¿Si no hay un ajuste vienen las cuasimonedas?
-Si el Gobierno no quiere hacer ningún ajuste seguro que van a venir las cuasimonedas. Esto ya lo ha vivido muchas veces la Argentina. El Gobierno lo niega y después sobreajusta por no haberlo hecho en su momento. El caso extremo es el de la convertibilidad. Por mucho tiempo se negó la posibilidad de un ajuste y en 2002 voló todo en pedazos. Esto es igual nada más que no va a llegar a ser tan grave. Desacelerar el gasto público podría ser parte del ajuste.
-¿Las provincias están más complicadas que la Nación?
-Sí, si se miran los números del déficit fiscal de este año es mitad Nación, mitad provincias, con lo cual están los dos complicados. El tema es que el grueso del déficit de la Nación es para el pago de la deuda, por los intereses. En cambio, en las provincias no llegan a pagar los salarios y lamentablemente el empleo en los distritos son un gran subsidio al desempleo. Están más complicadas porque el impacto social y político es distinto.
-Para usted el tipo de cambio está atrasado ¿Prevé una mayor devaluación de acá a fin de año?
-La clínica médica mía dice que el dólar está barato pero el Gobierno puede mantenerlo así todo el tiempo que quiera. Este año el tipo de cambio no va a superar los 4 pesos. Puede mantenerlo pero no es conveniente porque ya está barato hoy.
-Hace poco usted recalcó que el desempleo llega al 12% ¿Piensa que va a seguir en aumento?
-Creo que va a continuar el aumento de la desocupación. Nuestra estimación del año que viene lo sitúa cerca del 14 por ciento. Es la mitad del peor desempleo que tuvo la Argentina, que fue en el 2002, pero está cinco o cuatro puntos arriba del promedio de los años más buenos de la convertibilidad. En años comparables, la Argentina ya está con niveles de desempleo, pobreza e indigencia superiores a la convertibilidad.
-En el último mes hubo una aceleración de la inflación ¿Este fenómeno llegó para quedarse?
-Empecemos por las groserías argentinas: hiperinflación no va a haber. La tasa de inflación del país va ir de 15 a 20 por ciento en los próximos años. Será de 15% si no devalúa y 20% si deprecia la moneda. Con ajuste de tarifas, de salarios y alguna ciclicidad que tienen los alimentos no puede bajar de eso la tasa de inflación. En algún lugar esta tasa de inflación significa que el Banco Central está asistiendo al Gobierno monetariamente hablando.