BUENOS AIRES .- "Voy a sacar mi plata, abro un pozo en el patio de mi casa y allí la guardo", asegura el gerente de recursos humanos de una multinacional europea cuando se le pregunta qué hará ante la inminente intimación del gobierno para que declare los valores que tiene en su caja de seguridad.
La Agencia de Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ya avisó que las "invitaciones" llegarán a los poseedores de cajas de seguridad entre febrero y marzo.
Y que ya están todo identificados; semanas antes de Navidad, el Banco Central y la propia AFIP pidieron a los bancos los datos personales de los usuarios de las cajas de seguridad. La idea es que declaren el contenido de las cajas para que paguen los impuestos que correspondan.
En Argentina existe un poco más de 400 mil cajas de seguridad, y analistas estiman que en éstas hay guardados no menos de US$ 12 mil millones.
Pero a pesar del talante amable del anuncio de la AFIP, el pánico se ha diseminado entre los poseedores de cajas de seguridad. "Yo saldría corriendo a llevarme mi plata", admite -medio en serio, medio en broma- el economista José Luis Espert, "porque en este país cualquier disparate es posible". Eso sí, según Espert, es improbable que el "blanqueo" de los valores guardados sea el anticipo de una eventual apertura de las cajas de seguridad.
"Si el Gobierno quisiera expropiar el contenido de las cajas, podría hacerlo sin avisar, ahora mismo que está todo el mundo de vacaciones; en cambio, se supone que si los valores están registrados legalmente, es más improbable que al dueño le sean desconocidos sus derechos de propiedad", prevé Espert.
Según él, la intención del gobierno es generar temor entre el público buscando una mejora en la recaudación de impuestos, que ha disminuido en los últimos meses. "Este gobierno se está radicalizando en todos los aspectos", declara el economista.
Historia conocida
La confiscación de depósitos bancarios tiene antecedentes en Argentina en la década del 80 y en 2001, con el célebre "corralito". Traumas que han dejado a más de uno con desconfianza, y por temor a cambios abruptos en la política económica en este país las personas suelen ahorrar en dólares. Es muy común que argentinos de clase media o media alta posean cajas de seguridad o dinero guardado en lugares recónditos de sus domicilios, siempre lejos del sistema bancario local.
"Estoy totalmente en contra de que el gobierno meta la nariz en algo tan privado como una caja de seguridad; yo no voy a cancelar la mía, pero en cuanto me llegue la intimación la vacío para no tener nada que declarar", asegura un empresario textil de Buenos Aires, dueño de una conocida cadena de tiendas de ropa femenina. Más específico, un asesor financiero de Buenos Aires sugiere que "el efectivo hay que sacarlo y llevárselo a Uruguay; yo sólo dejaría guardadas en una caja de seguridad joyas o documentos".
El "estilo K"
Otro factor que genera desconfianza en los poseedores de cajas de seguridad es el contradictorio "estilo K", así bautizado por analistas y medios locales en honor a la pareja presidencial. En 2007, el entonces Presidente Néstor Kirchner abrió la opción para que quienes aportaran al sistema privado de jubilaciones pudieran reiterar su preferencia o volver al sistema estatal; 70% de los trabajadores optó por el sistema privado. Pero menos de dos años después, el gobierno de su señora estatizó todos los fondos jubilatorios.
"Esta sorpresita de querer saber lo que hay en las cajas de seguridad busca apretar y asustar a la gente, y lo que logran es que quienes tienen ahorros los inviertan en propiedades, que ha demostrado ser el único refugio seguro en la Argentina", dice Armando Pepe, uno de los mayores operadores inmobiliarios de Buenos Aires.
Las entidades bancarias reportan que aún no ha habido un cancelamiento masivo de los contratos de las cajas de seguridad. "La gente está atenta, pero hay que ver qué pasará cuando empiecen a llegar las intimaciones", cuenta el ejecutivo de una entidad financiera.
Habrá que esperar la reacción de los invitados al "blanqueo" de bienes cuando el fisco les envíe las temidas cartas a los titulares de cajas de seguridad. Según la líder opositora de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, la medida genera "zozobra y miedo" en la sociedad; pero para el gobierno no hay nada que temer: es apenas una motivación para que los argentinos blanqueen sus bienes ante el fisco, y apenas se abrirán compulsivamente las cajas de seguridad cuando un juez así lo disponga.
ES COMÚN QUE argentinos de clase media o media alta tengan cajas de seguridad o dinero guardado en sus domicilios.
La orden es recaudar
"Los momentos extraordinarios exigen medidas extraordinarias, y por ello necesitamos sumar al circuito económico a los argentinos que no han declarado su patrimonio económico en el país", ha asegurado el titular de la Agencia Federal de Ingresos Públicos, Ricardo Echegaray.
La invitación a los dueños de cajas de seguridad para que declaren su contenido es apenas una parte de la ofensiva del gobierno de Cristina Fernández para mejorar sus ingresos, ante la desaceleración de la actividad económica y la caída de las exportaciones agrícolas que preocupa al Ejecutivo.
En pocos días comenzará a regir una polémica ley -aprobada en diciembre- que permite la declaración de capitales, que estén en el país o en el extranjero, sin castigo fiscal por los incumplimientos registrados hasta el año 2007. Expertos ya han advertido sobre el peligro de que la medida propicie el lavado de dinero.