La situación económica financiera mundial y local fue analizada por el economista José Luis Espert y los pronósticos expuestos en su reciente disertación en Corrientes delinearon un panorama complicado. "El año que viene habrá un horrible clima de recesión con devaluación", advirtió en un tramo de la charla mantenida con empresarios locales.
En un crudo análisis económico habló del impacto de la crisis internacional, el fantasma de otro default argentino, el fin del superávit fiscal, el retorno de un dólar barato, una mayor presión tributaria y un contexto de fuerte recesión a la vuelta de la esquina.
Además de proyectar un difícil 2009 consideró que el 2010 será igual de crítico pero con más riesgos e incertidumbres. El año que viene, consideró, la economía del país aún seguirá creciendo, pero apenas un 2,5 por ciento como mucho y la inflación se desacelerará.
Sin embargo "habrá un clima de recesión en la gente", una devaluación del 5 por ciento, "por ser un año político", dijo. También se mantendrá la sensación de otro default "que ya se ha instalado" porque "el Estado ahora tiene déficit en recaudación", afirmó y desacreditó los indicadores oficiales por falta de credibilidad como ocurre con la inflación del Indec. En materia fiscal, advirtió que "la presión impositiva seguirá para arriba".
En tanto no dudó en advertir que "la tasa de interés vino para quedarse a niveles muy altos. No va a bajar".
En la conferencia organizada por la Federación Empresarial de Corrientes (Fecorr), el empresariado local escuchó con atención el panorama descrito en la noche del viernes por Espert, quien es Doctor en Economía, docente, investigador, columnista del diario Ambito Financiero y fue asesor en el seguimiento de los programas acordados con el FMI en el Ministerio de Economía de la Nación, entre otros cargos que ocupó.
Crisis
Espert destacó en principio que la crisis en el sistema financiero norteamericano, con repercusiones internacionales, "no será el diluvio universal" y lo más factible es que haya una recesión en 2009 y 2010", indicó. "A lo sumo va a ver alguna reforma del sistema bancario a nivel mundial, pero nada demasiado dramático. El mundo no va a ir a una crisis como la del ‘30", resaltó.
"No será el diluvio universal y mal que le pese al Gobierno y a gran parte del progresismo medio cavernícola que hay en la Argentina, ésto no va a ser el fin del capitalismo mundial y tampoco de este capitalismo", afirmó y consideró que "es un crisis financiera más; es sistema bancario americano tuvo hace 20 años una crisis muy parecida, se reformuló, se recapitalizó y siguió adelante", recordó.
De todas formas señaló un fuerte impacto para los países emergentes como Argentina, particularmente en la caída del precios de los comodities (Ver recuadro).
Un concepto que mantuvo en gran parte de su charla fue el de la posibilidad de caer en un nuevo default. "Argentina no va a ‘defaultear’ en 2009 por que es un año electoral, pero la sensación que puede haber default una vez más está", acentuó.
"¿Y por qué esa sensación? Porque los Kirchner hicieron un verdadero desastre en materia fiscal: hoy, el sector que está en blanco, que paga impuesto, es exprimido y si embargo el Estado tiene déficit fiscal", aseguró.
"En los últimos seis años aumentó la recaudación aumentó 100 mil millones de dólares y hoy hay déficit", insistió.
Escenarios
Sobre una posible devaluación del dólar en 2009 sostuvo que "lo más probable es que pasar de 3,15 a 3,20 ó 3,22 pesos, no más. Porque creo que el año que viene no va a ver recesión en términos de caída del Producto", indicó.
En cuanto al tema de inflación y de crecimiento, señaló que el índice "verdadero" del costo de vida está actualmente entre un 27 y 30 por ciento, y la tasa de crecimiento cerrará el 2008 en un 5 ó un 5.5. El año próximo en tanto, se crecerá al 2 ó 2.5 y la inflación se desacelerá a un 16 ó 17 por ciento.
"Lo mejor del programa ya pasó" porque "en épocas de vacas gordas nuevamente, como ya lo hizo la dupla Menem-Cavallo, se gastaron todo. Por lo tanto, ahora, como la economía va para abajo, deben hacer un ajuste fiscal", evaluó.
"Creo que vienen tiempos muy complicados, que nada tienen que ver con lo que ha pasado hasta ahora y no por culpa de la recesión americana. Espero que esta vez la sociedad no se preste a la versión, que seguramente va a venir del Gobierno -como siempre pasa en la argentina-, de que la crisis viene por culpa de lo que pasa afuera. La crisis somos nosotros", subrayó