Exportaciones de pretróleo en rojo y camino al déficit

Pese al fuerte incremento de los precios del crudo, la inversión y producción de hidrocarburos en la Argentina no aflora. Algo está pasando.

Según el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas, desde 1998 a 2006 la producción bajó un 28% (de 134.600 a 104.800 m³ por día). Las exportaciones tuvieron un descenso estrepitoso: en 1998 se exportaban 52.562 m³ por día, en 2001 eran 44.816, y el año pasado se vendieron 15.491. Desde 2003, las ventas de petróleo al mundo se vienen desplomando a un promedio del 30 por ciento anual.

Los economistas explican esta caída en la falta de estabilidad y seguridad en las reglas de juego, situación que se agravó el 15 de noviembre de 2007, cuando el gobierno oficializó, mediante la resolución 394, una suba en las retenciones al petróleo y sus derivados. En este caso, se instrumentó una alícuota que crece a medida que aumenta el precio internacional del producto exportable. Si los precios internacionales se mantuvieran en un nivel un 20% superiores a los de referencia, los ingresos adicionales para la administración Kirchner treparían a los 3100 millones de pesos.

Un informe de la calificadora internacional Standard & Poor´s vaticina que a pesar de que la Argentina sigue teniendo superávit en la producción de hidrocarburos, a excepción de que haya cambios que puedan asegurar la realización de inversiones, el país probablemente se convertirá en importador neto de petróleo crudo antes de 2010.

“La Argentina está intentando cambiar la ventaja comparativa. Teníamos ventaja en agro, petróleo y alguna industria. Con este esquema, el gobierno quiere que sea sólo la industria la que exporte, y que el agro y el petróleo se dediquen a proveer barato al mercado interno”, sintetizó José Luis Espert, director de Espert & Asociados. Para el economista, son absurdas las retenciones y más aún su aumento. “A estos precios casi el 60% del valor de venta se lo lleva el Estado. Si estamos pensando que podemos llegar a importar para 2011 es porque ya no es rentable el negocio. No descartemos que tengamos que importar energía y alimentos a precios internacionales. A la larga, dado que vivimos en un mundo globalizado, no nos vamos a escapar del mundo globalizado”, subrayó.

No se detiene

Para el economista jefe de IES Consultores, Eduardo Alvarez, en el corto plazo las retenciones no repercutirán en las exportaciones petroleras. “Se va a seguir exportando porque los pozos en actividad siguen produciendo -con un ritmo descendente- la cual no se detiene por impacto de las retenciones. En cuanto a las exportaciones, seguirán descendiendo, pero no por el efecto puntual de estos aumentos en las retenciones, sino por la política que durante varios años, también basada en las retenciones, desalentó las inversiones en el sector a través de la fijación de precios políticos, en el petróleo y derivados, que no respondían a la realidad del mercado”, explicó.

La fijación de retenciones en el mercado petrolífero no es una medida nueva. Para analizar lo que sucederá en el mediano plazo con el aumento basta observar lo que pasó en los últimos tres años cuando el Gobierno estableció retenciones móviles sobre el crudo. Esta medida congeló el precio en el mercado interno, así como también el valor de los derivados.

La consecuencia fue la desactivación de planes de expansión de la producción (a través de la exploración y la canalización de esas inversiones de las multinacionales que dominan el mercado) hacia países en los que pudieran obtener el precio pleno del crudo explotado. “En un mercado internacional con un precio del petróleo subiendo de 60 a casi 100 dólares por barril, mantener el precio interno en torno de los 35 a 45 dólares por barril era un claro desaliento a las inversiones en el sector. La consecuencia fue la constante caída de la producción y de las reservas y un descenso continuado de las exportaciones, junto con un incipiente crecimiento de las importaciones en los últimos años”, agregó Alvarez.

Según IES Consultores, en 2009 nuestro país pasaría de exportador neto a importador neto de petróleo, a juzgar por la caída del 45% de las exportaciones petroleras en los primeros diez meses de 2007.

Lo cierto es que si el objetivo de las retenciones es también un ingreso fiscal extraordinario, por más alta que sea la alícuota de retención a la exportación de petróleo y derivados, el ingreso para el Estado será nulo si en tres años no se exporta nada. Por el contrario, entraría al país al precio internacional, el cual salvo que esté subsidiado será mucho mayor de lo que hoy se ofrece en el surtidor.

Para Aldo Abram, Director del Instituto Ciima-Eseade, otro punto importante de las retenciones es la imagen de la Argentina en el exterior, ya que marca una falta de estabilidad en las reglas de juego muy grande. “Invertir y producir petróleo en un país donde cuando el petróleo sube te sacan el aumento, sobretodo en un negocio en el que la etapa de exploración es muy costosa y muy riesgosa, complica el negocio. Por eso no extraña que haya petroleras que de la forma que pueden tratan de irse de la Argentina, sea vendiendo todo su negocio o tratando de desprenderse en parte”.

Otra forma menos visible que han adoptado las empresas es invertir poco y retirar la mayor cantidad posible de ganancias. “Ya que no podés desmantelar los pozos petroleros o gasoductos, los exprimís al máximo, y acortás el plazo de la inversión, saliendo paulatinamente del negocio”, argumentó Abram.

Ambigua

El economista de Ecolatina, Rodrigo Alvarez, menciona otro punto: “La lectura de las retenciones es ambigua porque si los precios externos sostenían la rentabilidad de las empresas, al bajar los ingresos por el incremento de las retenciones hay una mayor presión para que el resto de los segmentos del negocio aporten más a la rentabilidad empresaria. Esto, en otros términos, implica mayor presión para que los precios internos se ajusten y sostener la rentabilidad del negocio”.

En Ecolatina también calculan que para 2009 la Argentina será importadora neta de petróleo. Alvarez cree que la pregunta no es si la rentabilidad es suficiente o extraordinaria para las empresas petroleras, sino cómo son las ganancias de las empresas acá frente a cuánto ganan en otras economías y cómo es el marco de previsibilidad de los negocios. La Argentina debería tener un potencial importante como imán de inversiones. Necesita más energía, con una economía en expansión. Sin embargo, lejos de producirla y exportarla, va camino a un déficit apenas diez años después de ser uno de los productos exportables más jugosos del país.

Nota Original: LA NACIÓN | 02/01/2008

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José Luis Espert

Doctor en Economía

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