Economía afirmó que el sector ganará este año US$ 4000 millones adicionales por el alza de los precios internacionales
Con un ojo en la inflación, el Ministerio de Economía anunció ayer el incremento de las retenciones a la soja, al considerar que la favorable coyuntura internacional justifica capturar parte de los US$ 4000 millones adicionales que ganarían los exportadores agropecuarios este año.
Hace dos meses, funcionarios de la Presidencia -entre ellos el secretario legal y técnico, Carlos Zanini- comenzaron a analizar con la ministra de Economía, Felisa Miceli, las alternativas para mantener la división entre los precios externos y los precios domésticos en la canasta.
Al respecto, se consideró que los acuerdos de precios que administra el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, eran insuficientes para frenar el traslado del aumento internacional de los valores de las materias primas al mercado local.
Moreno, que ya habría amagado con dar un paso al costado por “desacuerdos internos”, apareció en la Casa de Gobierno para el anuncio, junto con Miceli y con el subsecretario de Agricultura, Javier de Urquiza.
Hasta tal punto se crisparon los nervios del polémico funcionario, que en estos días llegó a pedirles a algunas empresas privadas que “retaran” a sus consultores económicos si éstos hablaban de la existencia de una “inflación reprimida”.
En este contexto, las discusiones en el Gobierno fueron arduas, pero con un objetivo claro: “pisar” la inflación en alimentos y bebidas para no arrancar el año con el índice de precios minoristas (IPC) demasiado lejos del 1 por ciento.
Desde el Banco Central aportaron un dato clave: la inflación core (central) ya se ubica en el 11% anual, un nivel alto aunque controlable.
Así se redactaron dos resoluciones que expresan los siguientes objetivos: mantener el equilibrio macroeconómico, preservar el poder adquisitivo de la población -en particular el de los sectores de menores ingresos- y contener la fuerte alza en los valores externos de granos y oleaginosas. Además, se indicó que aún después del aumento de las retenciones, “la rentabilidad del sector productivo seguirá siendo adecuada para continuar con su desarrollo”. En un informe oficial, en el que se destaca la “situación excepcional del campo”, el Ministerio de Economía sostuvo que ésta “no es una medida sectorial, sino una decisión de política económica para garantizar el crecimiento con inclusión social”.
Redistribución
Además, se indicó que la decisión de subsidiar el consumo interno de bienes básicos de la canasta alimentaria -como harina, pan, fideos, carnes, pollos, aceites y lácteos- permitirá “redistribuir el ingreso mediante el aporte de los que más tienen y se encuentran beneficiados por los precios internacionales”.
Con este objetivo se busca que los precios de la canasta básica alimentaria -que en 2006 creció el 7,6%- se retrotraigan a los valores de noviembre de 2006. Las fuentes de financiamiento de este subsidio serán las siguientes:
– Unos US$ 100 millones surgidos con aportes del tesoro nacional, a partir de un crecimiento de los recursos tributarios, que sin duda superarán la muy conservadora previsión presupuestaria.
– Los US$ 400 millones surgidos de la suba de las retenciones a la exportación del complejo sojero. Se estima que este año el valor de las ventas externas agropecuarias superaría los US$ 16.000 millones, por lo que el aumento de la ganancia para los exportadores respecto del año pasado llegaría a los US$ 4000 millones.
“De esos US$ 4000 millones, el subsidio al consumo de estos bienes sólo representa unos US$ 400 millones, es decir, un 10% de los mayores ingresos de 2007”, concluyó sin rodeos el documento elaborado por Economía.
Según los analistas
Aldo Ferrer
“Es coherente con la política de desarrollo y distribución del ingreso del Gobierno, que apunta a una evolución razonable de precios y de rentabilidad de ciertos sectores.”
Pablo Rojo
“La veo mal. No me gusta esta medida. Hay que asegurarles a los productores agropecuarios un horizonte de estabilidad. En cambio, esto genera incertidumbre.”
Daniel Artana
“No es una medida feliz porque en la Argentina, cuando el Gobierno ve que a alguien le va bien, le sube los impuestos. Es una señal negativa para los inversores.”
José Luis Espert
“Es absurda esta idea del control de rentabilidad de los sectores que quiere el Gobierno. No escarmienta a partir de los desastres que ya produjo en el mercado.”
Nota Original: LA NACIÓN | 12/01/2007