José Luis Espert, titular de la consultora Espert & Asociados, es una de las voces más escuchadas en determinados círculos de decisión de Argentina. Aunque es un firme crítico de lo que considera “un gobierno intervencionista que fija la rentabilidad de todo el mundo”, el especialista considera que el superávit fiscal otorga “una longitud temporal mucho mayor que la que tuvo la convertibilidad” para evitar el colapso.
¿El sostenible en el tiempo una política que procure un peso barato y una inflación contenida a la vez?
Para ser rigurosos, para hablar de inflación contenida tenemos que fijarnos una meta de 2% o 3% anual, que es una tasa a niveles serios internacionales. Ni 6% ni mucho menos 11% es inflación contenida. Una inflación baja es lo único que permite que el tipo real de cambio se sostenible en el tiempo. En general, salvo que uno no esté del tomate, el tipo nominal de cambio que uno se fije es compatible dependiendo de lo que hace alrededor de la política de cambio. El tipo de cambio nominal no es causante ni de problemas ni de buenaventuranzas. El 1 a 1 de la convertibilidad voló en pedazos por el desastre fiscal que se hizo. Para sostenerlo va a haber que dejar de aumentar el gasto público y dejar de llevar a sindicalistas para que aprieten a empresarios.
¿Qué tan lejos estamos de aquella situación que llevó a la convertibilidad a “volar en pedazos”?
La gran diferencia es la política de resultado fiscal y, hoy en día, el superávit primario que existe es un cambio de 180 grados. Ahora tenemos cuatro puntos de superávit cuando antes había 4 puntos de déficit. Hay una longitud temporal infinitamente mayor que la que tuvo la convertibilidad para evitar el colapso. De todas maneras, hay que llamar la atención con ciertas cosas que van quitando oxígeno de a poco. Una tasa inflacionaria de 12% o 13% no se tolera. La economía en el primer trimestre dejó de crecer por la inflación salarial generada por el gobierno. En el segundo trimestre volvió a crecer muy fuertemente, pero si el gobierno sigue con una política artificial de aumento de salarios va a complicar las cosas.
¿Hasta cuándo el Central va a poder absorber la emisión de moneda para sostener al dólar?
No es un problema de emisión monetaria. No veo por qué ahora nos vamos a preocupar por comprar dólares a tres si en la convertibilidad los comprábamos a uno. Todos los pesos se terminan absorbiendo con el endeudamiento del banco Central. Ahora, si se sacara al Banco Central de la función de absorber esos pesos con deuda, se podría dejar de tener el déficit cuasi fiscal vigente. Directamente el fisco, que tiene superávit (AFIP), debería derivar esos fondos al Central. Este es un gobierno intervencionista, que decide fijar absurdamente la rentabilidad de todo el mundo, como la de las privatizadas, y quiere darle algo de rentabilidad vía Lebac a los bancos públicos y a los privados en general.
Es evidente que hay un retraso salarial generalizado y que la pobreza se explica en parte por eso. ¿Cómo se puede salir de esta situación sin genera inflación?
En el sector privado formal los salarios reales están en el nivel previo a la devaluación. Se ha conseguido mucho, a tres años del desastre, al costo de duplicar la inflación por segundo año consecutivo. En 2005 va a ser el doble de la de 2004. Hemos conseguido que la mitad de la economía tenga los salarios previos al colapso.
El gobierno está enfermo por solucionar todos los males que causó la caída de la convertibilidad aquí y ahora, lo cual es imposible, salvo que se esté dispuesto a pagar un costo de inflación alta. Es de locos en tres años solucionar los problemas de indigencia e inequidad. Los países sin inequidad son con países con ingreso per cáptia diez veces más grande que el nuestro.
¿Un eventual reacomodamiento de las tarifas públicas podría incidir en el índice inflacionario? ¿Habría que postergarlo?
En economía se puede hacer de todo, pero hay que atenerse a las consecuencias. Si usted aumenta el gasto público, aténgase a las consecuencias. Si no ajusta tarifas, surgirán problemas como los de ahora. Lo puede postergar por todo el período presidencial de Kirchner si quiere, pero las consecuencias van a ser la salida del capital extranjero y el ingreso del capital nacional amigote del gobierno.
¿La creencia de muchas amas y amos de casa de que en el supermercado se verifica un índice de precios superior al que hace público el INDEC tiene algún basamento real?
El ama y el amo de casa tienen una conciencia muy relevante. El índice de inflación promedia diez millones de cosas. La temperatura que percibe el que va al supermercado está mucho más en contacto con el índice de alimentos. El componente de alimentos coincide con lo que percibe el consumidor y no con el indicador general, que incluye servicios, entre otras cosas.
Nota Original: REVISTA CUARTO INTERMEDIO | 01/08/2005