Instó al país a que tenga un diálogo constructivo con los acreedores; el Gobierno respondió que ofertó lo que puede pagar
· La fluctuación de los mercados cambiarios fue el tema central
· La cesación de pagos argentina estuvo en la agenda
· Enojo por el trato a las empresas de servicios públicos
Los países más industrializados del mundo, reunidos en el Grupo de los Siete (G-7), dieron ayer a la Argentina una fuerte advertencia para que abandone su dura táctica de negociación con los tenedores de bonos extranjeros o se arriesgue a quedar aislada del mundo financiero.
Al término de la última jornada de deliberaciones en Boca Ratón, el G-7 difundió un comunicado en el que reclama a la Argentina "un diálogo constructivo con sus acreedores, de manera de lograr una tasa de participación elevada en la reestructuración de la deuda".
El Gobierno no hizo esperar su respuesta. En declaraciones a la agencia de noticias AFP, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, defendió la posición argentina. "Estamos llevando adelante un diálogo constructivo con los acreedores y estamos haciendo todos los esfuerzos para que la negociación prospere, pero debe quedar en claro que ofertamos lo que podemos pagar", dijo.
Luego de conocida la declaración del G-7, el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, John Snow, consideró que "es muy importante que la Argentina cumpla sus compromisos con el FMI y proceda con las reformas a las que se comprometió".
El comunicado, que se conoció a las 19 hora argentina, poco antes de que el ministro Roberto Lavagna se subiera a un avión con destino a Miami para encontrarse mañana con Horst Köhler, había sido anticipado durante la tarde por el ministro de Economía de Gran Bretaña, Gordon Brown. En diálogo con la prensa, el funcionario inglés advirtió: "Habrá una fuerte declaración sobre la Argentina, instando a que avance el proceso de reformas".
En realidad, el Gobierno había sido alertado el miércoles último sobre la actitud que tomaría el G-7 cuando el director del Tesoro francés, Jean-Pierre Jouyet, dijo que tras la reunión en Boca Ratón se le iba a pedir a la gestión de Néstor Kirchner "que inicie un diálogo constructivo y de buena fe con el conjunto de los acreedores".
¿Reclamos del FMI?
Fernández, en tanto, se mostró convencido de que, a pesar del pedido de las naciones más poderosas, el FMI no hará reclamos adicionales al país en el terreno macroeconómico. "Los compromisos asumidos con el FMI están todos cumplidos, por lo que descarto que haya algún tipo de pedido extra."
La advertencia para la Argentina figuró como asunto secundario en el comunicado final difundido tras la reunión que los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón e Italia mantuvieron entre el viernes y ayer en la Florida.
En tanto, el Ministerio de Economía señaló en un comunicado: "La Argentina continuará con el proceso" y reiteró que para lograr "la mejor reestructuración" es necesario evitar "políticas o recomendaciones que afecten el crecimiento".
Reunión clave
Se espera que el director gerente del FMI le transmita mañana a Lavagna el enérgico mensaje.
Japón, Italia y Gran Bretaña estuvieron entre los ocho países de los 24 miembros ejecutivos del directorio del FMI que el 28 de enero tomaron la inusual decisión de abstenerse de apoyar a la Argentina en la revisión del programa crediticio del país, frustrados por la marcha de la reestructuración de la deuda incumplida de unos 84.000 millones de dólares.
Brown dijo que Gran Bretaña negó su consentimiento en la votación del FMI porque "quería asegurarse de que (los argentinos) harían las reformas comprometidas".
Francia también está molesta y podría inclinarse a abstenerse, o negar su aprobación, en la votación de la segunda revisión que se realizaría el 9 de marzo, justo cuando la Argentina tiene que cancelar un pago con el FMI por US$ 3100 millones.
El gobierno francés está irritado por el modo en que se trata a las concesionarias de servicios públicos. "Este es el tema inesperado de la reunión", dijo una fuente del G-7 a la agencia AP. Los analistas creen que es probable que el FMI demore la aprobación de la segunda revisión -algo que la fuente del G-7 calificó de posibilidad creciente-, lo que prepararía el terreno para que la Argentina entre en default con el organismo.
En opinión del economista José Luis Espert, "la propuesta del Gobierno terminó en un fracaso absoluto: no hay comité de bancos y la primera revisión del acuerdo no se hubiera aprobado si no hubiese sido por la intervención de los Estados Unidos. Creo que Köhler le dirá en la cara al ministro Lavagna que negocie y cambie la propuesta para cerrar un acuerdo con los acreedores", indicó.