La posibilidad de que se levante el corralón para los depósitos de hasta $20.000 se enfría en la medida que toma cuerpo la posibilidad de que la Corte redolarice los depósitos, ya que nadie aceptaría cobrar ese dinero a $1,40 más CER y otra opción sería demasiado costosa para el Estado. Sin embargo, si la medida se hiciera efectiva los economistas coinciden en que sería escaso el impacto que tendría sobre el mercado cambiario.
"A corto plazo el Central tiene sobrada capacidad para absorber la corrida que pudiera desatarse contra el peso más allá de que va a haber poca demanda porque es poco lo que se liberaría", señaló el economista José Luis Espert.
Se estima que si se desprogramaran los depósitos hasta $20.000 saldrían del sistema unos $3.500 M sobre un total de $23.000 M que aún permanecen acorralados. Es muy importante, en cambio, la cantidad de personas que resultarían beneficiadas, ya que estos depósitos están muy atomizados.
Para tener una idea más acabada del escenario al que deberían enfrentarse ante una eventual flexibilización del corralón, el BCRA pidió ayer a los bancos que informaran cuántos depósitos tienen en cada tramo reprogramado y si éstos están en CEDRO o en BODEN.
"Una nueva flexibilización del corralón no provocaría una suba en la cotización del dólar a pesar de que pueda existir un poco más de liquidez porque la gente no tiene poder de compra", señaló el economista Orlando Ferreres en referencia a que hay consumos postergados a los cuales se volcarían los $20.000 retirados del banco.
Cuidar los desbordes
Espert, pone mayor atención en el efecto que esta nueva apertura parcial del corralón podría tener sobre el tipo de cambio a mediano plazo. "Hay preocupación al mirar más allá de lo inmediato porque el Gobierno se viene vanagloriando de que evitó la hiperinflación, que frenó la caída de la actividad económica y está ayudando a que crezca, por ejemplo, utilizando el superávit primario para rescatar bonos."
El economista agregó que "todo esto da la idea de que se ablanda la política monetaria", con las consecuencias que esto traería aparejado para el mercado de cambio. "No creo en una hiperinflación ni en el dólar loco otra vez, pero están yendo más allá de lo que justifican las circunstancias objetivas", remarcó.