Es incalificable cómo en la Argentina muchos funcionarios da alto rango consideran que las cifras sobre la evolución nuestra economía deben responder a sus caprichos, y de no ser así se las “tortura” desde el punto de vista metodológico hasta que den los resultados que supuestamente tienen que dar.
Cada vez que un tema de política económica se puso “candente”, estuvo siempre presente al gobierno para mostrar una película color de rosa.
Lo hace sistemáticamente con el resultado fiscal, clave para mantenerlos acuerdos con el FMI, con “dibujos” que desafían la imaginación del mejor artista. Lo hizo con el desempleo cuando se llagó al récord histórico de 18,4%, en 1995.
Ahora pueda haberla llegado al turno al déficit comercial, al haber dicho al Presidente en la reunión de ABRA que las cuentas externas tienen 1.000 millones de dólares de exceso de desequilibrio.
Un atisbo de que con el tiempo “algo” podría ocurrir con las cifras de nuestro comercio exterior, la dio al gobierno cuando el INDEC, al informar en febrero los datos del intercambio comercial argentino de 1997, incorporó un rubro a sus cifras que son las exportaciones e importaciones de bienes destinados al aprovisionamiento de buques y aeronaves.
Esta hecho no fue “neutral” porque aumentó las exportaciones totales en 249 millones de dólares y las importaciones en 96 millones, con lo cual el desequilibrio comercial bajaba en 153 millones, que no era una cifra demasiado impactante pero que hacía mostrar la “hilacha” al gobierno.
No es criticable que se incorpore más información a cualquier rubro de la economía argentina. Sí lo es que se haga en un pie de página de un comunicado de prensa y sin ninguna corrección hacia atrás como para que las series sean comparables en el tiempo.
Hasta que el gobierno no escriba un “libro” sobre qué es lo que supuestamente a pasado con los 1000 millones de dólares menos de déficit comercial que habría hoy, todo “olerá” a manipulación. Como en toda cuestión vinculada a un resultado de una variable como al sector externo, se puede recurrir a “Fuentes y Usos de Fondos”.
Entre las fuentes de fondos externos está, por ejemplo, la deuda externa y entre los usos más importantes se encuentra el financiamiento del déficit en cuenta corriente.
Cuando en algún momento Economía incorpore las cifras oficiales da fuentes da fondos ex-ternos, deuda que hoy no esté incluida, como por ejemplo el financiamiento del tipo comercial y se incluya toda la inversión en cartera de acciones que los no residentes han realizado, van a quedar cerca de 30.000 millones de dólares generados casi todos dentro da la convertibilidad, sin “aplicación” alguna.
Aquella parte de la mencionada cifra que se asigne a financiar más déficit en cuenta corriente que el que hasta hoy es oficial, dará por tierra con el argumento actual del Presidente de que las cifras verdaderas sobre comercio exterior sobrestiman al problema externo.
Y en realidad lo que pasará a tener sustento será la “Aduana Paralela”, con la consecuencia de que al déficit comercial es muchísimo mayor al presente, no menor.
La porción que se le impute otros usos distintos al mencionado en los párrafos anteriores debería ser por ejemplo más formación de activos externos en el exterior
La pregunta es: ¿reconocerá el gobierno que dentro de la convertibilidad, aún con una cuenta capital global muy superavitaria, los residentes argentinos “fugaron” capital”?
A la luz de los objetivos políticos que siempre “tiñen” la generación de información desde el gobierno, habrá que preguntarse qué será más grave en el momento en que se den a conocer cifras más amplias: si importaciones no declaradas por miles de millones de dólares o más crédito otorgado a no residentes.
Un país en al que se puede cometer al absurdo de declarar inconstitucional la Constitución para facilitar otro mandato presidencial, es capaz de cualquier maniobra que tenga que ver con la provisión de información sobre le economía.
Lo único que cabe esperar es más de lo mismo.
Nota Original: DIARIO PERFIL | 28/06/1998