Sin tetas no hay paraíso y sin déficit no hay deuda (*)

A ver gente si se entiende. Una cosa es la enfermedad y otra el síntoma. Fiebre podés tener si padecés desde una gripe hasta la fiebre tifoidea. De la misma manera, la deuda pública es la consecuencia (síntoma) del déficit fiscal (enfermedad de grado 3). O sea, NO EXISTE la deuda pública (Adelantos Transitorios del Banco Central -Emisión Monetaria = Inflación-, Letras en Dólares del Tesoro colocadas al Banco Central -pérdida de Reservas del Banco Central-, Deuda Pública Interna, Deuda Pública Externa) sin déficit fiscal. La deuda es LA manera de financiar el déficit fiscal. Ergo, hay que preguntarse porque hay déficit fiscal y más aún si la recaudación no para de crecer como ha ocurrido tendencialmente en Argentina en el último medio siglo (12% del PBI en 1960 y 37% del PBI hoy).

La respuesta de Perogrullo entonces es que hay déficit fiscal porque hay exceso de gasto público (enfermedad de grado 2). Ahora bien ¿quién decide el gasto público? Lo deciden los políticos que año a año sancionan por ley los presupuestos en el Congreso Nacional, en las Legislaturas Provinciales y los Consejos Municipales y los políticos que día a día en los Ejecutivos Nacionales, Provinciales y Municipales ejecutan esos presupuestos.

Ahora bien, la política en Argentina funciona no sólo de manera corporativa como en casi todo el mundo, sino con intereses completamente escindidos de los de la sociedad. De esta manera, se podría decir que la política en Argentina funciona como una mafia que sólo empobrece a los que pagan impuestos (les sacan nivel de vida contra nada). Ésta es la enfermedad de grado 1. Consecuentemente, hay déficit fiscal y aumento de la deuda pública (en cualquiera de las formas definidas más arriba) como resultado de una mafia enquistada en la política que hace que todos los votemos (por obligación) y trabajemos para ellos (a través del sistema impositivo) con cero devolución y que encima gasta por sobre una presión impositiva salvaje (déficit fiscal).

Por eso resulta impactante que miembros de la clase política hablen de la legitimidad de la deuda externa como si fuera una operación de marcianos (Museo de la Deuda Externa creado por el kirchnerismo) cuando son ellos los únicos responsables de que haya déficit fiscal por exceso de gasto público respecto a la presión impositiva.

Y más impactante todavía es escuchar el cacareo del desendeudamiento cuando hoy el déficit fiscal es el 5to más grande en los últimos 50 años. De nuevo, el déficit se financia con deuda, ergo la deuda pública no ha parado de aumentar durante la “Década Ganada” (medida en el numerario que realmente importa, el dólar). Lo que ha caído es la deuda pública en poder del sector privado (manera civilizada que encontró el kirchnerismo de ganar autarquía) y ha subido como pocas veces en la historia la deuda pública en manos del Banco Central (por eso el Banco Central está casi “Sin Reservas” y nuestra tasa de inflación es top ten mundial).

Por eso, que te quede grabado: No hay deuda sin déficit y no hay déficit sin exceso de gasto sobre la recaudación. Y el gasto lo deciden los que te chamuyan con la política.

(*) http://www.cronista.com/columnistas/Sin-tetas-no-hay-paraiso-y-sin-deficit-no-hay-deuda-20140612-0083.html

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José Luis Espert

Doctor en Economía

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