La propuesta del candidato a presidente del justicialismo, Eduardo Duhalde, que coincide con iniciativas aliancistas relativas a separar las funciones del Ministerio de Economía, no fue bien recibida ayer por los economistas de la City.
Aunque no vislumbraron una correlación entre la creación de dos nuevos ministerios y el descontrol del gasto, sí advirtieron sobre la presión que diferentes lobbies pueden generar a través de las nuevas carteras sobre los intentos del ministro de Economía de mantener la solvencia fiscal.
Roberto Alemann
(ex Ministro de Economía)
Dividiendo el Ministerio de Economía en dos, el gasto público es el mismo, pero habría que eliminar otro.
Tener nuevamente el Ministerio de Obras y Servicios Públicos no generaría problemas, porque están hechas todas las privatizaciones, Servicios Públicos se debería preocupar por los entes reguladores, a modo de superente, y en el área de Obras Públicas no habría alarmas, porque hay poca plata.
Sí tendría impacto separarlo en un Ministerio de Hacienda y en un Ministerio de la Producción, porque Producción le pediría a Hacienda que baje impuestos, cree subsidios, provocando una lucha entre los dos ministros.
Duhalde se equivoca, porque no se puede trasladar el esquema de la provincia de Buenos Aires a la Nación.
Daniel Artana
(FIEL)
Estoy en contra de la división del Ministerio de Economía. La Argentina se podría manejar aun con un ministerio menos.
La situación económica de la Argentina es delicada y, en los próximos dos años, deberá tomar decisiones económicas complejas para controlar el déficit fiscal.
En un contexto en el cual Fernando de la Rúa gana las elecciones, dado que el Congreso estará en manos del PJ, el Ejecutivo deberá estar muy unido y encolumnado detrás del ministro de Economía. El Ejecutivo deberá transferir más responsabilidad al ministro de Economía para evitar las penurias que vivió Roque, al discutir la contrarreforma laboral con Erman González, o el impuesto docente con Decibe.
No nos podemos dar el lujo de tener un ministro de Economía debilitado en el gabinete, discutiendo y defendiendo el programa económico de propuestas desopilantes.
José Luis Espert
(Econométrica)
El gasto público de la Argentina ya se desbordó hace tiempo y el Estado está quebrado como antes de las privatizaciones.
La política fiscal de la convertibilidad fue irresponsable, y peor no se puede estar.
En segundo lugar, es absurdo desdoblar al Ministerio de Economía: si no hay más empresas del Estado,¿para qué queremos un Ministerio de Obras y Servicios Públicos?
Sin embargo, creo que crear o no un ministerio no provocará más problemas para controlar el gasto.
Carlos Pérez
(F. Capital)
El hecho de que existan ministerios genera el riesgo de que cada titular de cartera quiera promover su área solicitando una mayor partida, pero eso no significa que se traduzca en un aumento de gasto público, porque cuando hay una restricción presupuestaria, ésta opera para todos los ministerios. Pero también tenemos que pensar que crear más estructura estatal genera más gasto.
Dada la situación fiscal deficitaria que tiene la Argentina, primero deberíamos reestructurar al Estado, eliminando funciones superpuestas, y después podríamos empezar a pensar cuántos ministerios se necesitan teniendo un situación fiscal equilibrada.
Mientras tengamos este déficit fiscal, deberemos tener un Estado lo más eficiente y chico posible.
Guillermo Mondino
(F. Mediterránea)
En la Argentina, la fusión de los dos ministerios no se debió a aspiraciones de control político de Cavallo, sino a la necesidad de consolidar la política de privatizaciones y de control del gasto. En ese contexto, las cosas no cambiaron tanto. Me parece que el celo en el cumplimiento del Presupuesto en Hacienda es diferente de en otros ministerios, que no cuidan tanto la caja.
Creo que el Ministerio de Economía debe seguir controlando la política de infraestructura y de gasto, porque esta política no es independiente de la política económica. Hoy por hoy, no están dadas las circunstancias para separar las funciones como en otros países.
Aldo Abram
(Ex-Ante)
Una división del Ministerio de Economía no necesariamente aumentaría el gasto. Con la reestructuración del sistema, podría aumentar el número de ministerios reduciendo el gasto, mediante la eliminación de las secretarías redundantes.
Además, la Secretaría de Hacienda siempre maneja las partidas presupuestarias de cada cartera. Sí preocupa cuando aparecen las ideas de crear un Ministerio de la Producción, porque sirve como canal de presión de grupos que quieren conseguir privilegios del Estado contra el bienestar general. Hay que fijar reglas de juego comunes para todos los sectores, por eso quiero un Ministerio de Economía y no ministerios sectoriales.