A más de dos meses que se iniciara la crisis brasileña, las proyecciones económicas que manejan las principales consultoras del país siguen ajustándose hacia abajo previendo mayores caídas en la producción, un ingreso per cápita hasta 5% inferior al del año anterior y un incremento de hasta 30% en los niveles de desempleo.
A diferencia de un mes atrás, ya nadie parece dudar que 1999 será un año completamente recesivo con un producto cayendo entre 1% y 3,5%. Asimismo, prácticamente todas las consultoras coinciden que el actual panorama recesivo se revertirá recién a partir del cuarto trimestre del año, siempre y cuando Brasil no reciba nuevos ataques especulativos.
La retracción de la economía en 1999 estaría impulsada por la fuerte caída en las inversiones y exportaciones. Según explicó el economista de Fundación Capital, Hernán Lecunza, "con un retroceso de 10% en las ventas externas, este será uno de los principales problemas que deberá enfrentar la economía este año". Las exportaciones son, indudablemente, una de las variables más vulnerables a la devaluación del país vecino, por la alta dependencia argentina con este mercado que captaba más de 30%. de las colocaciones totales.
Pero mientras Orlando Ferreres estima que la caída de las mismas alcanzaría 11 %, las cifras del CEMA y Ecolatina son algo más alentadoras y proyectan una retracción de 4% y 2% respectivamente. Una baja similar tendrían las importaciones:
el rango de caldas corre entre 3,6%, para Ecolatina, 9,8% IERAL, 10%. Econométrica, 10,8% Alpha y 12% para Fundación Andina. La evolución de estas dos variables determinaría un déficit comercial entre u$s 4.400 millones y u$s 5.600 millones. Estas últimas cifras fueron fuertemente ajustadas entre febrero y marzo, ya que hacia fines de enero el saldo comercial se estimaba deficitario en u$s 3.800 y 4.900 millones, es decir hasta 30% menor de lo que se proyecta actualmente.
Otra de las variables que mas serian afectada por la crisis es la inversión bruta interna, aunque no hay acuerdo sobre si el resultado final del año será negativo: los economistas de la Fundación Andina, estiman que la misma crecería 1% pero tanto IERAL (Fundación Mediterránea) como el CEMA esperan una caída mayor a 10%. "Habrá una fuerte postergación de inversiones debido a la crisis brasileña que afectará al sector de la construcción", señalo el economista del CEMA, Pablo Palla.
Para Ernesto O’Connor del IERAL "la fuerte caída de la inversión esta motivada por el empeoramiento de las expectativas que genera la crisis aún no resuelta en Brasil y los factores políticos internos".
Pero uno de los puntos que realmente comprometen al gobierno por sus compromisos son el FMI, es la situación presupuestaria. Recordemos que las partidas de gastos asignado en el presupuesto 1999 se realizaron con un escenario expansivo de la economía donde el equipo económico proyectaba una recaudación mayor suponiendo que el PBI crecería 4,8%. Pero la fuerte calda en un nivel de actividad ya está erosionando los ingresos tributarios y el déficit fiscal superará ampliamente los niveles pactados.
Si bien en los próximos días el gobierno deberá renegociar con el Fondo la ultima meta acordada en u$s 2.950 millones, elevándola a u$s 3.500 millones la mayoría de los economistas consultados espera un saldo negativo considerablemente mayor. Según señalo el ex viceministro de economía Orlando Ferreres
"la recaudación total, que estaba prevista en $ 60.000 millones será de $ 56.400 millones y el déficit fiscal lo estamos estimando en $ 5.700 millones".
Déficit fiscal
"Para el sector público, el principal problema es la situación fiscal", señalo el economista de la Fundación Andina, Edgardo Figueroa, quien se mostró disconforme con el reciente rechazo del Congreso a los vetos al presupuesto porque "en contextos recesivos es donde más se debe mostrar la austeridad real". Prácticamente todas las consultoras mencionaron al fuerte desequilibrio fiscal como uno de los principales problemas que tendrá la economía en 1999. De acuerdo con Alpha el mismo alcanzará a 2,5% del PBI. Sobre este punto el economista jefe de Econométrica, José Luis Espert, explicó que "si se tiene en cuenta también el déficit de las provincias entonces el mismo alcanzaría 2,7% del PBI". Según advirtió Espert, "todos miran sólo el déficit nacional porque es sobre el que hay acuerdo con el Fondo, pero la cifra más aproximada es el déficit conjunto de Nación y provincias".
Sin lugar a dudas, un de las variables más golpeadas durante este año será el desempleo. La caída en el nivel de actividad, el menor consumo la paralización de proyectos y la caída en el nivel de inversiones ya están retrayendo la actividad laboral, uno de los mayores problemas socioeconómicos que tiene actualmente el país.
Todas las consultoras esperan un empeoramiento de esta variable, que en mayo podría superar hasta 15,5% de la población económicamente activa, lo que implicaba o aumento de 30% respecto a la última medición oficial. "Para hacer frente a la desocupación hay que profundizarla la rebaja de aportes patronales y eficientizar la gestión en los múltiples programas de empleo vigente" explicó Ricardo Fuente de Ecolatina.
También el economista de Orlando Ferreres, Camilo Tiscornia, hizo hincapié en rebajar los aportes patronales, reimplantar las modalidades promovidas de contratación y descentralizar las negociaciones salariales. Por su parte, María Sohares de Alpha recomendó, además de bajar las cargas sociales, implementar programas de empleo subsidiario y destino u$s 50 millones de crédito blando para PyMEs. "Para enfrentar el desempleo es fundamental hacer todo lo que se pueda para promover las exportaciones", señaló Hernán Lecunza.
Asimismo, Ernesto O’Connor propuso anular la reforma laboral de 1998 y descentralizar las negociaciones colectivas.
Los problemas laborales y los desajustes cambiarios impactaran en los salarios reales que sufrirían bajas importantes durante 1999.
Según explicó José Luis Espert "Este año habrá un grave problema de tipo de cambio real que no se puede solucionar devaluando, sino ajustando salarios". Como signo positivo,
a pesar de la pérdida de competitividad de la economía argentina, ninguno de los economistas consultados estimaron posible una devaluación de la moneda local.