Frente a las alternativas de vender o no vender las acciones remanentes de YPF, la mayoría de los economistas cree que, a pesar de que el momento no es el mejor, es necesario que el Estado se dedique a sus funciones y no a ser empresario.
Las alternativas son recomprar deuda, crear un fondo anticrisis o hacer obras de infraestructura.
Roberto Alemann (consultor)
"Definitivamente, como están los mercados no es momento para vender las acciones de YPF.
Pero esta venta, como cualquier venta de activos, sirve para cancelar pasivos, es decir, deuda del Estado.
De las alternativas que hay para utilizar los fondos de venta recomendaría la cancelación de deuda. Utilizarlos para obras públicas significa gastar. Un fondo anticrisis se puede armar
a partir del equilibrio presupuestario y nosotros no estamos en esa situación. El argumento en contra de la venta que dice que YPF perderá su carácter nacional no tiene sentido, porque no sabemos en manos de quién están las acciones.
El capital de YPF está diseminado, ni siquiera sabemos si los capitales extranjeros que compraron acciones son realmente de argentinos. Lo importante es que la gerencia de YPF, el directorio y las operaciones están en la Argentina. Además, a YPF le interesa seguir explorando y trabajando en la Argentina."
Daniel Artana (FIEL)
"La venta de las acciones de YPF que están en poder del Estado sirve para usar los fondos para la recompra de deuda o para un fondo anticrisis. Esto es lo que la Argentina necesita teniendo en cuenta la volatilidad que hay en los mercados.
No es la oportunidad para vender; si uno mira, el precio de las acciones de YPF está bajo en comparación con el precio histórico. Pero como también el precio de la deuda está bajo, los fondos se podrían usar para recomprar deuda pública.
El fondo anticrisis daría más garantías a la economía y permitiría que tanto el sector privado como el público pudiera endeudarse más. En cambio, los fondos se perderían si se usaran para obras públicas. Sobre el carácter nacional de YPF, creo que es un punto irrelevante, porque en un contexto globalizado no se sabe que es una empresa nacional. El capital ha dejado de tener patria desde hace mucho tiempo. Además YPF seguirá teniendo actividades tanto en la Argentina como en el resto del mundo."
José Luis Espert (Econométrica)
"Desde el punto de vista del mercado, es un pésimo momento para vender las acciones de cualquier empresa. Si el momento fuese el adecuado y si la ley del Congreso dijese que los fondos se usarán para cancelar 100% de deuda pública, estaría de acuerdo. Que el Estado tenga acciones en una empresa petrolera no implica nada desde el punto de vista estratégico. Para la economía del bienestar, no hay una sola justificación para que el Estado tenga inversiones.}
En vez de eso, debería ocuparse de la educación, la salud, la justicia y la seguridad, que en el caso de la Argentina tienen muchas falencias. Los fondos los usaría para la cancelación de deuda pública o para los inundados.
Esto se justifica porque el drama de los inundados es producto de la irresponsabilidad de los gobernadores provinciales, que gastaron los incrementos de recaudación en cosas innecesarias. Usar la plata para un fondo anticrisis no sirve, porque las crisis tienen que ver con una pérdida de reservas de u$s 5.000 millones contra u$s 2.100 que se prevén recaudar con la venta.
Perdimos la oportunidad de hacer el fondo anticrisis cuando el gobierno se gastó el incremento de la recaudación producida dentro de la convertibilidad (u$s 35.000 millones) por no mantener el gasto público constante."
Martín Redrado (Fundación Capital)
"No es el momento para vender. La crisis financiera que tiene como foco a Japón, China, Rusia y Brasil generó una conducta en los administradores de cartera que provoca la salida de los mercados emergentes hacia mercados más seguros y hacia títulos de renta fija. La venta sirve por el hecho de mejorar nuestro perfil presupuestario. O se incrementa la obra pública, cosa que sería inconveniente, o se disminuye la deuda, que mejoraría el riesgo-país. La Fundación Capital fue la primera que propuso un fondo anticrisis, que es la tercera alternativa para usar los fondos. Nuestra idea es caucionar las acciones de YPF, las de las empresas que quedan por privatizar, hasta 49% del Banco Nación y el valor presente de la concesión del Correo para obtener entre u$s 5.000 y u$s 6.000 millones.
Caucionados actuarían como un seguro. La ventaja del fondo anticrisis es que no se extinguen las acciones ni de una vez ni para siempre y permite reducir la vulnerabilidad externa.
El argumento sobre el carácter nacional de YPF es un concepto anticuado. Todas las empresas y en especial YPF tienen características globales. Las grandes empresas en el mundo están formadas por fondos de inversión o institucionales. Además, mientras el Estado tenga la golden share, la diferencia entre nacional e internacional no tiene sentido."
Daniel Montamat (consultor)
"No es el momento, porque las bolsas están convulsionadas y los capitales tratan de huir hacia mercados seguros.
Pero hay razones de fondo para no desprenderse de estas acciones. Primero: generan dividendos, y si YPF capitalizó como lo hizo, desde el punto de vista financiero, al Estado le conviene cobrar los dividendos antes que cancelar deuda, porque los intereses son menores. El Estado podría usar esos dividendos para educación.
Pero quieren usar los fondos para cancelar gasto corriente y estaríamos usando un ingreso excepcional para tratar un hueco que tiene que ver con un problema estructural del sector público. Hay otra alternativa: usar los fondos para obras públicas en las provincias. Las opciones que se barajan para utilizar los fondos no son las mejores, las alternativas serían coyuntura financiera o campaña electoral.
Antes que estas opciones es mejor conservar la inversión para que rinda dividendos. Segundo: es importante mantener 20% de las acciones para que YPF sea una multinacional argentina como es hoy. Si ese 20% se atomizara en el mundo, puede que en algún momento el management se desplace al extranjero y valore las oportunidades de negocios en el mundo de una manera mucho menos comprometida con la geología argentina."