Se intensifica la atmósfera recesiva

La opinión favorable a la gestión Menem cayó del 41 % al 31 % entre la primera semana de octubre y la primera semana de noviembre.
Existe deterioro de la imagen positiva del gobierno tenderá a mantenerse durante diciembre, simultáneamente con el fin de la estabilidad reactivante.

A partir de ahora la economía dejará de granjear votos, para comenzar a drenarlos. Este una gran cantidad de sectores con graves problemas de rentabilidad.
El indicador agregado de producción industrial correspondiente a octubre señala 2,6 % por debajo del correspondiente a junio -el más alto de la serie histórica desde el año ’80-. En este contexto la sensación de desasosiego de muchos sectores contrasta con la bonanza de otros.

El nivel de actividad de noviembre ha resultado inferior al de octubre en un 3 %, y el de diciembre será, a su vez, levemente inferior al del penúltimo mes del año: 0,5 % a 0,7 %. En general, aunque no pueda hablarse estrictamente de recesión tiende a acentuarse la sensación de
clima recesivo.
Existe una gran disparidad en orden a la situación de los diversos sectores y empresas.
Desde un punto de vista estadístico, en relación al nivel de actividad, el ’92 induce un arrastre negativo hacia el ´93 del 1,8 %.

Si se logrará mantener durante todo el año próximo el nivel de producción industrial del período
junio-octubre pasado, el resultado seria 0,8 % por sobre el promedio del ’92.
Nuestras proyecciones de producción industrial para el año venidero plantean un margen de – 1% de caída a 1 % de crecimiento, en tanto las autoridades económicas prevén un crecimiento del 7,5 %.

El poder adquisitivo del salario ha venido cayendo sistemáticamente desde agosto último, así como la tasa de ingreso de capitales -respecto de] último trimestre del ’91-. Nuestros pronósticos son consistentes con un escenario de mantenimiento de la estabilidad, pero de gran dureza.
En orden a la situación fiscal cabe reiterar qué la recaudación sé halla prácticamente amesetada en 3.200 millones mensuales, desde julio. Y la proyección de recaudación de diciembre ofrece niveles muy semejantes a este promedio.

En función de las expectativas oficiales la recaudación del impuesto a las ganancias de noviembre -en que se esperaban 440 millones de pesos- ha sido muy mala: 296 millones.
El arrastre estadístico de la inflación al consumidor para diciembre es ínfimo (0,09 %). Esto hace pensar que el IPC de diciembre se ubicará, nuevamente por debajo del 1 %.
Respecto de las caos de interés, se observa una gran dispersión a partir de la corrida iniciada el miércoles 11 de noviembre. Ya hubo, durante el mes que acaba de concluir, una variedad de tasas que oscilaron entre el 14 % y el 45 % anual. Diciembre se inició con tasas del 34%.

El BCRA tiene enorme responsabilidad en la volatilidad de las tasas. No cabe anunciar el primer día del mes el programa monetaria que regirá durante el mes. Esto revela gran impericia por parte del manejo del BCRA.
A pesar de que se permite a los bancos pasar 10 % de exigencia para enero, sigue faltando dinero. De ningún modo sé logra el cierre del programa monetario de diciembre, pero el primer mes del año queda equilibrado y no cabe esperar durante su transcurso derrumbes de las tasas.

El “rojo” promedio estimado con anterioridad a la decisión de pasar a enero 10 puntos de exigencia era de 990 millones.
Ahora, tras la medida, es de 500 millones. Este déficit, sin duda, obliga a que el BCRA continúe
comprando dólares, dado que ha renunciado -por ahora- a la posibilidad de dar pases o bajar encajes. Existe margen para que adquiera como mínimo, otros 500 millones de dólares.

El Economista – 4 de Diciembre de 1992

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José Luis Espert

Doctor en Economía

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