La peligrosa ecuación que maneja el Gobierno

Aceptaría mayor inflación con un menor crecimiento

Menor crecimiento y mayor inflación. Esta es la peligrosa ecuación que pronostican los economistas nacionales a la hora de pensar lo que deparará el transcurso de este año.

La presión salarial y el gasto público elevado empujarán el alza de precios a un nivel mayor que el de 2005, efecto que no podrá ser contrarrestado por los acuerdos de precios impulsados por el Gobierno, estrategia momentánea e incompleta, según los analistas consultados por LA NACION.


Además, subrayan que el crecimiento será alto, pero mostrará una importante desaceleración y que aún faltan las grandes inversiones, sobre todo en el sector energético e infraestructura.“Los acuerdos de precios no funcionan”, sentencia el economista José Luis Espert. “Sólo sirven, en este país de circo, para mostrarle a la gente que este gobierno hace algo”, agrega.

El analista sostiene que para solucionar el problema de la inflación se deben atacar las verdaderas causas. “Estas son políticas económicas equivocadas: un aumento extraordinario del gasto público, que hoy está en el más alto nivel de toda la historia, y un política salarial muy expansiva”, sostiene. Como solución, Espert aconseja congelar el gasto público y “dejar de inflar salarios por decreto o inflándolo a [Hugo] Moyano”. ¿Cómo atraer más inversiones para expandir la oferta?, preguntó LA NACION. “Si se va a continuar el gasto público y los salarios como hasta ahora, van a tener que dar seguridad para inversiones como en los países escandinavos”, ironiza.

Sobre el acuerdo entre el Gobierno y Telefónica, estimó que se trata de las “típicas negociaciones corporativas, truchas y decadentes que encara la Argentina con su madre patria” y completó: “Como fue poco transparente la privatización, es poco transparente esta negociación”.

El economista de MVA, Javier Alvaredo es más optimista. Cree que el crecimiento en 2006 será de un 7,1%. “El riesgo está en quedarnos cortos”, sostiene. Sin embargo, agrega, habrá una desaceleración en el ritmo de crecimiento de un 40 por ciento.

“La inflación estará como el año pasado”, predice. “Habrá un poco más de recomposición de precios relativos y de servicios y no influirá tanto en los bienes transables”, precisa Alvaredo. “No vemos una desaceleración”, estima, y agrega: “Si la estrategia es sólo acuerdos de precios, es incompleta”. Sin embargo, el economista advirtió que si la cifra de la inflación de febrero será, como se estima, de alrededor de un 0,7%, los convenios sirven para enfriar las expectativas del corto plazo.

Para el consultor de MVA, es necesario acordar con el resto de las compañías privatizadas, y dada la crisis que sufrió la Argentina, la actual situación macroeconómica es el mejor imán para las inversiones. “Sin embargo, cierta incertidumbre con los marcos regulatorios hacen que falten inversiones en el sector energético.”

“Todavía hay una visión de la Argentina que muestra claroscuros”, señala el titular de Infupa, Manuel Solanet. “En el exterior se observa positivamente la fuerte reactivación de la economía, aunque se la liga a una política cambiaria y monetaria que está generando riesgos inflacionarios”, agrega.

El ingeniero señala que el congelamiento de tarifas es una preocupación desde hace cuatro años y que actualmente “se le agrega el control de precios, que siempre presagia una dificultad en el futuro”.

Solanet sostiene que lo más valorado es el sostenimiento de un superávit fiscal primario. “Aunque se apoye en impuestos distorsivos, y en retrasos salariales y de jubilaciones.”

Pero un factor que frena la llegada de las inversiones, estima el analista, es que la Argentina impuso una quita inédita a su deuda y que aún no ha solucionado el tema de los hold outs (acreedores que no aceptaron la propuesta de la Argentina). “Lamentablemente, esto se tiene en cuenta. Hay una mejor percepción de la Argentina, pero falta mucho.”

“En relación con la tasa de crecimiento hay que ser optimistas”, estima Eduardo Fracchia, director del área de Economía del IAE, escuela de negocios de la Universidad Austral, que prevé un crecimiento de un 7,5% para este año.

Sin embargo, para la inflación pronostica un 15% en 2006, cifra que supera el 12,3% del año pasado. “El control de precios no es una receta atractiva. Es la pata más heterodoxa de una administración que en otros temas es muy ortodoxa.”

Sobre la inversión, Fracchia sostiene que un 20,5% en relación con el producto bruto interno (PBI) no está tan mal. Pero advierte que se registran muchos desembolsos en construcción y no tanto en bienes productivos y, que el sector energético viene rezagado igual que los servicios públicos.

“Faltan los grandes anuncios de inversión. Probablemente aún haya inquietudes por el clima de inversión, temores de estatismo y reglas de juego poco claras”, asegura el hombre del IAE.

Para solucionar el inclemente aumento del costo de vida aconseja: “Contracción del gasto público y una política monetaria adecuada”. Pero además estima necesario atemperar la puja sindical por aumentos salariales liderada por el sindicalista Hugo Moyano.

La mayoría de los especialistas sostiene que el crecimiento de la economía argentina será alto. Con esta postura coincide Luciano Laspina, economista de Macrovisión. “Nosotros estamos esperando un 7,6% de crecimiento en 2006”, señala.

Sin embargo, “la visión es que el Gobierno está comprando más crecimiento con más inflación. Es claro que vamos a crecer más de lo que crece la oferta potencial”, agrega el economista, que estima un alza de precios cercana al 14% para este año.

Laspina señala que los acuerdos de precios tuvieron un impacto del 0,2% en el índice de precios al consumidor (IPC). “Los convenios sirven para moderar el alza en el corto plazo”, precisa.

El origen del aumento de precios tiene que ver para este economista con la política de sostener el dólar e incluso de empujarlo más arriba, lo que implica que los precios ligados al comercio exterior suban.

-¿Es la decisión de Telefónica el inicio de una nueva etapa para las inversiones?

-“No será una bisagra para cambiar la imagen que tienen de la Argentina. Hemos pasado por demasiadas irregularidades para que la inversión extranjera directa vuelva tan fácilmente”, concluyó Laspina.

Nota Original: LA NACIÓN | 19/02/2006

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José Luis Espert

Doctor en Economía

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