Redistribucionismo de Kirchner anticipa sólo la decadencia

Kirchner tiene que cambiar de modelo para promover el crecimiento y la reducción de la pobreza sostenidos. Es necesario que vaya hacia experiencias exitosas como la chilena de apertura comercial bien hecha con equilibrio fiscal estricto respetando contratos. La redistribución de ingresos que el Presidente plantea no logrará sacarnos de la pobreza de manera permanente.

Antes del colapso de la convertibilidad a fines de 2001, los pobres ya representaban el 35% del total de la población, o sea que, aún con estabilidad total de precios, las personas que no podían acceder a una canasta de alimentos y servicios más o menos decente había crecido 20% en menos de una década. Posteriormente, con una devaluación real de más del 60% en el primer semestre de 2002, las personas pobres pasaron a representar el 55% del total de la población, 20% más en sólo 6 meses.

A su vez, el crecimiento de la pobreza durante la convertibilidad es la contracara de la explosión de la tasa de desempleo durante el mismo período. A fines de 1990 era del 8%, antes del colapso del año pasado ya era el doble y hoy ronda el 21% sin la “truchada” oficial de computar como empleados a los que reciben el subsidio por desempleo de los Planes Jefes y Jefas de Hogar.

El aumento de la tasa de desempleo, tiene que ver con una gran cantidad de factores pero, para simplificar, se podrían mencionar tres fundamentales. Una apertura económica muy mal hecha, al igual que durante la etapa de la Tablita, un déficit fiscal galopante financiado externamente que terminó en el tembladeral del default y la devaluación y tercero, altísimos costos laborales.


Inflación

La apertura comercial realizada durante la convertibilidad, si bien fue muy amarreta en cuanto a la magnitud de la baja de aranceles de importación, tuvo un sesgo muy fuerte hacia los bienes de capital e intermedios respecto de los bienes finales. Se sumó a ello una fenomenal inflación en dólares de más del 50% que se acumuló en la década de tipo cambio fijo (los salarios en dólares acompañaron ese proceso), fruto de un déficit fiscal de u$s 12.000 en promedio anual financiado externamente vía privatizaciones y endeudamiento (particularmente hasta fines de 1999).

Kirchner, hasta ahora, ha respondido al colapso de la convertibilidad con más Mercosur, o sea, manteniendo la economía bien cerrada como antes y con bajos aranceles para importar bienes de capital respecto de los bienes finales. Por otro lado, en materia fiscal, el Presidente mantiene lo bueno y lo malo de Duhalde: lo bueno representado por un gasto fiscal primario relativamente controlado (aunque cada vez se afloja más) y lo malo que es un país con altísimos costos laborales, que ha hecho el default más grande de la historia y lo único que hace por ahora es mandar al Secretario de Finanzas de turista por el mundo, sin avanzar nada en serio.

Además, definir como política de Estado el reinstalar la movilidad social ascendente (como el Presidente dijo en su discurso frente a la Asamblea Legislativa del domingo 25 de mayo pasado), implica que la política económica tendrá como objetivo la redistribución del ingreso, que no es más ni menos que sacarle a los que tienen para darle a los que no tienen. Los que tienen son los capitalistas, entonces Kirchner necesita expropiar la ganancia empresaria. A los exportadores les mantuvo la devaluación pero también las retenciones, además de que pagarán parte del “paquetito” del jueves 10 de julio. A las AFJP les mantuvo la pesificación de la cartera de bonos pero con el impuestazo del día 10 les transfirió cerca de $500 millones anuales. A la UIA le mantiene la economía bien cerrada con el Mercosur y la devaluación del peso, pero sufrirá parte de la expropiación de la ganancia empresaria que está en las medidas del jueves 10.

Por su parte, sus principales objetos de odio, bancos y privatizadas, también pagarán parte del paquete del 10 de julio. Además, a los bancos, les mantiene la pesificación, el reemplazo del CER por el CVS y no sólo eso sino que ya se habla de un nuevo CVS que no registre la suba del 14% que traería el paquete del pasado jueves 10 (más la suspensión de las ejecuciones y presionarlos para que presten, particularmente a la banca extranjera). No hace nada para que la compensación a los bancos que está en el Congreso salga rápido, en una actitud insólita porque los legisladores hoy se rasgan las vestiduras para compensar a los bancos por u$s 3.000 millones y no se les movió un pelo cuando tuvieron que nacionalizar la deuda provincial por u$s 8.000 millones y las cuasimonedas por u$s 1.500 millones. Respecto de las privatizadas, mantiene las tarifas congeladas y pesificadas, mientras que el Ministro De Vido aclara que no hay aumentos en el horizonte, ni siquiera por cuestiones estacionales.


Capitalización

Esto no quita que los banqueros deberían poner plata de sus bolsillos para capitalizar a los bancos porque parte de su quebranto tiene que ver con haber prestado muy mal durante la convertibilidad (concentrando en exceso su cartera en el sector público) y también es cierto que muchas privatizaciones se hicieron de manera monopólica cuando no había necesidad objetiva de que así fuera.

Kirchner podrá darse el “gustito” progre de redistribuir, para tratar de bajar la pobreza, expropiando ganancia empresaria y además decirles de todo a los dueños de empresa en cuanta oportunidad tenga como está ocurriendo hoy. Pero otra cosa es el crecimiento sostenido que trae reducciones en serio de la pobreza. Este no es una consecuencia de la guerra económica de unos contra otros como la que propone el Presidente con su esquema de redistribución de ingresos. Es más, la recuperación de Argentina de hoy no tiene nada que ver con el esquema redistributivo que Kirchner tiene en la cabeza. Tiene que ver con que Duhalde evitó la hiperinflación merced a una política fiscal y monetaria muy firmes.

Los crecimientos sostenidos que traen reducciones sostenidas de la pobreza, no las recuperaciones cíclicas que estamos presenciando hoy en Argentina, son saltos hacia delante. No consisten en sacarles a unos para darles a otros. Y el salto hacia adelante hoy es insertarnos en la globalización como lo han hecho Chile, Australia, Irlanda, Nueva Zelanda. Con aperturas comerciales bien hechas en un contexto de equilibrio fiscal pagando la deuda (luego de una “flor” de quita) y sin impuestos distorsivos (retenciones y cheque).

Nota Original: ÁMBITO FINANCIERO | 22/06/2003

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José Luis Espert

Doctor en Economía

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