Hay que devaluar; hoy se esta a tiempo de poder defender un tipo de cambio razonable

El pergaminense José Luis Espert ha hecho, en los últimos cinco años, un diagnóstico impecable de la economía argentina.
Entre sus colegas, fue uno de los pocos -sino el único- que advirtió puntillosamente sobre los riesgos de un gasto público desmesurado. Ahora se están cumpliendo sus pronósticos y debe sobrellevar la paradoja de haber alcanzado un altísimo reconocimiento profesional a nivel nacional, justamente porque el país está muy mal, como él lo anticipó.
De todos modos, vale la pena atender sus análisis, por más dolorosos que sean, porque tienen que ver con la realidad, sin medias tintas confusas.

De visita a sus familiares durante el último fin de semana, tuvo la cortesía de acercarse a LA OPINIÓN para compartir su valorada visión; que aquí reflejamos en forma completa.

La primera sensación que transmitió Espert fue que "cuando uno se dedica a la macroeconomía, a raíz de que toma un gran compromiso con lo público, uno nunca se puede sentir contento por haber tenido éxito en el pronóstico de que Argentina iba a tener problemas muy serios si se seguía con la irresponsable política fiscal que rigió durante una década completa, por lo me-nos.

"Mi primer sentimiento es de muchísima tristeza, a pesar de que tuve certeza en el pronóstico.
"Hoy para mi es muy difícil decir algo porque afirmé durante muchos años que si seguíamos con esa política fiscal íbamos a terminar muy mal. Y lamentablemente creo que el haber intentado virar el barco en un momento inadecuado como ir a déficit fiscal cero hoy, cuando no se tiene ningún tipo de financiamiento externo, de hecho se están yendo los capitales para afuera, creo que todavía no hemos visto lo peor de esto.

"Tratar de bajar el gasto público hoy e ir a déficit fiscal cero, cuando tenés los mercados de capitales cerrados a nivel internacional, y cuando los capitales se van del país, como está ocurriendo porque el sistema financiero está perdiendo depósitos, es como pretender dejar de emitir moneda cuando ya tenés la hiperinflación encima, como pasó a fines de los ’80.
O sea, te acordaste tarde.

"Hoy, el punto es que para que una política económica tenga éxito se necesita que se cumplan tres cosas al mismo tiempo: que sea técnicamente coherente, que tenga apoyo político y tercero que se aplique en el momento adecuado, porque si uno llega tarde, por más que sea coherente y tenga apoyo político, va a fracasar.
Respecto a esta política que ha decidido el Gobierno ahora de déficit fiscal cero, yo diría varias cosas: es técnicamente coherente, creo que tiene apoyo político pero el problema es el tercer punto; se acuerda tarde de hacer déficit fiscal cero, para que sea exitoso.

"A la Argentina no sólo no está entrando dinero sino que está saliendo. Los bancos han perdido en las primeras dos semanas de julio tres mil millones de dólares. La corrida que estamos teniendo en julio es peor que la corrida que tuvimos durante marzo, en plena crisis que tuvimos tres ministros en un mes. Esta corrida es peor que esa, hasta ahora.
No sólo se están yendo los capitales sino que además en términos de los flujos pasa lo siguiente: se está apretando a nivel doméstico, o sea gasto público más impuestos, para pagar los intereses de la deuda externa. Se aprieta acá para mandar la plata afuera. Entonces, se padece un juego de pinzas que ahorca, porque se va el stock, porque se van los depósitos y se va el flujo, porque se aprieta acá pata pagar los intereses de la deuda. De esa manera, a corto plazo se va a profundizar el proceso depresivo".

– La supuesta reactivación, con una baja de tasas, ¿va a tardar mucho tiempo mas de lo que se dice?

– Hay que olvidarse de la reactivación.

– ¿Las pequeñas y medianas empresas van a tener que manejarse exclusivamente con lo propio, entonces?

– Sí, siempre digo lamentablemente porque se produjo mi pronóstico funesto de lo que iba a pasar, pero desafortunadamente hoy el tipo de ajuste que se está haciendo, que es, apretar a nivel doméstico para pagar los intereses de la deuda externa, más el hecho de que se van los capitales, son dos cosas que se suman, no es que una es la contrapartida de la otra.

– ¿Adónde vamos, entonces?

– Se está haciendo algo técnicamente necesario y con apoyo político pero a destiempo, por lo cual mi pronóstico es que a corto plazo se va a profundizar el proceso depresivo.
Mi sospecha es que al profundizarlo, se va a caer la actividad, se cae la recaudación, el déficit se va a ir por encima de cero, se va a volver a apretar el gasto público y se entra en una especie de bola de nieve, esta vez no por el gasto sino por la recaudación.

Entonces, se aprieta el gasto y como se profundiza el proceso depresivo se cae la recaudación, por lo cual va a tener que apretarse el gasto. Entonces, de esta forma se va a entrar en una especie de círculo vicioso depresivo, que va a generar que en algún momento se tire la toalla.

– ¿Qué tiempos se manejan para ese proceso?

– Lo más importante al respecto sería lo siguiente. Si no para la corrida de depósitos, que hoy aún tenernos, esto dura muy poco y no se llega a las elecciones de octubre sin una sea que antes de, los comicios se tendría una flor de crisis.
Si la corrida para, el proceso depresivo que de todas maneras se va a tener, pare o no pare la corrida, yo creo que después de las elecciones, se tendrá una crisis severísima.

Porque aunque la corrida pare, debido a este proceso depresivo, cada vez va ser más necesario apretar el gasto y en el último trimestre del año, de acuerdo a mis proyecciones de recaudación de hoy, habrá que ajustar 60 por ciento el gasto público para ir a déficit fiscal cero, dado que Cavallo ha dicho que quiere mantener el déficit fiscal cero durante todo e1 segundo semestre de este año y todo el año 2002.
Hoy no lo pueden bajar un 13 por ciento, porque ya hubo negociaciones para alterar más los impuestos y menos el gasto público.

– La otra clave es la recaudación por evasión, o sea un activo que no lo teníamos. Se hablaba que no se recaudaba bien porque había un 40 por ciento de evasión, que significaban 20 mil millones de dólares. ¿La gente va a entrar a este cerco que se está haciendo con el IVA y el cheque?

– Yo creo que no. A la evasión hay que pelearla como si fuera delincuencia. Es cierto. Porque hoy quien está en un sector determinado, que está en blanco, que la Afip lo vuelve loco, pierde frente a un tipo que está en el mismo sector, compitiendo con él totalmente en negro. Entonces, la evasión es una distorsión que premia al ineficiente, que le gana el puesto al eficiente. Yo por eso creo que hay que luchar contra la evasión, no para darle más plata a los políticos para que se la gasten.

Hay que lucharla porque además genera ineficiencia económica. Ahora, creo que en este contexto depresivo, por cada peso que se gane contra la evasión es una empresa que cierra, porque los muchos que están evadiendo lo hacen para sobrevivir.
En este contexto depresivo es muy difícil tener éxito en la lucha contra la evasión. Yo creo que vamos a una profundización de la crisis. Yo quisiera decir lo siguiente: de ésta no se sale sin más crisis. La crisis podrá ser bajar el gasto público lo que sea, o no bajarlo e irse al demonio ahora, pero sin más crisis de ésta no se sale. Primero, se tiene que limpiar un montón de cosas.

Yo creo en particular que este modelo basado en endeudamiento externo para atrasar el tipo de cambio y coherentemente con el atraso cambiario se hace poca apertura de la economía con el mercosur, está totalmente agotado y cuanto antes se tire a la basura mejor. No da más.

– ¿Se viene la devaluación?

-Ahí está el punto. En el espíritu de este modelo, de endeudamiento externo hasta el cuello, atraso cambiario y poca apertura de la economía está el "vivir de prestado", o "de arriba". Los argentinos en los últimos diez años nos asociamos a la globalización, cosa que está bien, pero lo hicimos mal.
Nos asociamos a la globalización pidiendo prestado. Por ejemplo, el país hoy aumentó su deuda externa en 90 mil millones de dólares respecto de lo que teníamos a fines de los ´90, antes de aplicarse la convertibilidad. Estos son 150 mil millones de dólares que debe hoy la Argentina al resto del mundo.

Por eso se atrasó el tipo de cambio de un modo impresionante y hoy Argentina es más cara en dólares que nunca en su historia. En ese sentido es peor que en el peor momento de Martínez de Hoz, en enero de 1981. Creo que ese modelo no da más.
Quiero plantear dos cosas: un punto de vista de economía normativa y después una predicción.
Desde el primer eje, el "deber hacer" yo creo que lo que debería hacer el Gobierno ahora que tiene 20 mil millones de dólares de reservas en el Banco Central y chances de defender un tipo de cambio razonable y devaluando, creo, que habría que virar hacia un modelo en el cual el espíritu sea dejar de vivir de prestado y pasar a vivir de lo que Argentina produce.

Esa famosa historia de vivir con lo nuestro. Pero yo creo que hay que definir esto de vivir con lo nuestro, hay que darle contenido, porque si no vivir con lo nuestro puede ser, digamos la de Aldo Ferrer, la vuelta a la época de las cavernas.
Y yo quiero para mi país ir para adelante, en lugar de ir para atrás, a la época de las cavernas. Creo que al "vivir con lo nuestro" hay que darle contenido, hay que llenarlo. Y vivir con lo nuestro hoy para Argentina seria vivir con lo que Argentina produce para exportar.

Es lo único que habría que hacer. Pero cambiar este modelo de vivir de prestado por el del que uno vive de lo que produce para exportar se necesitan tres cosas. Una es el déficit fiscal cero. Sin duda que se necesita porque si nosotros no podemos vivir endeudados, tampoco lo puede hacer el Estado.
Pero se necesitan dos cosas más. La fundamental es que así como tenemos aranceles cero para importar bienes de capital tiene que haber aranceles cero para importar bienes de consumo e intermedios, o sea importar todo tipo de bienes a aranceles cero.

Ahora, para proteger a la economía sin distorsiones hay que devaluar. Hoy se está a tiempo de poder defender un tipo de cambio razonable porque tenemos 20 mil millones de reservas.
Que no esperen al momento de no tener más dólares en el Banco Central y ese día flotar el tipo de cambio porque ese día el tipo de cambio va a ser cualquiera.

– En este momento, por ejemplo, ¿la economía argentina aguantaría una devaluación de entre un lo o un 15 por ciento?

– Pero yo creo que es absolutamente insuficiente. Como mínimo, el dólar tiene que estar a dos pesos. Para poder hacer algo en serio desde el punto de vista de la apertura de la economía.

– ¿Y las deudas en dólares?

– Argentina no tiene ninguna chance de pagar la deuda.

José Luis Espert

José Luis Espert

Doctor en Economía

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