Acuerdo con el FMI: la mentira continúa

Tal como viene ocurriendo desde hace casi 10 años, el gobierno de turno acaba de anunciar un nuevo trimestre de cumplimiento de las metas fiscales pactadas con el FMI. Lo que el Gobierno obviamente no informa, es de la continuación ininterrumpida de la parcialidad en la medición de los déficits fiscales, las manipulaciones con las cifras y los “dibujos”.

Como se puede observar en el cuadro adjunto, el Gobierno muestra un sobrecumplimiento de la meta de déficit fiscal acordada con el FMI para el primer trimestre del orden de los $155 millones (fila 17).

Pero, como ya es costumbre en esta película hipócrita en la que se han transformado los acuerdos con el FMI, la verdad muestra que no sólo no se ha cumplido la meta sino que la meta en sí mismo es una mentira.

Veamos.

1) Desde hace más de 20 años ocurre que por un problema de conciliación de cuentas, la recaudación que surge del Esquema Ahorro e Inversión del Sector Público No Financiero -SPNF- (que en “criollo” sería el resultado fiscal de la Nación) es distinta de la recaudación que surge de las “planillitas” de recaudación.

En particular, los meses de diciembre tienen una recaudación en el SPNF que está por debajo del de la “planilla” de recaudación en $60 millones, justamente debido a aquellos problemas de conciliación de cuentas. Esta vez, la diferencia fue de la estrafalaria cifra de $220 millones ¿Qué mes se quedó con la diferencia de $160 millones (fila 11) respecto de los normales $60 millones?

Enero por supuesto, debido justamente a que el primer mes de administración fiscal aliancista fue enero del 2000. O sea, recaudación que le correspondía al resultado fiscal de diciembre de 1999 fue “imputada” a enero con el objetivo de mostrar artificialmente un déficit menor al verdadero. Total, castigar a diciembre era como agregar una mancha más al tigre, al ser el cierre de un año calamitoso en lo fiscal como fue 1999.

Ojalá que el FMI, que no contemplaba esta manipulación en su programa original, no considere como válida la maniobra porque a esta altura el “moral hazard” (daño moral) que acumulamos luego de años de acuerdos con el FMI y dibujos como éstos, alcanza el tamaño de un monstruo como Godzila.

2) Se han incorporado como si fueran impuestos $226 millones (fila 14) de la renta neta que ha devengado el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial (FFDP).

Situación ridícula

El FFDP se creó mediante fondos provenientes del endeudamiento externo de la Nación en 1995 en oportunidad de la crisis del Tequila para ayudar originalmente a los bancos oficiales de provincia en sus procesos de privatización, luego de que quedaran “muertos” por la corrida bancaria.

Como generalmente ocurre con casi todas las acciones del sector público la Nación, a través del FFDP, terminó financiando déficits fiscales provinciales, además de los procesos privatizadores de la banca de provincia y otras “yerbas”. El último objetivo que se le puso al FFDP ha sido prestarle dinero a las Provincias para reestructurar sus deudas a cambio de que reduzcan sus déficits fiscales en el 2000.

El FFDP, que es una vía para que la Nación le preste a las Provincias (sin que sea la Nación la que en apariencia les presta), cobra una tasa de interés sobre esos créditos y paga una tasa de interés (pasiva) sobre los fondos de la deuda externa contraída por la Nación. Ese spread (positivo) ha dado origen durante 1999 a $226 millones de renta neta para el FFDP que se han imputado en el primer trimestre del 2000 como ganados por la Nación.

De esta manera, podría darse la ridícula situación de que cuanto más déficit fiscal tengan las Provincias financiado por la Nación vía el FFDP, aún bajo el supuesto de un spread positivo constante, más superávit tendría la Nación. En el extremo, para maximizar el superávit fiscal de la Nación, había que maximizar el déficit fiscal de las Provincias.

Este absurdo es fruto de las mediciones parciales que todos los gobiernos en Argentina hacen del déficit fiscal para nunca mostrar la verdad de que la convertibilidad ha sido absolutamente inútil para contener la irresponsabilidad gastadora de los que manejan la cosa pública.

Para tener una medida macroeconómicamente relevante del desequilibrio del fisco, hay que tomar el déficit de Nación+Provincias+Bancos Públicos (no sólo de la Nación) y que, además, esté basada en el concepto del “net lending” del propio Manual de las Finanzas Públicas del FMI, que dice que hay que considerar todo préstamo realizado “intra” sector público y desde el sector público hacia el sector privado, como un gasto público de la “agencia” estatal que la hace.

Así, i) el préstamo de la Nación a las Provincias intermediado por el FFDP, hubiera aparecido como gasto público de la Nación, ingreso de las Provincias y en el consolidado quedaría el déficit de las Provincias financiado con deuda externa; ii) los intereses que las Provincias pagan a la Nación son gasto de una agencia e ingreso de otra, por lo tanto, no afectan al resultado consolidado; iii) más tarde volvería a haber más déficit fiscal por los pagos de intereses de la deuda externa pública.. Toda esta medición es el verdadero valor o “parámetro” de déficit fiscal.

Aflojamiento

Suponiendo que se decide “estimar” al “parámetro” (como lo hace el acuerdo con el FMI al tomar sólo como objeto de análisis a la Nación), se lo debería hacer tratando de aproximarse a él lo más posible. Esto hubiera implicado tomar como gasto público de la Nación el crédito que le da a través del FFDP a las Provincias.

De esta manera, nunca se hubiera tomado después como ingreso de la Nación a los intereses que el FFDP le cobra a las Provincias. Finalmente, quedaría como un gasto público de la Nación el pago de los intereses de la deuda externa tomada para abastecer al FFDP.

Lo increíble además de este caso particular de “dibujo” de $226 millones, no es tanto que la Argentina lo haga (¡qué le hace una mancha más al tigre!) sino que es el propio FMI el que puso semejante “dibujo” en sus metas lo cual, en realidad, es como una aflojamiento de la meta.

3) Respecto de las ganancias que el Banco de la Nación Argentina (BNA) le transfiere a la Nación cada vez que se necesitan ($30 millones en el primer trimestre del 2000, fila 15), no hay objeción técnica alguna porque el BNA es, en definitiva, una inversión de la Nación que le está dando renta.

El único y no menor problema es si esas ganancias realmente existen porque el BNA no tiene, justamente, una cartera poco morosa como para generar grandes ganancias que, si no existieran, podrían “generarse” con un nuevo préstamo al deudor en problemas para que no aparezca el atraso y seguir devengando los intereses sobre la deuda.

Pero respecto del BNA hay otro punto. En el presente acuerdo con el FMI se ha creado el déficit fiscal con y sin el PAMI. Como todo el mundo sabe, el PAMI está quebrado y recibiría en el 2000 una transferencia de la Nación de $200 millones para financiar una parte de su déficit. Cuando se habla de que el déficit fiscal será de $4.500 millones en el 2000 para todo el sector público, no se incluye la transferencia por $200 millones que la Nación le hará.

Absurdo total

Con ese criterio ¿porqué no sacamos del sector público toda agencia pública deficitaria para medir el déficit con y sin ella? Total, con la confusión que se armaría se podría llegar a decir hasta que Argentina tiene superávit fiscal y no déficit fiscal. Además, si sacamos al PAMI, con el mismo argumento se puede obtener un déficit de la Nación con o sin la transferencia del BNA. Un absurdo total.

Esto no es todo porque hay que saber que el acuerdo con el FMI continúa. Veremos si habrá más tela para cortar o más dibujos para hacer.

Nota Original: ÁMBITO FINANCIERO | 15/06/2000

Picture of José Luis Espert

José Luis Espert

Doctor en Economía

TESIS DOCTORAL
PAPERS
DIPUTADO NACIONAL
Libros
LA ARGENTINA DEVORADA
LA SOCIEDAD CÓMPLICE
NO VA MÁS
CADENAS INVISIBLES
Prensa
ARTÍCULOS
TELEVISIÓN
RADIO
Scroll al inicio